martes, enero 30, 2018

Dead Man Walking


¡Por fin una ópera del siglo XXI que no es un chiiiiiu chiiiiiu pum pum pum pum!
Y es que con la música contemporánea tenemos un problema: si sigue una línea medianamente tonal es clasificada de facilona y arcaica por los entendidos, y si es un conjunto de notas aisladas desagradables con percusión (mucha percusión, siempre) somos los ignorantes espectadores pequeñoburgueses los que no la soportamos.

Dead Man Walking, de Jake Heggie, bebe de la música popular norteamericana y se mueve entro lo clásico y lo "contemporáneo". Eso sí, no esperes una melodía. No la hay. O yo, inculto asistente, no la puedo pillar. Sin embargo sí que disfruté de una música descriptiva, contundente y acorde al libreto. Es una ópera bien construida, amable al oído y con mucha tensión dramática.

Si algún pero le tengo que poner es que es una música que tiende al estruendo, todo suena fuerte y los cantantes están gritando casi todo el tiempo. 


El argumento va de una monja que ofrece apoyo espiritual a un condenado a muerte. Plantea los temas de la utilidad de la pena de muerte, la sed de venganza, el dilema de ayudar a alguien que ha cometido un acto atroz, el perdón y la redención.

Tanto musical como dramáticamente funciona mejor el primer acto, el que introduce la historia, con escenas demoledoras de gran eficacia, que el desenlace del segundo, que se mueve en la reiteración... hasta que llega el implacable final, efectista y efectivo.


El plantel de cantantes es estupendo. Joyce DiDonato está cómoda en una tesitura que no le hace bajar mucho y brilla arriba (ay ese vibrato caprinillo), y resulta totalmente creíble en interpretación.

Michael Mayes se mueve también a buen nivel vocal pero me quedo más con la interpretación, con el acento, la pronunciación, la composición del personaje.

Maria Zifchak fue una madre absolutamente conmovedora en su escena, y vocalmente excelente. Junto a la DiDonato, los mayores aplausos de la velada.

Y Measha Brueggergosman le puso tooooodo el acento sureño a su hermana Rose. Muy bien.

Perfectamente adecuados los secundarios, con mención especial para Damián del Castillo y Toni Marsol. Realmente un reparto compacto y competente a todos los niveles, incluyendo coro infantil y de adultos. La orquesta, contundente.


La producción, muy al estilo "musical", con plataformas y elementos móviles que van formando las distintas escenas y un gran trabajo de iluminación.

Fui con mucha prevención al teatro y salí encantado. Es un espectáculo de muy buen nivel. Vamos, que después del aburrimiento de la última Bohème y del pichís pichás de la Carmen, reconciliación con la temporada del Real.



Jake Heggie
Dead Man Walking
Joyce Di Donato, Michael Mayes, Maria Zifchak, Measha Brueggergosman, Damián del Castillo, Roger Padullés, Toni Marsol, María Hinojosa, Vicenç Esteve, Marta de Castro, Enric Maríntez-Castigani, Celia Acedo, Marifé Nogales, Tomeu Bibiloni, Pablo García-López, Álvaro Martín
Mark Wigglesworth, Leonardo Foglia
Madrid, Teatro Real, lunes 29 de enero de 2018.

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