martes, diciembre 01, 2020

Operación "Die Csárdásfürstin". Que el fin del mundo nos pille bailando


 Hoy voy a hablar de la opereta Die Csárdásfürstin, de Imre Kálmán.

Es una obra que ni por asomo se me hubiera ocurrido escuchar, primero porque desconocía por completo al compositor, segundo porque a mí la opereta, quitando La Viuda Alegre... como que no, y finalmente por el nombre tan complicado, ¿de qué iría? Prejuicios absurdos, evidentemente.

Pero me surgió un reto con mi amigo Eleuterio Amoedo, tenor en tierras bárbaras: Le recomendé que viera el vídeo de la zarzuela "La del manojo de rosas" que se ha emitido este mes pasado desde el Teatro de la Zarzuela de Madrid. A cambio, yo tenía que escuchar la opereta "Die Csárdásfürstin". Y lo hice.

Pensé que lo mejor sería primero hacer una escucha de audio sin saber ni el argumento ni nada de las circunstancias o la historia de dicha opereta o su compositor. Y así lo hice. Busqué en Spotify y encontré una grabación de 2002 dirigida por Richard Bonynge e interpretada por Yvonne Kenny. 

 


Bonynge siempre es un punto de garantía de calidad, pensé. Y a la Kenny le tengo un cariño tremendo después de ver su desopilante Cleopatra del Giulio Cesare in Egitto de Händel que emitió Canal Clásico de TVE a finales de los 90 (está en dvd, si puedes, hazte con esta ópera).
 
Móvil cargado con la playlist de Spotify y viajecito corto en coche que me venía ideal: el tiempo previsto justo para escuchar la opereta.
 
Oye, y me gustó, qué narices. Una sucesión de valses, polkas, danzas húngaras, marchas... todo muy pegadizo y con unas melodías que corren como la seda. El sonido además de la grabación es muy luminoso e Yvonne Kenny está estupenda. Tranquilamente se pueden sacar media docena de hits, si no más. Muy buena.

Pero claro, ahora tocaba enterarme de qué era lo que estaba escuchando. A buscar una versión en vídeo, con subtítulos.

Y encontré esta, una película de 1971 de DG/Unitel con Anna Moffo y René Kollo. Tenía pinta de ser muy clásica.
 
 
El problema eran los subtítulos, por más que busqué sólo encontré unos en Opensubtitles en ruso.
Pero ah, maravillas de la técnica. Descargué los subtítulos en ruso, los metí en la web de traducción de subtítulos https://www.syedgakbar.com/projects/dst y voilá, subtítulos en español traducidos macarrónicamente pero que pegados al vídeo se pueden ver perfectamente en VLC.

Bueno, bueno, bueno, cómo es la película de la Moffo. De un kitsch despatarrante. Y encima ella misma y su voz siempre fueron de lo más cursi del mundo. Te puedes imaginar. Los decorados... ¡los estilismos! Por favor si me dieron ganas de hacer gifs animados de cada modelito que sacaba la señora. Y lo hice (clic).


La Moffo canta, baila y se pasea divina entre flores, plumas y sedas color pastel. René Kollo está tan soso como lo es su papel, o sea bien. Y se debió enfadar mucho de no salir en la portada oficial del vídeo, porque en otra edición sale él con "la otra", la rubia.



Por lo menos ya me pude enterar del argumento completo. Es una comedia entretenida con un puntito de enredo y algo tan típico de las operetas y zarzuelas como es el conflicto sentimental entre dos parejas, la seria protagonista y la cómica secundaria. No ha envejecido mal.

Argumento más o menos: El príncipe Edwin está enamorado de la cantante de cabaret Sylva Varescu, pero su amor nunca será aceptado por su noble familia. Él le promete matrimonio pero ella se cree burlada al enterarse del anuncio de la boda de Edwin con su prima y huye. En la fiesta de compromiso de los futuros príncipes Sylva reaparece como supuesta esposa de Boni, un íntimo amigo de Edwin. Él cree que al ser Sylva ahora condesa su familia no podrá oponerse a la boda si ella se divorcia de Boni, y rompe su compromiso con su prima Stasi. Sylva vuelve a sentirse ultrajada al ver que Edwin se avergüenza de ella, porque no es condesa, sino "la princesa de las csárdás", y vuelve a huir. Boni y Stasi sienten atracción mutua. En el último acto se descubre el origen no tan noble de un miembro de la familia, que ya no puede oponerse al matrimonio con Sylva. Las dos parejitas, Sylva/Edwin y Boni/Stasi, son felices y comen perdices.

Siguiente fase: ver una representación en teatro.
Vuelta al Youtube de mis entretelas y la primera (y única) que encuentro con subtítulos en inglés está cantada en húngaro, en vez de en alemán. Bueno, Imre Kálmán era húngaro (del imperio austroídem) y las melodías populares que hay en la opereta son muy húngaras, le daré una oportunidad y si me aburro o me saturo, la quito.



Pues esta Csardaskyrálinö resulta ser una representación totalmente ortodoxa, de las de "como debe ser". Competentemente interpretada por un elenco brillante, con decorados y trajes de época  y siguiendo de pe a pa la dramaturgia. Se incluyen además un par de números musicales extra para lucimiento de la que hace de mamá de Edwin. Es una versión muy clásica, muy recomendable y muy divertida.


Y ya estaba yo listo para la cuarta fase, para la que me había estado preparando tan concienzudamente y para la que había sido comisionado por mi amigo el tenor en tierras alemanas: ver la versión en cine de 1951 protagonizada por la única, tremenda e inigualable Marika Rökk.
 
 
Marika Rökk fue una actriz cantante y bailarina de origen húngaro muy popular en Alemania en las décadas de los años 30-40-50.
 
 
Ante una foto así yo me imaginaba una señora elegante tipo Marlene Dietrich o fina estilo Ginger Rogers. Pues no, la Rökk de fina y elegante no tenía nada. Con una voz muy aguda y unos bailes entre cómicos y acrobáticos, podríamos decir que es como un híbrido de Deanna Durbin, Lucille Ball y Pinito del Oro.



Porque Marika, querida, una señora NO HACE ESTO:
 


En fin. Su película "Die Csárdásfürstin" es una adaptación libre de la opereta. El argumento general es muy vagamente el mismo pero trasladado a tiempos contemporáneos, con localizaciones que no vienen a cuento en Sicilia, Roma y... no recuerdo si Londres o París. Es una birria, no vale un pimiento.

Sin embargo, hay un momento absolutamente GLORIOSO que merece ser rescatado:



Y no me pregunte spor qué no tiene sonido, porque no lo sé.
 
A pesar de la insistencia del amigo tenor en que indague en la carrera de la Srta Rökk, me parece que lo lleva claro. Una vez vista (y olvidada al instante) su atrocidad de película, di por concluida la operación Csárdásfürstin.


Sin embargo estos tiempos de Covidpandemia me reservaban una ulterior sorpresa: con esto de los teatros de ópera cerrados y las retransmisiones en streaming, resulta que la Opernhaus de Zürich (Zurigo para puristas y atapuérquicas) iba a poner disponible esta opereta en su página web durante el último fin de semana de noviembre.

Y nada menos que con una puesta en escena totalmente rompedora y ajena a la tradición: la obra tiene lugar en un yate en el que unos millonarios pasan sus vacaciones. Edwin, aquí casado con una aburrida-de-la-vida Stasi, se enchocha de Sylva, la camarera y animadora del yate, y Boni es un viva la vida. Tras un incidente, su manera de ver la vida y el mundo cambiará.



Oye, pues la cosa funciona, porque a pesar de un final excesivamente disparatado, sigue dentro de lo que cabe las líneas generales del argumento original, se presta a una reflexión moral, social y medioambiental. Y es que, como dice la letra de una de las canciones, bailemos aunque quién sabe cuánto tiempo seguirá girando este triste y viejo mundo.
 

 
Porque Die Csárdásfürstin se compuso justo cuando estalló la Primera Guerra Mundial, en un momento en el que el mundo tal como se conocía se estaba desmoronando, con el imperio austrohúngaro a punto de estallar en mil pedazos. Se estrenó en Viena en 1915. Todo ello es perfectamente extrapolable a una situación de un siglo más tarde, con una pandemia dándole la vuelta a todo lo que conocemos, pero... 

que el fin del mundo nos pille bailando.
 
(Y a mi amigo el tenor, viendo zarzuela)



 
ACTUALIZACIÓN:
 
¿Creía yo que con esto iba a terminar la Operación Csárdásfürstin?
¡JA!
Gracias a los miles de blogs de zarzuela que hay en el mundo he descubierto que esta opereta se tradujo al español, se interpretó en España y... ¡hubo hasta grabación discográfica!
Redescubierta al mundo mundial gracias a los cd de la serie BlueMoon.
 
 
Señoras, señores, señoras, con todos ustedes una grabación del año 1921, a punto de cumplir un siglo: La Princesa De La Czarda:
 
 

lunes, julio 13, 2020

Cómo descargar vídeos en streaming.

Como todos sabemos, durante estos meses de confinamiento en los que los teatros de ópera han interrumpido su actividad, algunos de ellos van emitiendo vía streaming gran parte de su fondo videográfico, muchos de ellos de manera gratuita.

Es el caso del Met, que lleva ya cuatro meses emitiendo diariamente una ópera completa y donde hemos podido disfrutar desde representaciones clásicas de los años 70 a las más actuales. El problema es que uno no da abasto. No siempre se tiene el tiempo de ver una ópera completa al día y cuando lo tienes sólo puedes ver la de ese día en concreto.

Así que me puse a indagar la posibilidad de descargar esos vídeos en streaming.
Y googleando googleando triunfé patinando.

He aquí un tutorial de cómo descargar vídeos desde la plataforma Brightcove, que es desde la que transmiten algunos teatros como el Met o el Real.

¿Qué necesitas, Maripuri?
Simplemente el programa de reproducción VLC (https://www.videolan.org/vlc/index.es.html)
y ser un poquito espabilado.

Vayamos por pasos.

Lo primero es localizar el vídeo en streaming y comprobar que esté funcionando y de manera gratuita. Es decir, que si localizaste el vídeo ayer y lo intentas bajar hoy cuando ya no lo están emitiendo no vas a conseguir bajarlo, mendrugo. Y si lo localizas pero es de pago, tampoco. Vamos, que le tienes que dar al play y ver que el vídeo corre.

Lo siguiente es averiguar el enlace directo al vídeo.
Casi todas las páginas tienen los vídeos "embebidos" dentro de su propia web, hay que escudriñar y encontrar el enlace directo de ese vídeo.

Vamos al vídeo y le damos a botón derecho. Saldrá:


Y pulsamos en Player Information

Obtendremos esta pantalla:


En ella tenemos que anotar los tres códigos que aparecen en colores:
Account ID (Número de cuenta)
Player ID (Código de reproductor)
Video ID (Identificativo de vídeo)
Es mejor seleccionar los códigos con el ratón y usar los atajos de teclado (Ctrl/CMD +C), porque al dar botón derecho la pantalla se cierra.

Una vez localizados esos tres códigos, abrimos una nueva pestaña del navegador y pegamos este enlace, sustituyendo las palabras en color por los códigos que hemos encontrado:

https://players.brightcove.net/NÚMERODECUENTA/CÓDIGODEREPRODUCTOR_default/index.html?videoId=IDENTIFICATIVODEVIDEO

¿Que parece un poco rollo? Sí, pero si lo haces más de una vez verás que al final sólo tienes que cambiar el identificativo de vídeo.

El caso es que si lo has hecho bien cortando y pegando cual aplicada Ana Rosa novelista, en esa pestaña de tu navegador te tiene que salir el vídeo y tienes que poder reproducirlo.

Fin de la primera parte, fin de la primera parte, y ahora viene la segunda que es la más interesante.

Nos vamos a la página www.tubeoffline.com y bajamos hasta encontrar el enlace a Brightcove:



En la pantalla siguiente, pegas el enlace del vídeo "escudriñado" en la casilla video url y pulsas GET VIDEO.



Y se pone a pensar.
Aviso: TARDA BASTANTE.
El botón GET video se convierte en WORKING... mientras está pensando.
Después de unos minutos obtenemos una pantalla tal que así:


Y nos fijamos en los dos enlaces que he marcado en amarillo.

Fin de la segunda parte, y ya vamos con el final.

Últimos pasos:

En la pantalla de tubeoffline damos con el botón derecho al enlace que marqué yo en amarillo, el de COPY this link que aparece debajo de SAVE IT. Copias la dirección del enlace.

Abrimos el programa VLC MEDIA PLAYER.
Ojo que hay algunas diferencias según el programa sea para Windows o Mac (los Linux son especie aparte), pero la operativa es la misma.

Menú: Medio - Abrir Ubicación de Red (open network stream)
En la casilla, pegas la dirección del enlace que te dio la página de tubeoffline.
Aquí, MUY IMPORTANTE: No le des a PLAY o REPRODUCIR, que la cagas, NO.
Te vas al botón de abajo y abres el desplegable.
En el desplegable, busca CONVERTIR
Y en la casilla perfil seleccionas Video H.264 + MP3 (MP4)
Aviso, a mí, en Mac, me sale mejor seleccionando H.264 + MP3 (TS)
Pulsas Explorar y seleccionas dónde quieres guardar el vídeo.


Y pulsas iniciar.

El reproductor se pondrá en marcha pero no saldrá nada en la pantalla, sólo verás los segundos correr en la barra de tiempo.


¡No toques nada!
Hay que esperar a que termine. Y eso, dependiendo de la duración de tu vídeo y la potencia de tu ordenador, puede llegar a ser bastante (media hora).

¿Y qué pasa al final?
Pues que tienes en tu disco duro el vídeo descargadito y en formato MP4 para tu uso y disfrute.

Si has elegido el formato TS o te sale un archivo sin extensión, simplemente cámbiale la extensión al vídeo renombrándolo como VIDEO.MP4

Los subtítulos:
En la pantalla de tubeoffline pulsas con botón derecho en el enlace de subtítulos (el segundo que puse en amarillo) y le das a "guardar enlace como".
Se te descargará un archivo VTT (que es absurdo porque no lo lee ningún reproductor)
Vas a la página Subtitletools: https://subtitletools.com/convert-to-srt-online 
Eliges el archivo vtt, le das a Convert to srt y luego a Download.
Renombra el archivo de subtítulos con el mismo nombre de tu vídeo y colócalo en la misma carpeta que este. (Qué difícil se me hace no acentuar los demostrativos pronominales, agh)
Así por ejemplo si te has bajado la excelsa ópera LUNA de José María Cano y tu archivo es LUNAJMCANO.mp4, tendrás que tener en esa misma carpeta el archivo LUNAJMCANO.srt

Así ya en casi cualquier reproductor de vídeos se te mostrarán los subtítulos cuando inicies el vídeo.

Y ya está, creo que no se me queda nada en el tintero.
Como todo proceso, no es infalible.
Hay vídeos que no hay manera de descifrarlos.
Hay otros que te salen directamente en mp4 sin necesidad de usar el VLC.
Y otros te pasarás horas bajándotelos para luego darte cuenta de que ya lo tenías desde hace siete años bajado por torrent.


Como ya he dicho, este sistema es válido para retransmisiones vía Brightcove, es decir, en este momento, las que hacen el Met o el Real (a través de my opera player).
Me ha sido totalmente imposible descargarme nada de la Staatsoper de Viena.
Y las de Teatroteca (La Zarzuela, básicamente) tienen otro sistema mucho más complejo.



La Traviata de la Covid-19



Qué descuidado tengo el blog.
La verdad es que un blog necesita mimo y trabajo y como tampoco es que haya mucho feedback por parte de lectores al final uno tira a soluciones más sencillas: un mensaje en twitter, un comentario en un foro, etc.

Pero dadas las circunstancias, creo que merece la pena hablar un poco de esta Traviata que nos ha puesto en julio de 2020 el Teatro Real de Madrid.

Se han marcado un tanto siendo el primer teatro en abrir con 27 funciones de una producción operística completa. ¿En versión semiescenificada Sí, ok, pero producción al fin y al cabo.

Como ya he dicho muchas veces, a mí me da exactamente igual que Violetta salga de una nave espacial o esté en un campo de concentración, lo importante es que haya una coherencia narrativa. Y aquí se ha conseguido, pese a parecer una especie de versión en concierto.

Una Traviata semiescenificada o en semiconcierto para mantener "la distancia social".
Ya habrás visto las imágenes en internet o en la tele: un escenario negro, vacío, con líneas rojas formando una cuadrícula con unos pocos elementos de atrezzo separados para que el coro y los intérpretes se mantengan distanciados y no puedan interaccionar físicamente entre ellos.


Entre eso, el 50% del aforo y un foso de orquesta enorme y también con mucho espacio, el panorama inicial era muy triste.

Afortunadamente en el terreno musical las cosas funcionaron bastante bien. Y sorprendentemente en el teatral también.

Nicola Luisotti llevó bien las riendas de la función, con una orquesta empastada, siguiendo a los cantantes y evitando el chimpún-chimpún que les da a muchos cuando enfocan a Verdi. Bien en el primer acto, un poco más falto de intensidad en el segundo... pero un tercer acto soberbio desde el preludio, con un acompañamiento ejemplar del Addio del pasato y un final de poner los pelos de punta. Muy bien.

Marina Rebeka tiene una voz con un timbre precioso, volumen y extensión. La voz es muy lírica, puede con las agilidades y tiene el peso suficiente como para llenar todos los registros, arriba y abajo. ¿El pero? Vocalmente es un pelín plana en expresividad, en dramatismo. La voz, no ella. Porque interpretativamente estuvo soberbia y lo suplió con creces. Aparte, hizo algunas variaciones puntuales en el fraseo que le dieron un toque muy personal a su actuación. (Ok, no dio el sobreagudo del Sempre Libera y raspó en el Gioir, minucias, minucias). En los números de conjunto se comía con patatas a todos los demás (como ocurrió cuando cantó Faust). Es muy buena.

Michael Fabiano está alejado de lo que uno se espera del típico Alfredo. Nervioso, vehemente y con un timbre oscuro poco luminoso... no voy a decir que estuviera un poco Turiddu, pero poco le faltó. Afortunadamente se calmó y ya a partir del dúo con el padre fraseó con gusto y terminó marcándose un tercer acto precioso.

Artur Rucinski también estaba contagiado de ese nerviosismo, con un inicio casi violento. La voz es lírica y en el dúo con Alfredo casi podrían haberse intercambiado los papeles padre/hijo. Como era de esperar, se lució en el Di Provenza con un fraseo cuidadísimo.

Mucho más que correctos los secundarios, con mención especial para la Annina de Marifé Nogales. A la Flora casi ni la pude ver porque siempre estaba confinada en un extremo del escenario donde la visión de mi butaca no llega.

El coro es el que más sufrió esta disposición en cuadrícula. Si bien los hombres le dieron al forte en cuanto pudieron y se hicieron notar, ellas dieron una sensación de falta de conjunto, de empaste, en casi todas las intervenciones.

Y ahora el tema de puesta en escena de Leo Castaldi. O cómo conseguir transmitir todo el drama y la emoción de La Traviata sin que los intérpretes se toquen. El primer acto resultó raro con cada cantante en su burbuja, pero a partir del segundo, ya metidos en harina, la cosa funcionó muy bien, ayudado por un juego de luces muy inteligente.

El reencuentro de Violetta y Alfredo del tercer acto fue emocionante y dramáticamente superefectivo. Daba exactamente igual que no hubiera decorados. Muy, muy bien. Vale, sí, el momento final, un rollo Isolda / Suor Angelica mil veces visto. Ahí pinchó. Pero lo que digo, muy emocionante todo. 

Resumiendo ¿Que no fue una Traviata superlativa? Pues no, pero contábamos con un trío protagonista de nivel, con una Violetta estupenda. Y la orquesta en su sitio. 


El Teatro Real se ha marcado un tanto importantísimo en el panorama teatral internacional. No sólo siendo el primero en reabrir, sino por las medidas tomadas y por reunir cuatro repartos que, nos gusten más o menos, son cantantes que se mueven por los teatros de más prestigio. Nos podemos quejar y estar perpetuamente indignados con los líos de las devoluciones, los abonos, las butacas, los repartos... pero hay que reconocerle el esfuerzo y la importancia aunque sea simbólica de estas funciones.

Y ahora vayamos con la paracrónica:

- La entrada al teatro es por franjas horarias para evitar aglomeraciones. Mi hora de entrada era de 19 a 19:15 horas. Luego una vez en el teatro tienes una zona acotada en la que te puedes mover y no se puede ir a otras. Los acomodadores, dos por puerta, atentísimos, amabilísimos y pendientes del público. Muy jóvenes, se les intuía contratados para la ocasión. Mi compañera de butaca quiso ir en el entreacto a tomar algo con su hijo, que estaba en otra zona. Se lo comentó a la acomodadora y fue ella personalmente a buscar al hijo y pareja y acompañarlos a nuestra zona de bar.

- Los listillos. Las butacas "sentables" estaban distribuidas en grupos de dos, separadas por otras dos libres, que estaban precintadas para que nadie se sentara. Un poco absurdo porque mi abono es unipersonal y estaba sentado al lado de una señora a la que no conozco de nada (hace años que ya dejé de pagar la butaca de mi ex porque a las Traviatas se apunta todo el mundo, pero los Emperadores de Atlantis y cosas así acababa invitando a alguien que se quedaba a cuadros o me comía directamente la entrada). A lo que voy, que me enrollo. Pues no faltó el listillo que desprecintó las butacas que quiso para cambiarse de localidad. Lo que se viene llamando conciencia social, vamos. Bronca justificada de la acomodadora.

- Las liantas. Mi butaca de abono está en un extremo de fila, al borde de la escalera, de tal manera que procuro sentarme en ella en el último minuto porque si no tengo que andar levantándome cada vez que alguien quiere acceder a su sitio. Pues bien, unas tres o cuatro butacas a mi izquierda hay un grupo de amigas que en cada función organizan un pifostio considerable intercambiándose sitios, llamando a más amigas de otras zonas y pidiendo a los demás si se pueden cambiar para sentarse juntas. Un clásico. Además, como yo entro en el último minuto, varias veces se han sentado en mi sitio haciendo correr una butaca a casi toda la fila porque pensaban que yo no iba a asistir. Y cuando me voy a sentar, otra vez movimiento. Muy divertido. Pues ayer se superaron: con el aforo al 50%, distribuidas en dos pisos y zonas distintas... CONSIGUIERON CAMBIARSE para estar todas juntas. Un diez en organización, sí señor.

- Anecdotario. A mitad del primer acto un grupo de personas de la zona central de Paraíso empiezan a moverse y a salir de la sala muy deprisa, como si alguien hubiera dejado una mochila sospechosa o hubiera tirado una bomba fétida. Acomodadores entrando, ruidos de gente saliendo y volviendo a entrar... un señor que se había desmayado y caído. La acomodadora me contó después que por fortuna no le había pasado nada y le atendió la enfermera del teatro con normalidad.

- Los precios de las barras de bar. Ya sabemos que tomar algo en el Teatro Real no es particularmente barato pero... que el precio de unas gominolas sea superior al de una copa de vino blanco de Rueda... hombre, por favor. Tuve que decantarme por el ahorro. Es que me obligan.


- Real Cinema. Han tirado el edificio del Real Cinema, enfrente del teatro en la plaza de Isabel II. Podemos empezar a quejarnos y lamentarnos porque construirán un hotel u otro edificio de apartamentos de luxe pero... Qué perspectiva más bonita se ha quedado tanto desde el teatro real como desde la plaza de los Donados. Qué pena que no lo dejen diáfano, quedaría una plaza preciosa.



Y ya está. Muy contento e ilusionado de volver al teatro, una buena función, una ocasión lamentablemente histórica y se emitirá por TVE, creo, así que podréis verla si queréis.

En los otros repartos están Matthew Polenzani y Lisette Oropesa como estrellonas, seguro que también se marcan una buena función.

Giuseppe Verdi. La Traviata.
Marina Rebeka, Sandra Ferrández, Marifé Nogales, Michael Fabiano, Artur Rucinski, Albert Casals, Isaac Galán, Tomeu Bibiloni, Stefano Palatchi, Emmanuel Faraldo, Elier Muñoz, Carlos García. Nicola Luisotti, Leo Castaldi.
Madrid. Teatro Real. Jueves 9 de julio de 2020.


martes, febrero 04, 2020

Cecilia Valdés, una zarzuela cubana.



El Teatro de la Zarzuela ha programado por primera vez en su historia una zarzuela cubana: Cecilia Valdés, de Gonzalo Roig, con una producción a todo lujo.

Es interesante conocer una obra que tiene una partitura llena de ritmos cubanos, muy agradable, melódica y que se puede acusar de facilona. Una curiosidad.

El libreto está basado en una de las novelas más famosas de la literatura cubana, con un nudo central que es un folletín infumable y un trasfondo muy atractivo acerca de la situación social de esclavos, mulatos, criollos y señoritingos de la Cuba del siglo XIX.  

A mí me ha parecido una obra como ya digo interesante pero no redonda. Hay muchas cosas que se quedan en el tintero, personajes que no sabes para qué aparecen porque después no hacen ni aportan nada (Don Melitón, Mercedes, Adela, Dolores Santa Cruz...). Me da la impresión de que los libretistas quisieron plasmar lo máximo posible de la novela original pero que si no la conoces te quedas con una sensación de obra incompleta. Veo un problema de adaptación.

La puesta en escena es complicada por esto. Se parte de una buena base, pero el libreto se las trae. Para mi gusto tendrían que haberla pulido un poco más, sacar más provecho a algunos personajes y situaciones y, sobre todo, retocar un poco ese final doble que si ya de por sí es anticlimático, se lo terminan de cargar con un cartel de texto excesivamente largo. Darle un repasito, vamos.

Para hacer atractiva esta zarzuela, la producción es "un lujo un broche". Se ha trasladado la acción un siglo adelante, pero no es problema. El decorado es fastuoso, con un omnipresente cañaveral y distintas estructuras que suben y bajan y forman todos escenarios. Los figurines, un exceso, no sé cuántos cambios de vestuario habrá (el coro se lo ha tenido que pasar pipa). Un cuerpo de baile espectacular. Iluminación, atrezzo. De diez.

De diez... pero un tanto hortera. Parece como si hubiesen querido plasmar todos los topicazos cubanos y ahí están: los negros esclavos con su baile africanoide, una primera escena que parece el cabaret Tropicana (¿a santo de qué tanta lentejuela?), maracas y camisas con mangas de volantes, la bandera cubana ondeando, santeros... no sé, muy vistoso todo pero también excesivamente típico. Como si en otro país te montan unas Bodas de Figaro y la llenan de toreros y flamencas, por poner un ejemplo.


La orquesta cumplió divinamente en los sonidos genuinamente cubanos, una maravilla, pero pecó de poca intensidad en los dramáticos. El reparto, segundo elenco que fue el que me tocó, cumplidor y suficiente sin alardes, con una protagonista que fue de menos a más. Gran ovación para la veterana Linda Mirabal, cuya primera intervención, el "Po Po Po", fue estupenda. Ovación merecida para el cuerpo de baile. ¡Y qué cuerpo! Bien el coro, como de costumbre. Y mención para los actores no cantantes, en especial a Isabel Cámara haciendo de Doña Rosa.

Es una obra curiosa, muy interesante, salpicada de números musicales muy vistosos y brillantemente solucionados. Con una puesta en escena a todo tren. ¿Que peca de libreto infumable y con detalles mejorables? Pues sí, pero globalmente es un espectáculo muy satisfactorio.

Y sinceramente con los precios que tiene el Teatro de la Zarzuela merece la pena ser conocida. El domingo mismo unos amigos consiguieron entradas con un nosecuantos por ciento de descuento unos minutos antes de empezar la función.

Yo salí bastante contento. Mi churri no, se aburrió mucho. 




Postcrónica:


- Página web de esta producción del teatro de la Zarzuela: http://teatrodelazarzuela.mcu.es/es/temporada/lirica-2019-2020/cecilia-valdes-2019-2020 

- En Spotify puedes escuchar una grabación muy potable: https://open.spotify.com/album/3F9yB2c82cIP01Tdr7gff9 

- En Youtube hay un vídeo de baja calidad grabado en el Gran Teatro de La Habana en un montaje totalmente convencional: https://www.youtube.com/watch?v=BUx3m8FdoLQ 

- El viernes 7 de febrero el Teatro de la Zarzuela retransmitirá en streaming vía Facebook y Youtube esta producción con el primer reparto: https://www.youtube.com/user/TZARZUELA/videos


Operación SPOILER y pregunta sin respuesta:

Desde la primera escena del primer acto (tras el prólogo) sabemos que Leonardito y Cecilia son hermanos. ¿Cómo es que nadie se lo dice? ¿Ni siquiera su íntima amiga Nemesia Pimienta?

Momento culminante: Esa APOTEOSIS MAREDEUETA GIRATORIA digna de espectáculo de revista de Norma Duval. Por favooooooooor.

Primera zarzuela para mí en esta temporada (no primer espectáculo en este teatro, que fui al Cascanueces). Los tres sombreros de copa no me atraían nada y El Caserío me parece un rollazo y después de haberla visto en youtube me alegro mucho de no haber ido, menudo muermo. Y creo que la siguiente será Policías y Ladrones. ¿Qué será? Misterio. 



Mira

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