Manon.Jules MassenetLiceo de Barcelona. 30 de junio de 2007
Natalie Dessay, Rolando Villazón, Manuel Lanza, Francisco Vas, Samuel Ramey
Víctor Pablo PérezDavid McVicarAy la Manon, cómo es, y cómo me gusta.
Ahora, unas tijeritas no vendrían nada mal:
Chas chas chas y adiós grisetas, chas chas chas, cojo el Imedio y corto y junto un par de actos como se hacía antes.
Y así no hay que salir despepitado a las doce y media a buscar un sitio donde te den de cenar, porque después del paseíto hasta el Majestic, aquello era un cocktail bar y además, había overbooking de pijas barcelonesas y el aforo estaba completo.
Pero a lo que voy: Gran función de ópera el el Liceu de Barcelona. El público venía a aplaudir y se notaba.
En escena, la
Dessay: fantástica, conmovedora, deliciosa, una adecuación total al papel y la primera soprano que me hace creer que Manon tiene poco más de quince años.
Para mí la
Gavota es anecdótica en esta ópera, pero la resolvió bien (ya no es la máquina de hacer coloraturas y sobregaudos de antes, hay que decirlo) aunque donde mejor estuvo fue en las partes más dramáticas: la
petite table, San Sulpicio y el final (de cagarse).
Con
Villazón tenemos un problema. Es bueno, tiene una voz bonita (lírico raro) y cuando canta piano es capaz de modular y hace cosas preciosas. El problema es que cuando tiene que esforzarse la voz no le pasa, se le queda atrás y grita y las pasa canutas para sobrepasar la orquesta, pasando a una actuación tipo verista pero sin que le acabe de salir el chorro de voz. Para mi gusto, tendría que centrarse un poco.
Hizo un
en fermant les yeux exquisito, empezó bien el
Fuyez pero el final le sobrepasó y acabó desvariando un poquito. Eso sí, se marcó una nota final eteeeeeeeeeeeeerna que levantó al personal.
Muy correctos el resto de elementos artísticos: Ramey cascadísimo pero imponente, Vas muy gracioso, Lanza bien (la primera vez que me gustan estos dos) y la orquesta bien pero tapando al pobre Villazón. De las tres grisetas no opino porque me ponen del hígado.
La producción es una mierda pinchada de un palo. Por lo menos no molesta, me decía, ingenuo de mí, en el segundo entreacto. Los cojones. El acto del hotel de Transilvania convertido en burdel fue un despropósito total: desnudos y acciones obscenas y provocativas que no provocan nada sino irritación porque hay que andar buscando a los cantantes entre cincuenta figurantes haciendo el gilipollas. Los que celebraran el día del orgullo tuvieron su dosis de cacha visible. Ah, el ballet, una ridiculez.
Y mi pregunta es: ¿Se monta el pollo con el Don Carlos (
véase) o con el Ballo y no se dice nada de esta memez? Una vez más, me reafirmo en mi opinión de que cuando la gente abuchea va con la idea de montar la escandalera antes de ver nada. En fin.
Gran Manon, estupenda Dessay; bien, aunque preocupante, Villazón y me quito el sombrero ante Massenet por ese final en el que, aún sabiendo lo que ocurre, te pilla totalmente desprevenido y emociona. Mucho.
No voy a robarle a Mei el vídeo, se puede ver
aquí.
¿Nadie lo va a subir a rapidshare????? Avisad, porfaplís.
Mi crónica (casi igual a ésta) en Unanocheenlaopera,
aquí.
Extractos en vídeo,
aquí.