He borrado el comentario de un lector en una de las entradas.
Menuda barbaridad, si son cuatro gatos los que leen este blog, qué ganas de cerrarme puertas a mí mismo.
Sí, pero es que el comentario estaba hecho al más puro estilo forero. Ya me entendéis: desagradable, indignado, en plan guerrilla, apabullándome con datos innecesarios, dando referencias y presumiendo de conocer a tal o cual cantante como únicas razones para rebatirme el que a mí un tenor me pareciera escaso de volumen.
Y este blog no es para eso, lo siento. Aquí no hago críticas concienzudas ni pretendo sentar cátedra de mi ignorancia en muchos temas. Son sólo mis impresiones personales, con un toque desmitificador, de humor y petardeo frívolo, y si me apetece hablar más del vestido que lleva la Kabaivanska que de cómo cala el agudo, pues lo hago, o si un intocable no me llega (tanto me da que se llame Flórez) pues lo soltaré, que ya están otros sitios para pelearse, como son mis queridos foros de Weblaópera o de Operactual.
Además, si hay una característica de los blogs, a diferencia de los foros (aparte de servir para crearse amigos en vez de enemigos), es que el amo y señor es un déspota que no tiene que rendir cuentas a nadie.
Olé. Tienes toda la razón. Yo he tenido que poner moderación en mi blog, por que hay personas que no entienden eso de tan básico de "mi blog es mío". Y qué pesaos son los opereros esos que todo lo saben , todo lo han visto y todo lo conocen. A mí me encantan tus comentarios y tu sentido del humor; y si no me gustaran, pues no entraría. Yo creo que es tan fácil como eso.
ResponderEliminarBueno, pues ojalá ese lector tuyo no vaya a mi blog. Allí si que se habla de ópera sin conocimiento alguno.
ResponderEliminarPero, es lo que tu dices.. cada uno en su casa, pone los muebles como le parece.
Saludos, desde Andalucía.