jueves, septiembre 23, 2010

¡¡¡ Y sigo con Onegin !!!


A raíz de un comentario en la entrada anterior de mi querido cobloguero el cada día más musculoso hunktenor Eleuterio, paso a hacer unos comentarios sobre discografía del Eugenio Onegin de Tchaikovski.


Vamos a ver: la grabación de referencia inapelable que nos van a recomendar por todos lados es la de Boris Khaikin al frente del Bolshoi en 1956 con Galina Vishnevskaya jovencita y un montón de rusos de cuyo nombre no me acuerdo. Idiomática, desde luego, y con una tensión orquestal fantástica. Yo tengo un problema con esta grabación, y es que no puedo con el timbre de la Galina. Será todo lo rusa que sea y cantará como hay que cantar esta ópera, pero esa vocalidad que sale como de atrás se me hace feísima. Aunque está editada en Melodiya, yo la compré de baratillo y de una casa rusa completamente desconocida, con lo cual es posible que mi aversión a esta grabación venga del penoso sonido que tiene. Aún así, la obligada (clic).


Más adelante hay otra grabación para mi gusto muy buena que es la de Levine en el 88 con Thomas Allen, Mirella Freni y Neil Shicoff, en la que todos están estupendos (clic). A esta grabación se le ha acusado desde siempre de haber italianizado demasiado la ópera, en particular por la Tatiana "demasiado mujer" de la Freni. Sí, es muy pasional y es radicalmente contraria a la de Vishnevskaya, pero bueno, es una opción.


Mi favorita (y caigan sobre mí todas las maldiciones del mundo) es la grabación de 1991 para Sony de Emil Tchakarov con Anna Tomowa-Sintow, Yuri Mazurok, Nicolai Gedda y Nicola Ghiuselev. Primero, el sonido es esplendoroso y Tchakarov hace sonar a orquesta y coros a las mil maravillas. Mazurok hace su tercer Onegin en disco y se nota, el personaje está muy trabajado y la voz, aunque madura, se mantiene. Gedda está muy mayor para Lenski pero pone su saber hacer. Y Anna Tomowa-Sintow recrea una Tatiana juvenil, apasionada sin pasarse, perfecta en el primer acto, con una voz bellísima (no muy grande, pero es una grabación). Ella es la que me hace decantarme por esta grabación. Ahora mismo está a precio de ganga en la reedición que Sony sacó el año pasado (clic).

Hay muchas, muchísimas más grabaciones de esta ópera. La discografía de Onegin es extensísima. No sé, dime cuál es la que te gusta a ti.

lunes, septiembre 20, 2010

El Onegin en inglés de la Kiri y el Hampson


El Onegin inaugural se me quedó dando vueltas en la cabeza.
Qué rabia.
Con lo que me gusta a mí esta ópera y lo sosaina que quedó.

Al llegar a casa repasé mi lista de Onegines en disco.

Y, cómo no, reparé en una rareza que tengo: la versión en inglés grabada en 1994 por Charles Mackerras con Thomas Hampson y Kiri Te Kanawa.

Es un disco raro.

Cantan en inglés, y se hace extraño. A mí no me molesta que se traduzcan las óperas. Creo que no hay nada inamovible y que mientras se haga con coherencia y calidad no hay mayor problema. Pero claro, acostumbrado uno al oído al churriesti chiestli del ruso, de repente escucharlo en inglés choca mucho. Creo que no me pasaría nada si la tradujeran al alemán, polaco o cualquier otro idioma que yo no entienda, que el shock se produce al captar frases y palabras sueltas.

Además, los cantantes parece que están como muy pendientes de la pronunciación, y se recrean en los sonidos sh y t. Es como una clase del Follow me pero cantada. Hampson está muy bien de Onegin, autoritario y cínico, y la verdad es que da gusto oírlo. Kiri es otra cosa. Mira que le tengo yo cariño a esta mujer, tan correcta siempre, pero es que como Tatiana... ay. No llega a levantar el vuelo. Hace cosas preciosas en los momentos más delicados, pero no consigue el lirismo ni la pasión necesarias, y su voz en el 94 estaba ya algo desgastadilla para el papel. Aprobada, vale, pero entiendo las críticas -algunas muy desagradables- que recibió en la época de la publicación del disco.

La escena de la carta:




Y el dúo final:




El resto ni fu ni fa. El Lenski y el Gremin no están a la altura y las mujeres tampoco destacan especialmente.

También está Nicolai Gedda como Monsieur Triquet. Pero como es una parte de la ópera que no soporto, siempre lo paso.

Mackerras y la orquesta de la Ópera Nacional Galesa están... irregulares. Brillan en los momentos más dramáticos pero en las partes más reposadas o intimistas están muy relajados. Las escenas costumbristas del primer acto aburren, y no se consigue crear atmósfera en la escena del duelo. Menos mal que en todo el último acto Mackerras saca genio y lo borda.

Esta es una no-recomendación.
Es decir, jamás le recomendaría a nadie que comprara este disco. Ahora, como curiosidad y como ese "mira qué raro soy y qué cosas más estrafalarias tengo" que nos encanta tanto a los operísticos, no tiene precio.


jueves, septiembre 09, 2010

¡ Pues empezamos bien la temporada !


Empieza la temporada con una de mis óperas favoritas, el Onegin de Tchaikovski. Bien. Perfecto porque la anterior terminó con otra de ellas, Die tote Stadt. (El Boccanegra no lo cuento porque no fui, que por mucho Verdi, Domingo y Gheorghiu es una ópera que no soporto, me aburre y aplatana cosa mala).

Así que iba yo anoche tan contento y pizpireto al Teatro Real dispuesto a disfrutar de una producción traída al completo desde el Bolshoi de Moscú y que tenía muy buena pinta.

Pues no: Ay madre qué aburrimiento y qué poca calidad.

Sinceramente, creo que los rusos están haciendo bolos por el extranjero y lo que han traído aquí ha sido un elenco de serie Z bastante chungo. Yo no sé si el primer reparto (el que tiene a Mariusz Kwiecien y Tatiana Monogarova) estará más decente, pero lo que es el segundo es de baratillo total. A excepción de la Tatiana de Ekaterina Scherbachenko, el resto era para echarse a temblar: un Onegin gruñón, un Lenski caprino (que sí, que era muy mono, pero nada más) y el resto totalmente inane.

Y la orquesta. Por favor qué manera de pasar como una división de tanques rusos sobre la partitura. Y encima desajustada. Toda la fuerza melódica de la ópera desapareció por completo. Los tiempos, lentísimos, se cargaron la escena de la carta y las arias de Lenski y Gremin. Sólo pareció estar a gusto en las escenas de baile, en las que, por cierto, no había cuerpo de baile :-)


La producción tiene muchos aciertos pero un fallo fundamental: está escondida en lo más profundo del escenario, a varios metros de la boca del teatro, y encima casi todo sucede al fondo, con lo que no hay ninguna proximidad al espectador.

El decorado es el mismo en todos los actos: un salón con una mesa elíptica gigante omnipresente durante toda la ópera. Los dos primeros actos, unidos, son una fiesta constante en casa de Larina en la que anfitriona e invitados se ríen, se ríen y no paran de reirse. Irritante. En el tercer acto el decorado es el mismo, pero todo tapizado de rojo. Un cruce entre salón de banquetes de boda Lord Winston y la cena del capitán Stubbing en Vacaciones en el mar. La iluminación, en todo momento, fantástica: auténtica creadora de atmósferas.



Los únicos personajes definidos son Tatiana y Lenski. Son dos freakies, cada uno en su extremo, que se comprenden. Lenski es el payaso animador de eventos a quien nadie toma en serio. Incluso le adjudican los insoportables cuplés de Monsieur Triquet (destrozados por la voz del tenor y la lentitud de la orquesta). Y Tatiana no es la soñadora atormentada que habitualmente nos pintan, sino que parece estar al borde del retraso mental -al principio- y el desequilibrio mental -al final-. Divinísimo, eso sí, el peinado a lo Tippi Hedren (la abuela de Estela del Carmen, para los que no se ubiquen) que le colocan en el último acto.


Los puntos que me gustaron de la producción: el final de la escena de la carta, el duelo/no duelo, la manera de incluir los cánticos populares y los cuplés de Triquet del primer acto (que normalmente son un pegote) y todo el acto final.

Sinceramente, recomiendo la visión en DVD de esta producción para apreciar los aspectos positivos, porque creo que teatralmente es interesante; pero en directo, y en el Real, no, a no ser, como ya he dicho, que el primer reparto pueda levantar la función.



Eugenio Oneguin (Евгений Онегин, Yevgeni Onegin)
Tchaikovksi
Teatro Real de Madrid, 8 de septiembre de 2010
Vladislav Sulimsky, Ekaterina Scherbachenko, Andrew Goodwin, Oksana Volkova, Alexander Naumenko.
Dmitri Jurowski / Dmitri Tcherniakov





Mira

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