a todos.
Mi visión personal (y limitada) del mundo de la ópera. No esperes leer aquí tesis doctorales ni críticas periodísticas. Relax y a disfrutar.
lunes, diciembre 31, 2007
lunes, diciembre 17, 2007
Dawn Upshaw
Me interesan mucho los recitales que ha sacado en cd. Se ha especializado en música del siglo XX y le ha prestado especial atención a los compositores norteamericanos. No voy a decir que me parezcan discos maravillosos e imprescindibles, pero cada uno he encontrado por lo menos una joyita que no conocía.
De todos sus discos hay dos que me fascinan. El primero se llama I wish it so y está dedicado a canciones de Bernstein, Blitzstein, Sondheim y Weill. Es un repertorio en el que está perfecta. Su voz ligerita se adecúa perfectamente tanto a las partes más impostadas como a las que son de musical puro y duro. Hace el Glitter And Be Gay de Candide más expresivo que yo haya escuchado, le mete una gracia tremenda a la saga de Jenny y hace auténticas preciosidades con las canciones de Sondheim, especialmente con What more do I need o Take me to the world.
I wish it so es un disco que todo el amante del musical clásico no se debería perder y que recomiendo también a quien opine que los cantantes de ópera no deberían meterse en estos berenjenales. Encandila, directamente.
El segundo disco es el dedicado a Rodgers y Hart. Aquí la Upshaw no está tan inspirada y hay canciones en las que se queda corta de expresividad. La baza entonces la juegan las irresistibles melodías de Hart, ante las que es imposible no rendirse.
No obstante, consigue unos resultados excelentes en Sing for your supper (divertidísima), It never entered my mind y I didn't know what time it was (con el permiso de doña Ella Fitzgerald, la número uno indiscutible en este repertorio para mí).
En fin, dos discos de los pocos que no tengo criando polvo en las estanterías y que dan cuenta del gusto de esta mujer cantando.
Y, como muestra, este vídeo (tres canciones):
jueves, diciembre 13, 2007
Tancredi final chungo
de Gioacchino Rossini.
Teatro Real de Madrid, 12 de diciembre de 2007
Mira que me tocaba el final lieto, pero los compromisos navideños han hecho que venda mi entrada y me haya sacado para hoy una entrada baratita para el Tancredi (final de Ferrara, el chungo, el que acaba supermal).
Vale, el final feliz me gusta más, pero me interesaba más escuchar a Podles, Cantarero y Zapata que a Ciofi, Barcellona et al.
No veía casi nada si no me ponía de pie, pero francamente, para lo que había que ver, mejor quedarme sentado. Afortunadamente, cuando se canta bien la escena me importa un pimiento, pero es que lo de este Tancredi entra dentro de la ridiculez escenográfica. Patético, sin más, y en momentos, risible. Mierda pura. De verdad, con qué gusto preferiría unas lonas a lo Aida barcelonensis que esa cutrez de elementos blancos que nos han soltado.
No pongo fotos porque la página web de nuestro querido teatro Real es tan roñosa que no hay imagen alguna, pero vamos, como para ponerlas.
Ahora, los cantantes.
Plas plas plas plas Zapata. Voz bonita y potennnnte. Un agudillo un poco estrangulado en el primer acto no hace desmerecer la mayor sorpresa de la noche. Me lo apunto.
Más plas plas plas... todos los plas, vamos, para la Cantarero, que canta con una facilidad pasmosa y hace unas cosas preciosas. Ha estado excelente en el segundo acto.
La voz de la Podles se me hace un poco cuesta arriba en este papel. Su entrada me ha dejado así un poco petrifi: tres colores distintos y con las coloraturas un tanto angustiosas. No notaba yo el poderío que le he escuchado a esta señora en otras ocasiones. Afortunadamente ha mejorado a medida que ha avanzado la representación y en el segundo acto, y especialmente al final, la señora ha gastado una clase de lo que no se ve gratis. Triste, patética, conmovedora la escena final, como debe ser.
Los demás, cumpliendo.
La orquesta, pendiente de los cantantes, bastante bien, para mi no muy exigente oído.
Los primos de Violetta Valéry se han hecho notar mucho al principio y o se les estaban pasando los efectos de la medicación o se han puesto todos de acuerdo, porque vaya concierto de toses estentóreas al final de la ópera.
Nada más destacable (tampoco es que esté yo muy inspirado hoy). Bueno, sí. Qué gozada es salir del teatro con un frío del copón y que esté un taxi esperándome en la puerta para pasmo y disgusto de los "Loden & Visón" que no aplauden porque salen a toda prisa y me miran con cara de odio porque se creen que me he colado.
.
lunes, diciembre 03, 2007
Como en los años 40
Gran Teatro del Liceo.
Barcelona. 1 de diciembre de 2007.
¿Y que no había visto yo la famosa producción del Liceu con los decorados restaurados o recreados de Mestres Cabanes con toda la publicidad que le han hechoooo? Amos, amos.
Doblete operero en Barcelona, que hay que aprovechar los viajes.
Y mira tú que nunca he tenido como ópera de cabecera a Aida, y no entiendo por qué, porque anda que no es bonita ni nada. No me voy a enrollar aquí sobre la partitura porque enseguida me saltan "los que saben" a replicarme, pero vamos, que quedé encandilado una vez más con la magia verdiana.
Y eso que la orquesta anduvo de mero acompañamiento, pasando sin pena ni gloria para mi gusto, ralentizando en exceso (¿a petición de algún divo, quizás?) y "sin chicha".
Los cantantes estuvieron a muy buen nivel. La estrella era Alagna, sin duda. Por fin lo oigo en directo. Y vale, no es la voz ideal para Radamés, pero lo escuchas y dices: vaya pedazo de tenor. Se le oye a la perfección, canta con un gusto exquisito y el tiene un brillo en la voz que pocos hay así. Francamente bien.
Hui He (ésta sí es china, y no la de pega) tiene una voz potente y lírica y le va mucho el papel. Las pasó un poco canutillas en algunos pasajes y algún filado nos podría haber hecho, digo yo. Bien, sin entusiasmar. Puede dar más de sí, seguro.
La Fiorillo es capaz de pegar unos zambombazos graves que tiembla hasta el misterio y luego subir al agudo sin problemas. Como lo diría educadamente... ¿poco refinada? En cualquier momento parecía que iba a salir una mesa y se iba a poner a despachar pescado. Efectiva y efectista, estuvo estupenda hasta la escena del juicio, incomprensiblemente lenta, falta de tensión y con la mezzo ya cansada.
Joan Pons tenía el agradecido papel de amonasro, que resolvió muy bien sin fatigarse (tenía en la memoria aquel Macbeth en el que el hombre lo pasó tan... así). Bien.
Del resto, Colombara cumplió como Ramfis, el rey algo más inexistente y muy buen mensajero de Fadó. Una vez más brilló la preciosa voz de Begoña Alberdi, eterna destinada a papeles testimoniales en el Liceo, como la sacerdotisa.
Ya sé que muchos (holaaaaa) están hartos de esta producción y de que la cuelen en el abono. para mí, vista por primera vez y con visión de conjunto, es buenísima. Me imaginaba yo cómo sería una Aida en los años 40: esos telones pintados con unos juegos de perspectiva prodigiosos, el vestuario más convencional del mundo, todos los topicazos egipcios y una dirección escénica inexistente: el cantante llega, se planta en el escenario, canta y se va.
Y así fue. Por no ser, no era ni kitsch. Pero todo ese cúmulo de elementos arcaicos, estáticos y ramplones, juntos crean un conjunto unitario que tiene su encanto. Una vez en la vida hay que verla, creo yo.
Y vamos, que salí encantado.
Sólo una cosa: ¿es necesario que se hagan los tres entreactos y que el primero dure media hora? Vale que había que ir a la delirante exposición Swarovski para no perder ripio de cómo se puede ser más hortera que nadie, pero salir pasada medianoche cuando esta temporada han adelantado la hora de inicio de las funciones tiene delito.
Menos mal que existen los bises
Gran Teatro del Liceo. Barcelona.
30 de noviembre de 2007.
Segundo recital de estrella operística de clase A al que voy en un mes.
Mi relación con JDF es un poco tensa, pero es que la última vez que lo escuché en directo (aquel recital a dúo con D. Barcellona) me dejó tan frío que borró la fantástica impresión que su Almaviva de Madrid me había dejado meses antes.
Así que... a ver qué pasaba.
Y hay que reconocer que el recital comenzó bien... pero no. Algo fallaba: escuchábamos una bonita voz, con sus agudos , su proyección y tal, pero no acababa de cuajar. Faltaba brillo. Y, francamente, las canzonettas de Rossini a mí siempre me han parecido un ladrillo.
Hasta que llegó el momentazo de la noche. Al igual que la Berganza en sus recitales cuando le hacía mohínes al público, se abanicaba con las manos, se echaba el mantón atrás y exhibía pectoralia, JDF habló y dijo que tenía mucho calor y se le estaba yendo la voz, por lo que rogaba disculpas para ir a tomar agua o un té. Cinco minutillos. Murmullos generalizados.
Y volvió. Y entonces ya sí que sí. Se lució con el aria de Elisabetta de Rossini y apoteósico fin de la primera parte del recital.
Comentarios, corrillos y escapadas furtivas para ver una demenciada exposición distribuida entre el salón de los espejos, el vestíbulo del teatro y la cubierta fiesta del Liceu. Pero eso será tema a comentar en otra ocasión.
Comienza la segunda parte y han retirado el estrambótico florero que adornaba el escenario. Me imagino a la pobre utilera llorando como una magdalena al ver despreciado su trabajo de composición floral de todo un día, pero los divos son así, nena, si dice que se apaga la calefacción, se apaga. Y si no hay flores, pues no las hay. Ea.
Preciosa, delicada, deliciosa la cancioncilla de Tosti: Ideale. No la conocía. Una maravilla impecablemente interpretada.
A partir de ahí empiezan las piezas "de efecto": agudos que son braveados por el público (y es que hay que ver lo que nos gusta que nos peguen un buen grito), dos romanzas de zarzuela y una espectacular aria de Linda de Chamounix (bueno, de ella no, de la parte de tenor). Fin del programa.
Venga, va, el recital ha sido un éxito. Aplausos acompasados y... empieza el festival.
Qué cuatro bises, sinyores: La donna è mobile, Ah lève-toi soleil, Pour mon âme (la odio, la odio y la odio) y una rara de la Lucrezia Borgia. Y no sólo excelentes por la brillantez de la ejecución y la dificultad de las piezas, sino porque nos dio un par de pistas sobre a dónde puede encaminarse su carrera en el futuro: ojalá vaya hacia el repertorio lírico francés, porque el Roméo fue espectacular. Sobre el Duca de Rigoletto tengo más dudas, pero me quito el sombrero (y el bisoñé si es menester) porque es el primer tenor que oigo que le da el toque cínico-humorístico-machistademierda que tiene el aria. El primero. Aparte, la culminó con un agudo interminable con el que el teatro se cayó a aplausos.
Gran éxito de Flórez y plena satisfacción de haber asistido.
Respecto a la crónica social, Swarovskis aparte, agradezco a Ximo, Mei (¡¡¡que no es china!!!) y Colbrán su agradabilísima compañía, me presentaron de pasada a algún integrante del foro de una noche y me ocurrió una anécdota bastante surrealista.
Y al día siguiente, Aida.
Pero eso ya es otro cantar (y contar)
Y además, sí que era china (de las de verdad).
lunes, noviembre 26, 2007
Ajetreo
Vuelvo yo como un loco el domingo de chez mes parents a pelearme con los infinitos canales que se ven gratis por satélite y que no veo jamás para poder grabar el recital de doña Chichi Bartoli en Barcelona.
¡Ja! Las ganas.
Después de repasarme las webs de los múltiples canales de la cadena ZDF (que si theaterkanaal, infokanaal, dokument, porrenkanaal...) en alemán, sin enterarme de nada, deduzco que lo más que hay es un especial sobre la Netrebka.
Y tras investigar en Google me sale esto:
Die Aufzeichnung des Konzerts mit Cecilia Bartoli am 04.11.07 im Palau de la Música in Barcelona, die am 25.11.07 um 18.00 Uhr im ZDF ausgestrahlt werden sollte, fand nicht statt. Die Künstlerin äußerte kurzfristig starke Bedenken und wollte einer Live-Aufzeichnung des Konzerts in der geplanten Form nicht mehr zustimmen. Die in diesem Zusammenhang von Frau Bartoli gewünschten, veränderten Produktionsbedingungen waren für das ZDF nicht akzeptabel.
Daher zeigen wir auf dem Sendeplatz am 25.11. um 18.00 Uhr die Sendung “Anna Netrebko - Ein Portrait”.
Ni flores de lo que dice, pero poniendo Frau Bartoli, Produktionsbedingungen (palabra que me encanta y que a partir de hoy utilizaré a diario) y akzeptable, me suena a que doña Cecilia ha exigido que le suban el volumen del micro, le paguen en deutsche marks sin impuestos, le suministren botifarra a discreción y le pongan un filtro saritamontielesco en la cámara. Se ve que no, y la han sustituido por un docu de doña Anita.
Que síiiii, que tenía esto muy descuidado, pero es que no he parado y además en las dos últimas semanas en el terreno musical he sido completamente abducido y colapsado por LA REVOLUCIÓN SEXUAL.
Pero traaaanquiiiis.
Que si no se tuerce nada, este viernes tengo cita con Juan Diego Flórez y al día siguiente... no digo ná, que con este hombre todo puede pasar.
sábado, noviembre 03, 2007
Cecilia Bartoli. Caminar sobre seguro.
Teatro Real de Madrid. 2 de noviembre de 2007.
Ayyyy, pero qué lista es mi niñaaaaa y qué bien hace los deberes.
La Bartoli camina sobre seguro. Y la clave de su éxito es una técnica perfecta. Porque, siendo crueles, tiene un timbre de voz nada espectacular e irregular en los distintos registros, y su potencia no es nada del otro jueves. ¿Entonces? Entonces es que canta MUY BIEN. Y punto.
El disco de la Malibrán suena mucho mejor en recital que en el disco. La aburridísima Sonámbula belliniana "a la bartoli", en directo cobra vida, y hasta el aria tirolesa no resulta insoportable.
El recital peor no podía empezar: en el aria "Son regina" de García se le quedaba el agudo en el cogote y la proyección fue bastante deficiente. Horror. Menos mal que a partir de la segunda pieza, la de Persiani, que la hizo exquisita y preciosa, la cosa mejoró y ya empecé a disfrutar. Y así hasta el final.
Tremenda en la Cenicienta, metiendo adornos y variaciones a tutiplén, y conmovedora en el Otello rossiniano (pese a un agudo feo feo).
De bises, una cabaletta, el rataplán (muy graciosa), otra vez la Cenerentola y ya cuando tres cuartas partes del teatro se habían ido y los músicos estaban echando el pitillito, una canción a capella con la que se fue del escenario.
Domina el medio, al público, y lo sabe.
Es una perfecta comunicadora.
A la salida estaba el camión/museo, pero hacía demasiado frío como para hacer cola.
Vestido rojo megaespectacular que debió improvisar, digo yo: cogió unas tijeras, recortó un trozo de telón del Real y se lo puso de falda. Muy Sissi vs. Dónde vas Alfonso XII.
Los Swarovskis del collar brillaban tanto que ni el sol.
Me gustó más el año pasado, pero también el repertorio era más de mi agrado.
Respecto a la operación marketing brutal que ha tenido me ha recordado un poco a todo el follón que se montó cuando cantó Angelita por aquí, pero básicamente Angela cantaba tres minutos y luego la orquesta estaba un cuarto de hora y Chichi, sin embargo, se lo ha currado. Ole por ella.
Otra visión más petarda (clic)
miércoles, octubre 24, 2007
Amigos del Real. Pero qué morro.
Éste es el díptico que con una amabilísima carta hemos recibido los abonados al Teatro Real de Madrid.
Se trata del programa de mecenazgo, que es algo normal y habitual en los teatros.
Lo que ya no es tan normal es la división en tres tipos de "amigos" que han puesto y los beneficios que se obtienen si aportas dinerito:
Benefactor (600 lereles):
- Insertan tu nombre en la página de agradecimientos de los libretos, página web y placa institucional.
- Te dan una tarjeta que dice que eres Amigo del Real.
- Te envían un boletín informativo por correo electrónico.
- Te lo puedes desgravar del IRPF.
Colaborador (3000 leuros):
- Insertan tu nombre además en los programas de mano.
- Envío a domicilio de un libreto de cada ópera.
- Posibilidad de cambio de fechas de localidades
- Renovación personalizada y preferente de los abonos.
Protector (a partir de 10.000 eypos):
Todo lo anterior plus:
- Invitación a actos institucionales.
- Invitación a la zona de cortesía de patrocinadores durante los entreactos.
- Prioridad en reserva de localidades fuera de abono.
- 15% de descuento en el "restorán" del teatro en horario de almuerzo.
O sea, QUÉ CUTRERÍO.
Las comparaciones son incómodas y odiosas, pero es que es imposible no hacerlas. El abonado del Teatro Real de Madrid siempre ha sido tratado como el culo. Con eso de que el el mundo de la subcontrata y que todo está externalizado, la atención al cliente es penosa. Un "tú paga y calla". Como nadie está interconectado, al menor problema te responden con un NO (lo siento, si el que te atiende es amable) y ya está.
En el Liceo si hay algún cambio, aunque sea de horario, me han llegado a llamar por teléfono (no sé si porque soy de fuera de Barcelona). Cada año te dan la ficha para rellenar si quieres una mejora de abono, y te atienden de manera personalizada. Yo he mejorado mi butaca y en estos momentos considero que tengo la mejor posible de mi rango de precio. He cambiado localidades y vendido localidades por internet sin demasiadas complicaciones. Sólo por ser abonado se tiene prioridad en venta de entradas fuera de abono. Y cada vez que he ido a taquilla con algún problema me lo han solucionado rápida y amablemente. El trato al abonado es exquisito. ¿Y por qué? Porque en el Liceo sí que hay concepto de "la casa".
Me da a mí en la nariz que ni "aportando" esos 3000 lereles de colaborador va a tener uno las atenciones y ventajas que los compensen.
Eso sí, desde aquí animo a todos a hacerse Protectores, pagar 10.00O Euros y que nos traigan muchos muchos espectáculos y cantantes buenisisisisísimos.
lunes, octubre 22, 2007
El programa de la Bartoli
Esto es lo que nos va a cantar Cecilia Chichi Bartoli en Madrid la semana que viene (e imagino que ídem en el Palau de Barcelona).
Promete ser jugoso... y largo.
Y en medio del puente, hala.
Qué os apostáis a que como propina nos canta la del contrabandijta.
PARTE I
Manuel del Pópulo V. García:
* Obertura de La figlia dell’aria
* "E non lo vedo... Son regina” de La figlia dell’aria
Giuseppe Persiani:
* "Cari giorni" de Ines di Castro
F. Mendelssohn Bartholdy:
* Scherzo en sol menor del Octeto op. 20 (versión para orquesta del propio autor)
* Infelice, escena y aria para voz, violín y orquesta
Gioachino Rossini:
* "La tormenta" de Il barbiere di Siviglia
* “Nacqui all’affanno… Non più mesta” de La Cenerentola
PARTE II
Gaetano Donizetti:
* Andante sostenuto del Concertino para clarinete en Si bemol Mayor
Gioachino Rossini:
* "Assisa al piè d’un salice... Deh, calma, o ciel" de Otello
* Obertura de Il signor Bruschino
Michael William Balfe:
* "Yon moon o’er the mountains" de The Maid of Artois
Johann N. Hummel:
* Aria a la tirolesa con variaciones
Charles-Auguste de Bériot:
* Andante tranquillo del Concierto para violín Nº 7, op. 73, en Sol Mayor
Vincenzo Bellini:
* “Ah, non credea mirarti... Ah, non giunge” de La sonnambula
lunes, octubre 08, 2007
El Don Carlos de Barcelona
Por fin el Don Carlos del escándalo de Barcelona en vídeo.
Grabación de la televisión, no comercial.
Muestra de calidad
Primera Parte:
Uno - Dos - Tres - Cuatro - Cinco - Seis - Siete - Ocho - Nueve - Diez - Once - Doce - Trece - Catorce
Segunda Parte:
Uno - Dos - Tres - Cuatro - Cinco - Seis - Siete - Ocho - Nueve - Diez - Once - Doce - Trece
Información.
Juntar con FFSJ.
Viudos de Kraus y otras cateteces
Viernes, 5 de Octubre de 2007
José Bros nos dedicó el viernes un recital compuesto por auténtico belcanto, y además incluyendo piezas no tan trilladas como cabría de esperar. Y pudo con el muy exigente programa que se había marcado con Mercadante, Bellini y Donizetti.
A mí particularmente José Bros es un tenor que no me había gustado nada en sus inicios, pero que a partir de una Lucia con la Grube en Madrid le noté un cambio bestial: alguien le había enseñado a redondear el sonido, proyectar y a cantar bonito; y desde entonces le tengo en gran estima.
Y el vienres nos dejó constancia de un fraseo y un buen gusto estupendos, pese a pasar algunos apuros con los agudos (apoyados desde abajo) o los signos evidentes de fatiga al final de cada una de las dos partes del recital.
A mí el público de Madrid es que a veces me repatea: sólo aplaude a rabiar cuando le pegan el grito, mientras que cosas preciosas que hizo en partes más tranquilas recibieron una acogida simplemente correcta.
Además, en este abono de recitales me ha tocado estar rodeado de viudos de Kraus (que son como los de la Callas, pero con más mala leche). A mi izquierda una mujer se emocionaba e iniciaba el aplauso, pero tras la guillotinesca mirada de su marido, se cortaba y quedaba quieta. La fila de atrás tenía tres esfinges: hieráticas, inmóviles, con una cara de permanente cabreo y un bisbiseo desaprobatorio constante. Cuando terminó, la más marilista soltó lo que ya me temía: "Si Kraus levantara la cabeza y oyera esos does gallináceos". En fin.
Como propina, José Bros ofreció la Matinatta de Leoncavallo (bien, una de las pocas napolitanas que me gustan) y luego cometió el desvarío de cantar À mes amis de La Fille. A mí me parece un aria bastante odiosa y refea, pero la gente quiere carnaza, oír esos agudos. Y Bros ya estaba agotado y lo acusó: sirvió para que los del "ah, un do" irrumpieran en alaridos y braveos y para que los detractores se reafirmaran en sus negativas impresiones. A mí, sencillamente, no me gustó. Si hubiera terminado con la Matinatta me habría dado más que por satisfecho.
Yo me quedo con su aria de Il duca d'Alba, que la hizo preciosa.
Sigue arqueando las piernas como John Wayne cuando canta.
La fotografía del programa... ¿no tiene cierto rollo osito?
miércoles, octubre 03, 2007
La zarzuela más birria
Título: LA ZARZUELA + POP
Subtítulo: Los mejores artistas del pop interpretan temas de zarzuela.
Contenido: Toda una selección de "zarzuela maría" adaptada.
Intérpretes: Urrutia, Ana Belén, Martirio, Javier Álvarez, Lydia, Pasión Vega, Carmen París... etc.
Resultado: PENOSO.
Vaya por delante que apoyo las iniciativas orientadas a la adaptación, modificación y descuadriculación de las piezas musicales. Me gustan las escenografías iconoclastas y reconozco que disfruto malévolamente cuando los fanáticos inmovilistas se rasgan las vestiduras con cualquier obra de arte modificada. Pero siempre dentro de unos límites de calidad y coherencia.
Y en este disco la verdad es que se han lucido de lo aburrido, malo y roñoso que es.
Lo primero, el título, absolutamente falso: ¿ La zarzuela más pop ? ¿Pero de qué van? Si lo más cerca del pop que hay es la pobre LYDIA (aquel intento de proyecto de Laura MenoPausini a la española).
Sigue el reclamo publicitario: "los mejores artistas del pop interpretan..." ¿LOS MEJORES? ¿Pero de qué van?
No hay POP por ningún lado. Y sí mucho flamenquito buenrollito bastante asquerosito.
La cosa no empieza mal con las Coplas de Don Hilarión. Vale, aquí lo reconozco: Urrutia hace décadas que dejó de gustarme y su voz me resulta bastante repulsiva, pero es uno de los pocos que da el pego en este disco y sabe hacer suya la pieza.
Luego empieza el despiporre flamenqueril: Una serie de desconocidos artistas (al menos para mí) se despachan Mi Aldea, el Coro de Espigadoras, El pasacalle de Las Leandras, o el No Puede Ser, con resultados entre lo horrendo y lo directamente insoportable.
Entre medias lo más salvable: Ana Belén coge con gusto el Bella Enamorada. Lydia hace de Marinela una balada operaciontriúnfica. Un tal Rafael Basurto convierte el Por el humo se sabe en un bolero. Martirio, en su línea, se apropia de La del manojo de rosas. Serían las mejores adaptaciones, pero el pop sigue brillando por su ausencia.
Mención aparte para Javier Álvarez, que masacra sin piedad el Ay Ba, en lo que sería la mayor transgresión del disco. Lástima que acabe saliéndole una canción lenta y aburrida (aparte de que voz, lo que se dice voz, el chico no ha tenido nunca). Una vez más en su carrera buenas intenciones y pobres resultados.
Una versión de guitarra del fandango de Doña Francisquita y Pasión Vega en el tango de la Menegilda son los que más se pueden acercar al espíritu original de la zarzuela. La Vega tiene dejes que me recuerdan de tarde en tarde a Nati Mistral. Bien, pero no son adaptaciones.
Y la que no tiene perdón de Dios es Carmen París. Adapta la jota de La Dolores a su estilo perroflauta buenrollito rastafari oficial, que me resulta bastante horripilante, pero gustará a quienes la siguen. Con lo que no puedo es con la modificación de la letra para hacerla entre políticamente correcta y progre-reivindicativa: suprime la referencia religiosa y cambia "regiones" por "naciones" (qué picorrrrr).
es de España y sus naciones
porque aquí te sopla el cierzo
y aquí se canta la jota.
Ahí queda eso.
En fin. Una mierdadisco, francamente.
lunes, octubre 01, 2007
Andrea Chénier en Barcelona
Pues no, al final cantó la Deborah, con Cura y Álvarez.
Es muuuy fuerte decir que lo que más me gustó de este Chénier ha sido José Cura, lo sé, pero es que es la primera vez que lo veo cantar con un mínimo de gusto, sin bocinazos estentóreos y con buen agudo. Tiene sus cosas y de golpe afea la emisión con un deje vulgar que te tira para atrás, pero francamente me sorprendió.
La Voigt tiene una voz bonita y hace las cosas muy correctas. Durante el primer acto no existió y luego no acabó metiéndose en el papel. El dúo del 2º acto fue aburrido aburrido. Sí, bueno, cantó bien, vale, pero a mí no llegó a transmitirme mucho.
Carlos Álvarez anduvo irregular. Empezó con la patata en la boca y al principio sólo proyectó bien un agudo. Mejoró en la segunda parte, bastante.
La orquesta, más pendiente de sí misma que de los cantantes y sin soltarse al lirismo en ningún momento. Desde luego no ayudó nada.
Los secundarios, dentro de la corrección y con exceso de cantantes ya mayorcitos. Tampoco me transmitió demasiado la Madelon de Irina Mishura (no salió a saludar al final).
El montaje de la Ópera de Tokio es vistoso, dinámico y con muchos elementos que podrían dar mucho juego. Pero la dirección escénica no lo permite: ya que todo es blanco, tendría que haber sido más agresiva, intensa, espectacular. No. No llega a transmitir en ningún momento la tensión de la revolución francesa ni la pasión que tiene que fluir de Maddalena. El único detalle que me gustó fue el de Chénier andando a prisión a la vez que la estructura giraba.
La escena de la gavotta es un ejemplo de la sosería imperante: qué manera de desaprovecharla.
Y mención aparte merecen los anticlimáticos finales de acto. Qué manera de cagarla. Y mira que podía haber sido efectista la caída de guillotina, pero es muy lenta y el sonido grabado suena demasiado tarde. Y en el segundo acto, además, hay unos fuegos artificiales añadidos. Uno se queda como que no sabe cómo ni cuándo ponerse a aplaudir. Un poco despropósito.
Pues sí pues sí, y considerando que el Andrea Chénier no es una ópera que me entusiasme en particular, me quedé con la sensación de sí, bueno, vale, pasable, sólo eso.
Llega Don Carlóssss
un Verdi:
Gracias, Ximo.
Gracias, Colbrán.
Próximamente en estas pantallas.
viernes, septiembre 28, 2007
Zitronella di Ravello (2)
ARGUMENTO:
(Para conocer la historia de esta ópera y su autor, no olvide pinchar en este enlace)
La acción transcurre en la costa amalfitana, en 1343.
Primer acto: Plaza del mercado de Amalfi, con el puerto al fondo.
Obertura. A la plaza llegan las vendedoras de limones de Ravello, cada una con su canasto, cansadas después de bajar desde lo alto de la montaña. Los hombres del lugar las piropean y preguntan por la joven Zitronella, la más popular del pueblo. Aparece Zitronella con su cestita de limones, dejándose agasajar por las adulaciones de los hombres y siendo criticada por las mujeres por su casquivanería.
Tocan las campanas de la catedral y las gentes se dispersan. Zitronella se acerca con su canastita de limones a la licorería del viejo Amaro, en busca de su hijo, Peppino.
Peppino Amaro, inocente e ingenuo, cree que Zitronella viene a venderle frutos para elaborar el limoncello que vende su padre, pero Zitronella ha puesto sus ojos en el joven con otras intenciones. Cuando Zitronella está a punto de abrazar a Peppino aparece el viejo Amaro, que no quiere ver a su hijo con esa campesina. Peppino se esconde en la licorería y Zitronella corre riendo hacia la catedral.
En su huida, Zitronella se cruza con Aldo di Sorrento, prestamista que viene a cobrar al viejo Amaro y que mira con deseo a la joven. Los dos viejos discuten y Aldo amenaza a Amaro con quitarle todo lo que tiene si no salda su deuda. Amaro se ríe y le contesta que todo el negocio está a nombre de su hijo Peppino y él no tiene nada, así que nada le podrá quitar.
Cuando los viejos desaparecen, sale Peppino que divaga sobre los sentimientos desconocidos que Zitronella le provoca. La joven, escondida, escucha el final del canto de Peppino y, conmovida, corre hacia él a declararle amor verdadero.
Mientras se abrazan, un griterío tremendo llega del puerto: Hay una barcaza a la deriva a la que le cuesta llegar a puerto. Peppino corre al fondo a ayudar a los hombres y se lanza al mar con una soga. Zitronella queda expectante. Al poco tiempo un grito de júbilo revela que Peppino ha logrado gobernar la barca. Las gentes vuelven a la plaza. Aparece Peppino llevando en brazos a una mujer extrañamente vestida. Peppino la deja en el suelo e intenta acercarse a Zitronella, pero la mujer se aferra a su cuello y cuenta su historia. Es Clementina de Alicante, una rica heredera y está perdida desde hace días en la mar. Zitronella se disgusta al ver a la mujer tan agarrada a Peppino, que no puede deshacerse de ella. Aldo di Sorrento se acerca y mira con intensidad. El viejo Amaro sospecha del interés de Aldo por la desconocida extranjera. Cuando Clementina reconoce a Aldo di Sorrento, se desmaya en brazos de Peppino, y una naranja que llevaba en la mano cae rodando hasta los pies de Zitronella.
Acto Segundo: Licorería del viejo Amaro, en Amalfi.
El viejo Amaro está vendiendo sus botellas de limoncello cuando entra Zitronella preguntando por Peppino, a quien hace tiempo que no ve por la plaza. El viejo Amaro le dice que deje en paz a su hijo y que se olvide de él, porque ahora está enamorado de la bella española. Zitronella monta en cólera y se va acelerada mientras las envidiosas del pueblo comentan. Sale Peppino y recrimina a su padre el que haya echado a Zitronella. Ella es su verdadero amor y es falso que quiera a Clementina. El viejo Amaro pone en duda la decencia y la virtud de Zitronella dados sus antecedentes. Peppino, desorientado y confuso, se encierra en sus habitaciones. Su padre lo sigue.
Entra Clementina en la licorería buscando a Peppino, entonando cánticos de amor. Al ver que no hay nadie, cesa los cánticos y cambia totalmente de actitud. Con una seña, hace entrar al prestamista Aldo di Sorrento. Clementina le dice que tiene que ayudarla a conseguir a Peppino. Si consigue casarse con él, ella disfrutará de la fortuna de Peppino y promete a Aldo que cobrará su deuda. A cambio, el sorrentino no revelará la verdadera identidad de Clementina, su pasado como mendiga en Sorrento ni cómo robó a una extranjera su traje de bellea del foc y se hizo pasar por ella. Clementina apaga una a una todas las velas de la licorería dejando sólo una encendida.
Es tarde y las gentes de Amalfi salen de misa y se van recogiendo. Zitronella entra en la licorería buscando de nuevo a Peppino, ansiosa. En ese momento, una mano desconocida apaga la última vela. Gran escándalo, jaleo y ruido. Entra Clementina portando luz y va encendiendo poco a poco todas las velas de la licorería.
En la licorería se encuentran el viejo Amaro, Peppino, Clementina y Zitronella, medio desnuda y abrazada al prestamista de Sorrento. Al ruido del griterío varios paisanos han acudido a ver qué ocurre. Acusan a Zitronella de impúdica. Peppino se desespera. El viejo Amaro lo consuela. Zitronella explica desconsolada que alguien se ha intentado aprovechar de ella. Clementina se tapa los ojos de vergüenza mientras hace una seña a Aldo di Sorrento. El viejo Amaro expulsa a Zitronella de la casa y le prohíbe que vuelva a aparecer u ose volver a ver a su hijo. Los paisanos asienten y piden que se expulse a la indecente mujer de Amalfi y que se vuelva a su pueblo, Ravello, y no vuelva a salir de allí nunca. Clementina se acerca a Peppino y pone la cabeza del joven en su pecho. Coge una naranja y con malicia la arroja rodando hacia Zitronella.
Acto Tercero: Acantilados de Ravello.
Zitronella vaga por los caminos asilvestrada y con el juicio perdido. Enloquecida, habla a la naranja como si se tratase de su amado Peppino, y a cada paso que da se aproxima más y más al precipicio.
Los campesinos de Ravello lamentan la mala suerte de Zitronella, víctima del despotismo y la incomprensión de los orgullosos habitantes de Amalfi. Se acerca una tormenta y las mujeres consiguen convencer a Zitronella para que se resguarde en una cabaña cercana con ellas. Zitronella, sin razón ni voluntad, accede.
Bajo la lluvia, Peppino ha subido hasta los acantilados de Ravello en desesperada busca de Zitronella, pues se ha enterado del engaño de Clementina y Aldo. Tras un rato de infructuosa búsqueda, descubre una silueta de mujer. Se acerca a ella, pero al darse la vuela resulta ser Clementina, que ha venido a evitar que los dos jóvenes vuelvan a reunirse.
Peppino y Clementina tienen una fuerte discusión y el joven amenaza con tirar a la falsa española por el acantilado. Aparece Zitronella al oír los gritos. Peppino se arrodilla ante ella, le pide perdón y le declara su amor. Zitronella queda conmovida. La tormenta arrecia. Clementina les grita a ambos que eso es imposible, ya que espera un hijo de Peppino. Zitronella, fuera de sí, le arroja con furia la naranja que la supuesta alicantina le había lanzado días antes. Clementina recibe el naranjazo, pierde el equilibrio y cae por el acantilado.
En ese momento, un fuerte maremoto provoca una ola gigante que se traga toda la costa. Todo se derrumba, desapareciendo los dos amantes en un grito de horror.
Fin
Zitronella di Ravello (1)
Zitronella di Ravello fue compuesta especialmente para lucimiento de la Malibrán por el joven Rodolfo Caspiani, con libretto de Lucio Terroni inspirado en una leyenda popular medieval que atribuía a una historia de celos y traiciones el terrible maremoto que destruyó la ciudad de Amalfi, al sur de Nápoles.
Tras la muerte de la Malibrán, Caspiani intentaría estrenar su obra en Londres pero Giuseppina Castatrizzo, la soprano elegida para sustituir a la diva, sufrió un accidente durante los ensayos que le hizo abandonar la producción. La Zitronella nació pues con fama de gafe y ni aún hoy en día ha conseguido quitarse ese sambenito.
Finalmente Caspiani logró estrenar la ópera en Bérgamo a principios de abril de 1848. De claro corte belcantista, con heroína romántica y escena de la locura incluida, Zitronella fue despreciada por la crítica, que la encontraba arcaica, larga y excesivamente académica, máxime cuando un año antes el joven Verdi ya había estrenado su Macbeth abriendo nuevos caminos en la dramaturgia operística. El público, por su parte, irrumpió en carcajadas durante la escena de la locura al considerarla excesivamente ingenua y ridícula.
La fatalidad quiso que días después de su estreno, mientras Caspiani introducía modificaciones en la partitura, falleciera Gaetano Donizetti. La ciudad de Bérgamo declaró luto oficial durante una semana, el teatro de ópera cerró y la Zitronella se cayó de cartel y no ha vuelto a ser representada íntegra.
Ya en el siglo XX, en su labor de recuperación del repertorio belcantista, Maria Callas investigó la partitura de Caspiani. Un pequeño incendio doméstico hizo que la supersticiosa diva, asustada, abandonara la parte.
Posteriormente, Beverly Sills incluyó con poco éxito el aria de entrada de Zitronella en sus recitales y existe una grabación de Mady Mesplé en su traducción al francés. De la parte de mezzo, una ya madura Marilyn Horne tiene también grabada un aria en un disco editado por Nuova Era. Aparte de estos fragmentos, no está documentado que Zitronella di Ravello haya sido representada o llevada a los estudios de grabación.
Actualmente se ha planteado al posibilidad de unas representaciones con Ana María Sánchez y Elina Garanca al frente del reparto, pero de momento sólo son elucubraciones.
Argumento de la Zitronella -> clic.
lunes, septiembre 24, 2007
Ella que ez contrabandiztaaaa
Además, acompaña un dvd con un documental de 20 minutos y una sesión de fotos que ya querrían en Supermodelo 2007.
Es decir: empaquetado de lujo. ¿y el contenido?
Pues sí, el contenido es más interesante que el continente: El disco comienza muy fuerte con unas arias preciosas de Pacini y Persiani (de este último no conocía yo ni el nombre) y luego una maravilla de Mendelssohn que es para dar de comer aparte. la propia Bartoli lo dice en el documental: cómo es posible que este aria haya sido olvidada durante 180 años.
Y empieza el despendole: la Bartoli se nos pone loquísima cantando "Yo que soy contrabandista", con su guitarra, palmeros y castagnettes, ole. Y además termina con unos alaridos swahilis espantosos. La misma línea sigue con un aria tirolesa insoportable y larguísima y con un Rataplán que por suerte es cortito. Afortunadamente luego vuelve a la normalidad, incluyendo otra pieza de Manuel García bastante impactante.
jueves, septiembre 20, 2007
Empieza el trajín (en Barcelona)
domingo, septiembre 16, 2007
¿Zarzuela-cabaret?
Marina Bollaín, la hermana gemela de Icíar, ha presentado en el teatro Albéniz de Madrid el espectáculo de zarzuela "Adiós, Julián". Con una escenografía mínima, cuatro cantantes, tres bailarinas, coro de mujeres y diez músicos, ha juntado fragmentos de varias zarzuelas para hilvanar un argumento sencillo de amor y celos. Es decir, un pastiche en toda su definición.
Por la estética, escenografía, tipo de cantantes y resultados artísticos, a mí me parecía estar más en un cabaret que en un teatro. No me extraña que tuviera éxito en Berlín cuando se estrenó en 2001, porque está más cerca del musical que de la zarzuela (con sus micros incluidos).
El decorado era más simple que el mecanismo de un botijo: una pasarela al fondo del escenario con dos rampas a los lados para acceder, una jaula y ocho taburetes Fritiof de Ikea. Los figurines, a caballo entre una Ágadha Duiz de la Pdada moderada y el Almodóvar de Laberinto de Pasiones. Y varios toquecitos de humor en una dirección escénica dinámica. Ole por la labor de "remezcla" de fragmentos elaborando un argumento propio sin necesidad de recurrir a partes habladas.
Como espectáculo, aunque pobretón para un teatro tan grande, funcionaba. Ahora, ¿y los resultados musicales?
Pues también hay que bajar el listón hacia el café cantante o el cabaret, porque si no la cosa pasar de cómica a dramática.
Las más aplaudidas fueron las tres bailarinas, aunque para mí hacían siempre lo mismo. También hay que reconocer que la adaptación de las piezas a una orquesta de 10 instrumentistas deslucía mucho fragmentos como La Boda de Luis Alonso.
El coro femenino, muy gracioso y bien.
Los solistas, ay: Muy buena Isabel Egea como mezzo, correcto Pipe Vao Bel como tenor cómico (más actor que cantante), con apurillos Javier Checa de "baritenor" (eso sí, muy buena planta, vamos, pa hacerle un favor) y con un timbre algo irritante Carmen Campos de soprano. Hay que reconocerlo, se oyó algún gallo, más de una imprecisión y había partes que les sobrepasaban a todos.
¿Qué se escuchó? Pues mucha "zarzuela-maría": Barberillo, Niño Judío, La del Manojo, Verbena, Gran Vía, Bateo, Tempranica, Luis Alonso... y colofón con el pasodoble del Gato Montés, con el coro paseándose por el patio de butacas repartiendo la merienda y sacando al público a bailar. (Haciendo clic en la imagen se ve el programa).
Yo creo que este show no debe ser visto como un intento de modernizar la zarzuela, ni un acercamiento a nuevos públicos. Es un espectáculo aislado, una "zarzuela de bolsillo" como decía su anuncio. Un divertimento sin pretensiones, porque mejor no buscárselas. No vi la Verbena de la Bollaín del año pasado, pero si siguió ese estilo de dirección escénica, seguro que había disfrutado.
Lo mejor: el comentario de dos señoras cuando salían, diciendo: "dónde se ha visto que el coro se tire por los suelos y fume con los pies, es una vergüenza".
O el de mi tx cuando el chotis del Eliseo se convierte en un twist: "Pero qué me has traido a ver".
A mí me gustó. ¿Seré muy conformista?
Aria de Teresa de Benvenuto Cellini
Ooooh, cielos, escenografía mamarracha.
Claaaaro, como es una ópera de repertorio que se representa todos los años en todos los teatros del mundo... En fin.
Vale, intentaré pasar por alto las proyecciones, el helicóptero, los robots... (y mira que me gustan a mí las escenografías alternativas, pero joer, que es la primera vez que la "veo").
Me espero diez minutitos. Biennnn, la gran aria de Teresa.
P...p...p...ero... ¿esto qué es?
¿Dónde han metido "Entre l'amour y le devoir"?
¿Dónde está esa segunda parte a ritmo ternario tan bonita que me gusta a mí tararear en el coche para pasmo de los que se paran a mi lado en los semáforos?
He leído que Benvenuto Cellini tuvo varios cambios y versiones pero... joer, ¿por qué me cambian lo que más conozco?
Aquí el vídeo del aria alternativa:
¿Será la original? ¿Será otra que Berlioz puso después?
Yo no tengo ni idea.
Aún no he acabado de ver el vídeo, pero.. ¡¡¡JOPETAS!!!
Lo mismo Ximo, que estuvo en la función, algo nos puede aclarar.
sábado, septiembre 08, 2007
Mama is a queen and papa is a king, so I am a princess and I know it
Esta entrada viene a raíz de una del bollolírico blog de Bea, que si no lo conocéis los cuatro gatos que entráis aquí ya estáis yendo a verlo haciendo clic aquí mismo porque es de los más entretenidos del mundo lírico, aunque le da bastante por poner lieder de esos pesadísimos.
En su blog, Bea nos ponía un vídeo de Jeniffer Larmore (¿es el mismo del dvd del Liceu?) cantando "Art is calling for me" de la opereta "The Enchantress" de Victor Herbert.
Yo esta canción (¿aria?) la conocía del disco del 50 cumpleaños de
Todo en ese recital es hortera, desde la portada del disco (toma pendientes, glitter glitter, baby), a los decorados y sobre todo esos modelitos fucsia morados que nos saca la diva.
Sin embargo, me parece un disco con cosas muy interesantes. Justo antes de empezar su retirada gradual de la escena, Kiri había conseguido por fin dotarle a su voz de tintes interpretativos, algo cuya falta siempre se le había achacado: la chica era muy sosa.
Kiri! es uno de esos discos insustanciales y facilones que, sin embargo, son muy agradables de escuchar, por la variedad y por la sorpresa.
En él, Kiri juega sus mejores bazas: Strauss y Mozart. Deja buen sabor de boca con la Louise y el lied de Marietta. Luego toca un poco todos los palos: Puccini (no, lo siento, salvo su fantástica Rondine, su Puccini no me convence nada), el musical americano e inglés, unas canciones maoríes y otras ligerezas. Y, como curiosidades, el "Art is calling for me" y el aria de Salaambô de Herrmann de la banda sonora de Ciudadano Kane, en una vibrante interpretación que supera a la grabación que hizo para RCA.
A la espera de que encuentre ese aria de Salaambô en vídeo, aquí el de la opereta, con un final muy efectista.
He buscado otros vídeos de esta canción y me han salido bastantes (¿tan popular es?) pero me resulta bastante cruel poner a chiquitas pasándolo mal. Sin embargo, hay una obligada.
Con todos ustedes, Heather Harris, Miss Houston Outsanding Teen 2005 demostrando sus habilidades canoras en un concurso de belleza.
Supongo que ganó, ¿no?
Houston, tenemos un problema.
Por cierto: ¿Quién fue el lumbreras de la RAI que puso a la pobre MIRELLA FRENI de comentarista en el entierro de Pavarotti? Si la mujer no paraba de echarse a llorar recordando anécdotas. Qué crueldad.
jueves, septiembre 06, 2007
Pavarotti
Luciano Pavarotti ha muerto esta madrugada de un cáncer de páncreas a los 71 años. No voy a empezar a soltar eso de que es uno de los últimos grandes tenores y que ya nos quedan pocos, etc etc. No. Mi reflexión de esta mañana es: se han empezado a ir los cantantes de ópera del boom discográfico de los 80/90, esos que son despreciados por vendidos a las casas de discos, que son anatemizados por hacer macroconciertos, por organizar circos tipo Los Tres Tenores o por cantar con estrellas del pop. No era un cantante de la generación de los de después de la guerra. Pavarotti es de los de hace dos días, como quien dice.
Vi a Pavarotti en directo en dos recitales en Madrid: estuvo glorioso (con todas las letras) a principios de los 90 en el Auditorio Nacional (y a pesar del maleducadísimo público de invitados de sociedad que se ponían a aplaudir y gritar en cuanto subía un poco) y muy mal hace muy pocos años en el Teatro Real, ya sin fuerzas ni brillo en la voz.
Me imagino que todos los que lo pusieron a parir en las últimas dos décadas hoy se desharán en elogios sobre él. Yo no, para eso están las grabaciones que ha dejado.
Mis pavafavoritos:
- Care selve de la Atalanta de Händel, descargable aquí.
- Su Nemorino en L'Elisir d'amore.
- Su primer duque de Mantua del Rigoletto con la Sutherland
- El Calaf de la Turandot con Caballé en San Francisco
- La Turandot de Mehta
- El primer concierto de Los Tres Tenores
- Y, por supuesto y por encima de todas, su Rodolfo de La Bohème.
Vaya verano: Sills, Crespin, Pavarotti.
Cecilia, guapa, te esperas un poquito.