lunes, noviembre 21, 2016

Clemenza entera


Si hace cuatro años me quedé en media Clemenza di Tito por una súbita indisposición (porque yo si me encuentro mal me voy del teatro, no hago sufrir a los espectadores aledaños los efectos de mis dolencias como tantos Violettos/as tísicos que andan por ahí), en esta reposición he podido asistir a la Clemenza mozartiana completa, con sus dos actos.

Siendo sincero, y sin dejar de reconocer que La clemenza di Tito es una ópera que de siempre me ha parecido un tostoncete (elegante, pero muermo), esta vez me he conseguido meter más dentro de la obra y ha llegado a sorprenderme mucho. No hay un aria o fragmento musical que se me quede en la cabeza después de escuchada, pero el conjunto en sí me ha envuelto y me ha resultado muy interesante.

¿Y qué ha contribuido a ello? Pues una interpretación muy adecuada, un trabajo de dirección escénica estupendo y... ópera en domingo a las seis de la tarde, o sea, descansado, relajado y dispuesto a disfrutar, claro.

Cristophe Rousset lleva a la Orquesta del Teatro Real a un terreno quizás excesivamente brioso para Mozart, pero manteniéndose en estilo. En el segundo acto la cosa ya se reposó (quizás en exceso, pero la partitura no es que sea el colmo de la animación. La verdad es que sonó muy bien. 

Asistí al estreno del segundo reparto. Muy competente. 
Bernard Richter es un Tito lírico con volumen y agilidad. Comenzó con ciertas desigualdades de emisión pero se asentó pronto. Y en el segundo acto resolvió estupendamente su gran aria. Muy bien.
Maite Beaumont: esforzadísimo Sesto, dándolo todo, muy bien.
Yolanda Auyanet: sorprendente Vitellia. Y digo sorprendente porque a esta chica no la escuchaba yo desde hace casi dos décadas, cuando cantó jovencísima una Traviata en la Zarzuela, doña Francisquita y la Sophie de Werther en una gala. Y aquella voz ligera ha ensanchado naturalmente, sin artificios, sin entubar, sin vibrato molesto. Y ayer compuso una Vitellia de ole, señores, qué bien.
Anna Palimina, (mata al figurinista, mátalo) adecuada Servilia, bien.
Guido Loconsolo tiene una presencia imponente y cumplió, muy bien por abajo, como Publio.
Y finalmente otra sorpresa, Sophie Harmsen, un Annio con una de esas voces penetrantes que se comía a todo el que cantara a su lado. Excelente.
Mención especial para el coro, muy bien, y al efecto de cambiarlo de lugar al final del primer acto, muy teatral.

Gran parte del interés de esta representación es la dirección escénica. Aquí se han cuidado los recitativos al máximo, dándoles toda la expresividad que necesitan. Una maravilla de trabajo. Los cantantes no están estáticos, pero tampoco se mueven sin ton ni son, todo tiene su intención, su finalidad. El escenario, una estancia única con tres puertas que se abren para crear perspectivas, es suficiente mientras lo que ocurra en ella tenga sentido. Sí, el segundo acto se resintió de un cierto estatismo y menos imaginación escénica, un toquecillo de atención.

He leído en críticas quejas sobre el exceso de luz en el escenario tan blanco, bastante cegador. A mí no me molestó, pero un par de amigos lo pasaron fatal.

En resumidas cuentas, muy buena función en la que se puso toda la carne en el asador en el primer acto y en el segundo se moderó, pero siguió a muy alto nivel gracias a los solistas. 

Al final, ovación para todos, especialmente para Maite Beaumont (Sesto) y Bernard Richter (Tito). Grandes aplausos para la dirección musical y orquesta y para la dirección escénica (que al ser estreno de segundo reparto también salieron).



Yo ya me he echado un nuevo enemigo de compi del público: el señor de atrás (el que en la Norma soltó lo de "prefiero la Callas" y estuvo tosiendo toooooda la función). No para de pontificar y, por si alguno de los de alrededor nos hemos perdido alguna de sus sentencias, las repite varias veces. Ayer era contra la dirección escénica. Luego tenemos cerca a la señora simpática que se toma unos vinitos antes de ir a la ópera, dejando un ambientillo festivotabernario muy propio. Y de la simpática pasamos a la que nunca saluda y que ayer se negó a pasarse una butaca más al centro para que los del extremo pudieran ver "un poquito" mejor. Ya ves tú, la que cuando tenía el abono una fila más baja y más escorada no esperaba a que se apagara la luz para saltar por encima de las rodillas de todos si veía un sitio más céntrico libre. Supongo que todos tenemos más o menos controlados a los compañeros de zona de abono. Yo sé que me muevo mucho (las rodillas no me caben, jopé), los de delante se hacen arrumacos obligándonos a todos a mover la cabeza a un lado o a otro cuando les da el arrebato romántico, están los que hablan (afortunadamente poco), los marisabidillos que forman grupos de expertos que taponan la puerta... Y ayer... algo pasó. Algo grave, algo gordo, algo intenso. A alguien le sentó realmente mal la comida, porque en un momento dado oí unos murmullos y gestos de disgusto a unos metros a mi derecha. Y a los dos segundos me llegó. Un olor de esos de cuando las tripas te dicen que no deberías comer ciertas cosas. Fuerte, intenso, redondo en boca y con retrogrusto cloacal. Menos mal que duró poco. Anécdotas de espectador.

A las nueve de la noche, tras tres horas en el teatro, fin de la representación y todos a la lluvia de Madrid. Mira, llevo tres óperas esta temporada, en las tres me ha tocado segundo reparto y oye, me está gustando bastante por el momento. Que siga así.


Wolfgang Amadeus Mozart
La Clemenza Di Tito
Bernard Richter, Maite Beaumont, Yolanda Auyanet, Anna Palimina, Sophie Harmsen, Guido Loconsolo.
Christophe Rousset, Ursel y Karl-Ernst Herrmann
Teatro Real, Madrid.
Domingo, 20 de noviembre de 2016.


Página web del Teatro Real
Programa de mano
Críticas de prensa 
Foro de eruditos

lunes, octubre 24, 2016

Mira, o Norma

Norma de Bellini en el Teatro Real de Madrid.


Primera función del segundo reparto, o sea, el re-estreno.
Allá que vamos todos con ganas de disfrutar el viernes por la noche, con el teatro hasta arriba de gente expectante, porque el título es emblemático.
Como yo cambié mi función del Otello es también mi rentrée, o sea que saludos, abrazos y besos por doquier.

Empieza la ópera y... oh, esa obertura, pero qué bríos, ¿no? ¡¡¡Que esto es belcanto puro y duro, oiga!!! Sale el coro y lo mismo, mucho griterío. Llega Pollione y... ¡eh! ¡He dicho Pollione, no Turiddu! Tuvo que aparecer Norma para calmar los ánimos, poner las cosas en su sitio y asentar la representación.

Porque el primer acto fue muy tenso, muy nervioso, muy poco belcantista. Menos mal que salió Angela Meade a poner orden. ¿Reservona, según decían los más críticos? Contenida, diría yo. Y nos ofreció un trío final de acto de agárrate a la barra que te caes. Muy buena.

Porque el segundo acto ya fue otro cantar. Exactamente eso, cantar. La orquesta se suavizó y se metió en situación. A Roberto Aronica se le pasaron los nervios y encajó en el estilo. Y la señora Meade se soltó las rastas de la melena y nos ofreció una Norma rotundísima. Potente, valiente arriba y, lo mejor, con cuerpo abajo. Es verdad que el timbre no es de los más bonitos y que le faltó expresividad, pero estuvo soberbia. También esos ciento y pico kilos de soprano subiendo y bajando escaleras no es para esperar muchas florituras expresivas.

¿Resultado? Pues una ópera irregular al principio, que fue a más y acabó estupenda.


¿El problema? Que es un papel tan exigente que todas las referencias discográficas son de sopranos no-va-más, y claro cualquier representación en directo palidece ante una Sutherland, Sills, Caballé o Callas. Pero señores, al teatro hay que ir a ver, no a comparar. No me hagan como el señor de atrás quien, aparte de pasarse la función entera tosiendo y carraspeando, cuando terminó el Casta Diva soltó un "Prefiero la Callas" en el clásico volumen de voz suficiente como para que todos los que estemos a su alrededor nos diéramos cuenta de lo imbécilmente entedido que era.

Vamos, que si se pulen un poco con el rodaje de las funciones, este segundo reparto de la Norma del Real puede dar muchas satisfacciones. Meade como Norma, buenísima. Aronica un Pollione muy descontrolado al principio que se fue asentando. Veronica Simeoni fue una buena Adalgisa, pero la voz se le iba atrás cuando subía, un poco irregular. Orfila correcto Oroveso, eché en falta más poderío. Buena Maria Miró como Clotilde y estupendo Antonio Lozano en el breve papel de Flavio, qué voz más bonita y sonora. En conjunto, muy buenos solistas. ¿Que se les pueden sacar fallos? Pues sí, pero sacan adelante la obra con solvencia.

Roberto Abbado tiene que decidirse si quiere hacer un Puccini, un Verdi o un Bellini. Se va aclarando en el segundo acto, dejando un poco el chimpón a un lado. Y el coro lo mismo.


Ahora toca el palo a la regie.
Ay, señor, señor. Empieza bien: unas columnas hacen de bosque, ayudadas por proyecciones de árboles sobre el telón gasa. Trajes de época (aprox.) y luego una estructura gigantesca central que es un árbol (o el coxis fosilizado de un brontosaurio) y que sirve tanto de altar como de casa de Norma o pira funeraria, porque se hace omnipresente. Vale, lo aceptamos. Pero se queda un poco soso en el centro del escenario tan grande del Real. Y el colmo viene con unas proyecciones ultracursis de títulos de crédito de telenovela barata con imágenes de los cantantes: Pollione besándose con Adalgisa, Pollione luchando, Norma sufirendo, los niños durmiendo, una especie de escudo... una horterada en toda regla. Y con todo, los movimientos de los cantantes siguen la escuela clásica y rancia del "salgo, me paro, canto, me voy". Afortunadamente con esta ópera (y con tantísimas) es fácil obviar la puesta en escena.

Ya se sabe que yo soy de fácil contentar pero, sinceramente, creo que merece la pena acercarse a esta Norma y, por lo que me han dicho (y van dos) mejor el segundo reparto que el primero con Agresta y Kunde. 



Vincenzo Bellini
Norma
Angela Meade, Roberto Aronica, Veronica Simeoni, Simón Orfila, Maria Miró, Antonio Lozano.
Roberto Abbado, Davide Livermore.
Teatro Real. Madrid, viernes 21 de octubre de 2016.




lunes, septiembre 26, 2016

Otello de Verdi en el Teatro Real


Inauguramos la temporada 2016/2017 con Otello de Verdi. Biennnnnn, porque es un operón que me gusta bastante.

¿Y con qué me he encontrado?
Mmmmm, pues comme ci comme ça, unas cosas sí y otras no.
Digamos que fue todo de menos a más. El primer acto fue un poquito... cómo decirlo... monótono, como hecho de carrerilla, y joer, el Essultate! y el dúo de amor tienen que ponerte la piel de gallina. Afortunadamente las cosas mejoraron a partir del descanso y en concreto el 4º acto sí que fue muy bueno.


Y ahora voy parte por parte empezando por lo que más me gustó: la soprano Lianna Haroutourian. Una voz potente, con graves, timbrada y bella. Le falta vocalizar (porque al principio no se le entendía nada) e implicarse un poquito más interpretativamente. Pero vamos, para mí estupenda. Además fue de menos a más, llegando a un cuarto acto memorable.

El Otello de Alfred Kim estuvo apañao. Pegaba los bocinazos y las notas que tenía que dar, pero en el terreno expresivo, ay, sólo existió a partir del tercer acto, y Otello es un personaje que tiene que ser muy matizado. Rutinario en los dos primeros actos, nejoró mucho en los finales de los dos últimos.

En conjunto como pareja funcionaron en la segunda mitad, que el dúo de amor inicial del primer acto les quedó soso.

Seguimos: Iago. Ángel Ódena. Opta por adecuar al personaje a su vocalidad y lo lleva al terreno más sibilino, apianando todo lo que puede, es el conspirador en la sombra... pero demasiado en la sombra. Me faltaron momentos de rabia. Actoralmente muy bien.

La orquesta: A Palumbo le gusta la obra, y lo demuestra metiendo toda la tralla que puede, ahogando en muchas ocasiones a los cantantes. Todo bastante empastado y sonando bien. El acto final muy bueno. Buena intervención del coro, mejor (al menos para mi oído) las voces agudas que las graves, un poco perdidas al inicio. 

Notables los comprimarios masculinos Esteve (Roderigo), Radó (Ludovico) y Galán (Montano, heraldo).

Hasta ahí lo bueno/apañao.

A la Emilia sólo se la oyó en la última escena, y al Cassio en ninguna.

Y la puesta en escena... fea, aburrida y muy poco original.

¿Cuántas veces habremos visto ya el típico edificio/palacio en semi-ruinas que sirva para todo?
Y todo gris, para que resalte el feísmo. Pero, sobre todo, CUTRE. ¿En qué teatro supuestamente de primera se puede consentir que las paredes se tambaleen cuando alguien las toca o cuando tienen que abrirse para dejar un hueco libre? Ni la compañía de la antigua URSS más chabacana, vamos.

Lo del vestuario como de principios de siglo XX es obviable, ni llama la atención ni aporta nada, aunque lo de sacar a Desdemona vestida como de figurita de belén de Virgen María casi me hace soltar la carcajada.

El director ha querido dejar el peso escénico en la iluminación. Focos laterales van alumbrando a los cantantes de manera que proyecten las sombras en las paredes. Sí, es estético y efectivo... si no fuera porque esa búsqueda del momento estético hace que el movimiento de cantantes sea de lo más estático, y parezca que estén permanentemente pendientes de ubicarse en el sitio preciso en el que les van a plantar el foco.

Porque mucha modernez, pero tela con el movimiento de cantantes y coro. De lo más tradicional del mundo, sobre todo en lo que concierne a Desdemona. ¿Y esa figurante desquiciada bailando (mil veces vista, hola Sagiiii)? Por no hablar del despropósito del final, con todos en escena a tres metros mínimo uno de otro y sin moverse. ¿Que el director quería recalcar el problema del racismo en su puesta (segun dice)? Desolador.

Por suerte la obra de Verdi puede con todo. Y si tras el descanso de los dos primeros actos estaba yo con un "ay no sé", al final salí más que satisfecho gracias a la orquesta y a la pareja protagonista. ¿Que no son Karajan, Tebaldi y Del Monaco? ¡Pues claro!

Aplausos generales para todos, ovación para Haroutounian, la orquesta y Kim.
Oye, mira, buen inicio de temporada.

Aquí tienes un vídeo de la representación completa que se emitió por Palco Digital... con el primer reparto (Gregory Kunde, Ermonela Jaho y George PeteaN). No sé cuánto durará online el vídeo:


Las odiosas comparaciones: he visto otras tres veces Otello en directo. La primera, con Plácido Domingo, Daniela Dessì y Justino Díaz, que te puedes imaginar que fue brutal. La segunda con José Cura en su mejor época y Elena Prokina, estupenda. Y la última con Cura también cuando compensaba con actuación cuando la voz no le respondía, y una maravillosa Krassimira Stoyanova (que era la que iba a cantar en el primer reparto). Éste es mi cuarto Otello, lo siento, se queda a las puertas de medalla.

Vídeos del Teatro Real


Giuseppe Verdi
Otello
Alfred Kim,  Lianna Haroutounian, Ángel Ódena, Xavier Moreno, Vicenç Esteve, Fernando Radó, Isaac Galán, Gemma Coma-Alabert
Renato Palumbo, David Alden
Madrid, Teatro Real
Domingo 25 de septiembre de 2016

lunes, julio 18, 2016

Disculpas

Por motivos personales, mezclados con familiares y laborales, es decir, un batiburrillo, no le he prestado atención a este blog últimamente.
Un blog no es una ONG ni un servicio público, pero sí se debe en parte a sus lectores y no es plan abandonarlos.

Tengo la crónica de Parsifal de hace tres meses ahí aparcada.
Luego también vi Moses und Aron y El emperador de Atlantis.
Y ayer asistí a unos esplendorosos Puritanos.

A ver si saco tiempo estos días y puedo comentar mis experiencias.
Gracias y disculpas.

jueves, abril 28, 2016

Concierto solidario

Concierto solidario a favor de envera, con la participación extraordinaria de Plácido Domingo

El concierto tendrá lugar el próximo 1 de mayo a las 20:00 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid
El teatro de la Zarzuela, la Orquesta de la Comunidad de Madrid bajo la dirección del Maestro Oliver Díaz, siete destacados intérpretes, Plácido Domingo e Iberia, se han unido para ofrecer un concierto solidario a favor de Envera.
 
Ruth Iniesta, Belén López, María Ruiz, Auxiliadora Toledano, Enrique Ferrer, Israel Lozano y Antonio Vázquez, con la participación extraordinaria de Plácido Domingo,  interpretarán arias, romanzas y dúos de ópera y zarzuela. En concreto, piezas de La Bohème, Turandot, Don Carlo, Doña Francisquita, Los Claveles y Luisa Fernanda. Todos ellos actúan de forma desinteresada, para recaudar fondos a favor de Envera.
 
El concierto tendrá lugar el próximo 1 de mayo a las 20:00 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. Las entradas ya están a la venta en taquilla del teatro, todos los días de 12.00 a 18.00 horas, y en la página web Concierto Envera a precios entre 30 y 100 euros.
 
Para Plácido Domingo: “Es una gran ilusión volver a unir la música y la solidaridad y contribuir a una causa que mejora la vida de tantas personas. Cada uno de los protagonistas a los que está dedicado este concierto es un ejemplo vivo de que todos somos capaces de ser los mejores en algo. Me siento feliz de apoyar el proyecto de Envera que durante casi 40 años ha trabajado sin descanso por la inclusión de las personas con discapacidad, rompiendo barreras y prejuicios, y demostrando que la igualdad de oportunidades es el único camino para cambiar el mundo.”
 
Se ha dispuesto una fila cero para quienes no puedan asistir al concierto. En este enlace puede colaborar quien lo desee:
 
Este concierto solidario se enmarca dentro de las actividades conmemorativas del 70 Aniversario de los vuelos de Iberia a América Latina.

martes, marzo 15, 2016

Temporada 2016 / 2017 Teatro Real de Madrid



El Teatro Real presentó ayer su próxima temporada, la 16/17.
Y oye, así a primera vista pinta bastante bien.

1. Otello, de Verdi.
 
Bien, empezamos de forma potente con un titulazo.
Gregory Kunde, que ahora lo canta todo todo todo, se alterna con Alfred Kim. Y las Desdemona son Krassimira Stoyanova (ya la vi en este papel en el Liceo hace una década y estuvo muy bien) y Ermonela Jaho (¿no fue una de las Traviatas del año pasado?). Iago son George Petean y Ángel Ódena. Batuta de Palumbo y coproducción con la ENO en plan... muy poco veneciano.


2. Norma, de Bellini

Seguimos fuerte, ¿eh?
Me toca segundo reparto, con Angela Meade (que todo el mundo dice que es muy buena, la nueva estrella del Met, esperemos que sea verdad),  con Roberto Aronica y Veronica Simeoni. En el cast principal, Maria Agresta y ¡oh! Gregory Kunde. Hay una función con Mariella Devia, para fans. La producción, la de la Norma con rastas de Valencia. Dirige Roberto Abbado. Buena pinta.


3. La clemenza di Tito, de Mozart

Reposición de la producción de 2012, de la que me tuve que salir por una súbita indisposición (qué fatal estaba, caray). A ver si esta vez la veo entera, porque lo que vi me gustó bastante. Dirección musical de Rousset y voces de las que sólo me suenan tres. A esperar.


4. Der fliegende Holländer (El holandés errante), de Wagner

Biennnnn. Una ópera de la que siempre salgo con subidón. Como de costumbre, reconozco mi ignorancia y desconocimiento de los cantantes especializados en ópera alemana, porque no me suena ni uuuuuuno. Producción de La Fura, ya nos podemos esperar máquinas y estructuras gigantescas... ¿o no? Dirige Pablo Heras-Casado.


5. Billy Budd, de Britten

Mira, ésta no la he visto / escuchado nunca. Con mis reservas sobre Britten, que sus óperas me parecen siempre muy duritas al principio pero luego me acaban encantando. Pero a saber. Coproducción con la ONP y la ENO dirigida por Deborah Warner, no hay aún imágenes. Dirige Bolton.



6. disPLACE, de Raquel García-Tomás y Joan Magrané

En los Teatros del Canal. Ópera de cámara sobre la gentrificación de un barrio barcelonés. A saber.




7. La ciudad de las mentiras, de Elena Mendoza

La que tendrían que habernos puesto el año pasado, sobre relatos de Onetti. El estreno del año. O sea, ni idea.


8. Curlew river, de Britten

Una sola función en versión concierto de una parábola para ser representada en una iglesia, de Britten. Los "afortunados" del abono A la verán, el resto...


9. Le malentendu, de Fabián Panisello

Ópera de cámara con música electrónica sobre texto de Camus. Parece que va a ser en los Teatros del Canal, no hay mucha información.


10. Rodelinda, de Händel

Bueno, después de tanto siglo XX y XXI volvemos al barroco. Lucy Crowe, Sabina Puértolas, Bejun Mehta y Xavier Sabata. Dirección de Bolton. A priori pinta bien. Producción de Frankfurt / Barcelona y Lyon de la que no he encontrado nada.


11. El gato con botas, de Montsalvatge

Sesiones infantiles matinales, fuera de abono.


12. Bomarzo, de Ginastera

Ópera del siglo XX, que desconozco por completo. Sólo habrá unas cuantas funciones.


13. Золотой Петушок (El gallo de oro), de Rimski-Kórsakov

Jeeeee, de piedra al verlo en cirílico, ¿eh? Pequeña broma. Con Rimski puede pasar que te encante o que te quedes muerto de aburrimiento, depende mucho del nivel artístico. Aquí va a dirigir Bolton y es nueva coproducción de Laurent Pelly con la Monnaie. De los cantantes sólo me suena Venera Gimadieva, que hará la reina. A ver qué tal su famosa aria.
 

14. Madama Butterfly, de Puccini

Nueva reposición de la cinematográfica producción de Mario Gas, muy efectiva. Ermonela Jaho se alterna con Hui He y los Pinkerton son Jorge de León, Andrea Carè y Voncenzo Constanzo. Dirige Marco Armiliato. Bueno, ópera de gran repertorio para finalizar la temporada.


15. Macbeth, de Verdi

Tres funciones en versión concierto para el bolo anual veraniego de Plácido Domingo versión barítono en Madrid. No me interesa.


Y hasta aquí la lista de óperas. Que si quitamos las de versión concierto, la infantil o las de otras salas se queda en los 9 títulos habituales para los abonados (10 algunos).

Recitales.

Tachannnnn:
Paulo Sotz, barítono, homenaje a Sinatra (sí, puede estar gracioso).
Jonas Kaufmann, el recital que no pudo ser (y con programa bastante muermo).
Felicity Palmer, (¿cuántos años tiene ya esta señora?)  
Christian Elsner, tenor, lieder de Schubert.
Cecilia Bartoli, a ver con qué nos sale el año que viene...
Franco Fagioli, contratenor, festival barroco.
Lidia Borda, tango, en el Auditorio Albéniz.
María Bayo, canciones de América Latina.
Patricia Noval, información CERO por el momento. 
Ariel Ardit, tango.
Adriana Varela, ¡más tango!
Diana Damrau, Meyerbeer y su tiempo.
Joyce DiDonato, con programa barroco, parece ser. 
Juan Diego Flórez, con el programa de siempre, parece ser. 

En fin, completita, ¿no?
Pues pinchando aquí tienes el folleto entero de la temporada. Con las fechas, composición de los abonos, precios de las entradas, fechas de salida a la venta... ¡100 páginas!
En la Cofradía de la Perpetua Indignación ya están despachándose a gusto, claro.
Información completa en Beckmesser.
Que la disfrutemos.

lunes, marzo 07, 2016

Das Liebesverbot (la prohibición de amar)

 
Cuando una ópera está olvidada... en el 90% de los casos es con razón. Das Liebesverbot, la prohibición de amar, ópera de juventud de Wagner, es una obra pesadita y no muy inspirada, que queda totalmente al margen de la obra de madurez de su autor y que, si hubiera sido compuesta por otro, probablemente también estaría olvidada o, como mucho, reducida al repertorio de obras menores.

A ver, es una rareza, y me parece bien que la hayan programado en el Teatro Real. No está de más conocerla, aunque probablemente después de estas funciones no la vuelva a escuchar nunca más.


La música, influida por el belcanto y la ópera romántica francesa y alemana, tiene tres momentos inspirados: un dúo entre sopranos, el dúó soprano / barítono y la escena del carnaval. Estos dos momentos son los temas que aparecen en la obertura, que está bastante bien y apuntaba más de lo que luego es la ópera. El resto de la música es para cubrir expediente. No es que sea horripilante pero ni se queda en la memoria ni sobresale por nada en particular. Aparte, Wagner ya iba apuntando maneras de desmesura: el primer acto se hace eterno.


La Prohibición de Amar me parece hasta atractiva para quien tenga curiosidad de conocerla. Ahora, para mí, trascendencia cero.

El Teatro Real, en coproducción con Royal Opera House y Teatro Colón, ha rescatado esta ópera en una producción vistosa, dinámica y entretenida.


Un decorado forma arquitectónica tipo Escher (estancias, arcos y escaleras) complementado con una cinta deslizante y cuatro elementos más forman perfectamente los entornos de cada escena. La obra está "modernizada" (teléfonos móviles, neones) pero sin alterar el argumento (basado en Shakespeare, tela). El humor no es que sea el colmo del refinamiento pero, reconozcámoslo, la obra no da mucho más de sí. Creo que se le ha sacado mucho partido escénicamente, aparte de tener algunos detalles muy acertados.

En el terreno musical...
Orquesta correcta. No muy sutil, pero la partitura tampoco es que lo sea. 
Muy bien Christopher Maltman como el malvado gobernador, a pesar de que en el segundo acto avisaran de que tenía una afección vocal que se notó.
Aseadita Manuela Uhl como Isabella, la protagonista. Canta bonito, pero las exigencias del rol la superaban.
Bien Maria Miró como Mariana, segunda soprano. Bastante brillante.
Y estupendo Ante Jerkunica como el segundo malo, Brighella.
Pero a partir de ahí... ay. Los dos tenores protagonistas... ¿de dónde los sacaron? Muy buena planta y atractivos sí, pero... ¿y esa voz que salía del cogote? Si no se les oía nada.
Igual que a la que hacía de Dorella.
Y es una pena, porque si estas tres voces hubieran estado más a nivel la sensación global de la ópera habría sido satisfactoria, y no la estampida general y el "qué bodriete" generalizado que se oía cuando terminó la obra.


Rara, curiosa, seguro que oiremos hablar más de ella porque raro será que no hagan alguna grabación de las funciones del Covent Garden. Pero nada más. Para hacer una muesquita más de "óperas a las que he asistido".

Recomiendo la lectura del artículo del programa de mano, es muy interesante.Así como la obertura, para hacerse una idea de cómo es la música y lo poco "wagneriana" que suena.


Richard Wagner
Das Liebesverbot
Manuela Uhl, Ilker Arcayürek, Christopher Maltman, Peter Lodahl, Maria Miró, Ante Jerkunica, María Hinojosa, Francisco Vas, David Alegret, David Jerusalem, Isaac Galán.
Ivor Bolton, Kasper Holten.
Teatro Real, Madrid.
Jueves, 3 de marzo de 2016












viernes, marzo 04, 2016

Don Carlo en Canal


Con los Teatros del Canal podría haber sido un "no hay dos sin tres" pero al final acabó siendo un "a la tercera va la vencida". Después de dos fiascos infumables en el terreno lírico, aquella horrible Ópera de Tres Peniques y la flojísima Viuda Alegre, por fin he asistido a una disfrutable velada operística con Don Carlo de Verdi.

Claro que el Don Carlo es un operón, operón, de los que te dejan clavado a la butaca y te mete poco a poco en el drama. Bueno, a todo el mundo no, que no veas la señora que tenía delante. ¡No paró de moverse durante toda la primera parte! Adelante, hacia atrás, a un lado, al otro, a recostarse en el regazo de su pareja... qué ganas de darle un cogotazo. Menos mal que luego se calmó.

Sala roja de los Teatros del Canal, entradas agotadas y aforo completo. Y yo con la entrada de mi tx (que se negó a venir) pendiente de colocar hasta tres días antes. Ya me veía en la puerta ofreciéndola, como estaba un señor. Y oye, que el precio estaba bastante apañado.

Cómo no, el reclamo publicitario de esta función es Albert Boadella el cual, según dice, despoja la ópera de todo artificio y le quita el rollo "parque temático de la Inquisición y la Leyenda Negra". En efecto, todo le quita, porque el escenario más desnudo no puede estar. Una trampilla que hace las veces de tumba de Carlos I, cama de Felipe II y prisión es el único elemento escénico. De hecho, me ha recordado mucho la puesta de Konwitschny que vi en el Liceo en 2007: todo vacío y geométrico, pero con vestuario de época. De lujo los figurines esta vez.


Boadella ha cuidado bastante la interacción entre cantantes, buscando una mayor profundización del drama. Buen trabajo. Aunque discutible el presentar a Don Carlo como un tarado tullido al que le dan espasmos continuamente. Primero porque no cuadra con lo que ocurre en la ópera, y segundo porque joder, anda que no distrae. Que está el Posa ahí cantando un aria preciosa en la que dice que se muere por él y el infante está dando manotazos al aire mientras. Cómo no, la amistad de Posa y Carlo va más allá de lo fraternal en esta versión. Bastante más.

Muy interesante el párrafo que deja Boadella en el programa: 
“En nuestros días la ópera tiende a convertirse en un club de coleccionistas restringido a supuestos expertos. Se trata de un arte que nació popular y ha pasado a ser rasgo diferencial de una secta filarmónica. Un grupúsculo mitómano que se aferra a la idolatría de las figuras como signo eminente de su exquisitez. Don Carlo es una de las propiedades preferidas de esta petulante élite, pues le atribuyen unos obstáculos técnicos que solo algunos escogidos comisarios son capaces de percibir y determinar si han sido o no superados. Semejante disposición previa frente a la ópera tiene más de competición deportiva que de auténtico deleite ante un arte excelso. Excelso, precisamente, porque Verdi la compuso como patrimonio de todos, sin excepciones eruditas."


En el terreno musical se puede decir que ha sido un reparto homogéneo, no de las noches de recordar pero sí todos muy competentes. Con un total spanish cast, destaca Eduardo Aladrén como Don Carlo, por la valentía con la que aborda el papel. La voz está, un poco más de técnica para controlarla y puede hacer cosas muy buenas en el futuro. Me gustó. Damián del Castillo hizo un Posa elegante y muy en su sitio. También a escuchar en el futuro, le falta asentar el timbre, redondearlo. Sorprendente para bien Simón Orfila como Felipe II, autoritario, con volumen, y matizando (y eso que el inicio del aria ay). Muy correcto Rubén Amoretti como Inquisidor, aunque lo siento mucho, eso de que dé más miedo el rey que el inquisidor no me vale. De las chicas, María Rey-Joly tiene voz, pero se le escapan las sutilezas del personaje. Bien Belén López como paje y Auxiliadora Toledano como voz del cielo. A Nancy Fabiola Herrera ya la conocemos: corta por abajo, brillante arriba y da lo mejor de sí misma cuando se desmelena, y aquí tiene sus buenos momentos, que aprovecha. Éboli es un papel golosina y sabe sacarle jugo.
La orquesta a cargo de Manuel Coves tuvo sus más y sus menos, pero yo diría que estuvo más pendiente de los cantantes que de tener protagonismo propio.



La versión fue la italiana en 4 actos y aquí ya he visto tantas versiones con tanto refrito entre unas y otras que no sé si le han quitado o añadido cosas.

El caso es que de Don Carlo casi siempre se sale con subidón del teatro, y esta vez no fue excepción. Muy digno y disfrutable.

 
Giuseppe Verdi
Don Carlo
Eduardo Aladrén, María Rey-Joly, Simón Orfila, Nancy Fabiola Herrera, Damián del Castillo, Rubén Amoretti, Belén López, Auxiliadora Toledano, Francisco Crespo. 
Manuel Coves, Albert Boadella
Teatros del Canal, Madrid.
Miércoles 2 de marzo de 2016.


jueves, febrero 25, 2016

Temporada 2016 / 2017 Liceo de Barcelona: Ópera María

 
El Gran Teatre del Liceu de Barcelona anuncia su temporada 2016/2017

Y lo primero que se me ocurre al verla es decir: Joé, qué de refritos, ¿no?

Y lo segundo... ÓPERA MARÍA.

Vamos, que salvo una modernez el resto de las obras representadas son todas de gran repertorio, con producciones casi todas ya vistas. Parece una temporada diseñada para llenar teatro con títulos conocidos. Una temporada amable y facilona.

Esta toda enterita en este enlace:



Vayamos por partes:

1. Die Zauberflöte, de Mozart.
¿Cómoooooo? ¿Otra vez La Flauta Mágica, sólo unos meses después de programarla, y con la misma producción? ¿Pero de qué vas?
A su favor: la producción es una delicia y no entra en abono, con lo que los que la verán esta temporada no se la tienen que tragar de nuevo (véanse las famosas Bodas del Real, que nos hemos zampado tres veces, tres). Y por lo que veo son funciones a precios "populares" (habrá que comprobarlo).
En su contra: Reparto que conoce su tía Mauricia a la hora de comer.
En fin, que aunque me parece un exceso la repetición, lo admito porque como espectáculo es toda una experiencia.


2. Macbeth, de Verdi 
Con Martina Serafin, que es una señora que me encanta aunque las puede pasar un poco canutas cantando la Lady. Y Ludovic Tézier. Una producción un poco rollo cine de terror gótico. Tiene buena pinta y Macbeth casi siempre se disfruta.


3. Le Nozze di Figaro, de Mozart
Oh, otro Mozart. Oh, otras Bodas. Traaaanquis, que no son las de Sagi. Aquí reponen su propia producción de Lluis Pasqual que, mira, desconozco. El reparto me deja un poco así así: Kyle Ketelsen de Figaro, Mojca Erdmann de Susanna, Olga Mykytenko de Condesa, Gyula Orendt de Conde y Anna Bonitatibus de Cherubino.


4. Elektra, de Strauss.
La loca del hacha. Ópera "poco representada" en el Liceu según dicen. Pues yo recuerdo muy bien la última, pero ahora veo (glups), que fue hace 8 años ya. Operón que hay que ver y que casi siempre se disfruta mucho, y esta vez con tría femenino de altura (aunque tal como están los del Liceo con los cambios no hay que fiarse mucho): Evely Herlitzius, Waltraud Meier y Adrianne Pieczonka. Bien.


5. Werther, de Massenet.
En la misma producción que ya vimos en Madrid, con Piotr Beczala alternándose con José Bros y la Antonacci con Nora Gubisch. El mayor gancho está en el primer reparto. Sopotocientas funciones de un título imprescindible.


6. Quartett, de Luca Francesconi.
La desconozco por completo. Versión operística de "Las Amistades Peligrosas", estrenada en 2011. Producción de Alex Ollé de La Fura Dels Baus, también con Piotr Beczala. Única curiosidad de la temporada. Sólo 5 funciones.


7. Rigoletto, de Verdi
Una apuesta que no falla. Excelente coproducción con el Teatro Real que ya se vio por aquí en 2009. Alicientes: el Duque de Camarena, el Rigoletto de Carlos Álvarez y las Gildas de Rancatore y Moreno. Leo Nucci canta una función y bisará la Vendetta, como de costumbre.


8. Der Fliegende Holländer, de Wagner
El Holandés Errante es otra de esas óperas de las que siempre se sale con subidón. Producción de la Staatsoper de Berlín y Ópera de Basilea que tiene pinta de muy clásica y vistosa, por las fotos, al menos. Salvo Anja Kampe, Senta en el 2º reparto, no conozco a casi nadie (ah, mi ignorancia en el repertorio alemán).


9. La fille du Régiment, de Donizetti
Bueno, esto sí que es refritismo en estado puro. Producción que ya ha pasado por el Liceo, por el Real y por medio mundo. Vista hasta la saciedad. Con Camarena, Sabina Puértolas y Ewa Podlés. Morbo: la Duquesa de Krakenthorp será Bibiana Fernández.


10. Don Giovanni, de Mozart
Tercer Mozart de la temporada. Producción aparentemente espectacular y Marcus Kwiecień y Carlos Álvarez como atractivos principales.


y 11. Il Trovatore, de Verdi
¿Qué? ¿No te quejabas de tres mozarts? Pues aquí viene el tercer Verdi. Tremendo colofón de temporada, en la birriosa producción de los Airgamboys que ya se vio hace unos añitos (qué penita, qué cutrerío). Kristin Lewis y Tamara Wilson se alternan las Leonoras. Marco Berti y Yonghoon Lee los Manricos, la Cornetti y la Gubanova las Azuzenas y lo siento mucho pero los condes ni me suenan. Como siempre, si cantan bien puede ser una gozada, si no...


Por si no tienes suficiente con 11 óperas, hay 3 más en concierto, donde hay algo más de imaginación:

1. Teuzzone, de Vivaldi, con Jordi Savall & Co.


2. Thaïs, de Massenet.
Con Nino Machaizde, Plácido Domingo y Celso Albelo.


y 3. Die Lustige Witwe, de Léhar
Una sola función de La Viuda Alegre, y en versión concierto. Ya les vale. No sé qué tal andará la Denoke (su Alceste en Madrid fue muy floja). A su lado, Bo Skhovus, que también me da un poco de miedo. Pero puede que en este repertorio consigan sacar algo bonito... o no. Gran misterio.


En fin, una temporada de títulos bastante potentes. Si viviera en Barcelona procuraría ir a todos. Pero ninguno de ellos me justifica un viaje, porque ya los he visto demasiadas veces. Y viendo lo que ha pasado este año con los repartos de los Otellos del Liceo, miedito me da sacar una entrada (carísimas) esperando escuchar a Beczala y que me cante al final Perico el de los Palotes, sinceramente.

En fin, temporada muy conservadora, que espero disfruten los asistentes.

¿Le pondrán las anillas a la fachada del teatro?

Para más info, el siempre actualizado (no como éste) blog In fernem Land.

Ya hablaré del pedazo de libraco que nos llegó a los abonados de Madrid con las previsiones para... ¡los tres próximos años! Empecé a escribir pero me salió tal ladrillo que lo iré dosificando. Qué fatiga, qué dolor. Unas veces se me para y otras veces se dispara como loco el corazónnnnnnn.

sábado, enero 23, 2016

La flauta muda


Por fin vuelve La Flauta Mágica a Madrid después de la cancelación de hace dos o tres temporadas. Y, señores, qué velada más disfrutable la de anoche. 

En esta Flauta el protagonismo absoluto lo tiene la producción, trabajadísima, llena de imaginación y fantasía. En un homenaje al cine mudo, el el escenario tiene como único elemento una pantalla blanca en la que los cantantes aparecen estáticos en peanas, y todos los decorados son proyecciones. Los diálogos aparecen en carteles negros, con acompañamiento de piano. Como en el cine mudo, vamos.


En esta ocasión la producción lo domina todo, porque los cantantes y la orquesta se tienen que adaptar al "timing" de las proyecciones, o si no podría resultar un desastre. Esto encorseta mucho la labor musical, y hay veces que se tiene la impresión de que están todos excesivamente pendientes de lo que tienen que hacer en cada momento.

Por otro lado, aunque los cantantes estén quietos en sus peanas, es sorprendente el movimiento que tiene la escena, un fantástico trabajo de planteamiento y desarrollo técnico. Aquí otro punto negativo: tanto movimiento acaba distrayendo en ocasiones sobre la ópera en sí. Pero vamos, que yo la disfruté como un enano.


Ésta es una Flauta sorprendente y novedosa, pero tembién muy respetuosa con la obra original. Nos cuenta lo mismo de siempre, pero de otra manera. No hay alteraciones de argumento. ¿Que se centra más en la anécdota que en el fondo y no incide en el mensaje de fraternidad que subyace en el texto? Pues mira, no por poner al coro vestido con túnicas y a Sarastro en plan Gandalf se consigue eso. Y cuántas producciones mierderas de la Flauta nos habremos tragado.

Ahora, los puristas y los perpetuamente indignados seguro que están echando espumarajos de Fairy Cicuta por la boca hablando de la traición a Mozart. Que les den. Yo voy a la ópera a disfrutar, no a criticar, y anoche me lo pasé en grande. La producción nos llega desde la Komische Oper de Berlín, y me comentan que allí hay tortas por las entradas cada vez que se programa.


Y una vez hablado de la espectacular producción (ya lo séeeee, es de lo último que se debe hablar, primero la músicaaaa, pero aquí era necesario) toca el terreno musical.

Comencemos por la orquesta. Ay, la orquesta. Yo no sé si estaba demasiado condicionada por las proyecciones, pero parecía que habían puesto el metrónomo y hala, a tirar p'alante. Un poquito más de energía, señor Bolton, que en la obertura me pegaste un susto de decir "oh, cielos, esto qué va a ser". Luego con tanto encima del escenario quedó más disimuladita, pero ojo, toque de atención por mi parte.

Coro: Fatal cuando cantaba desde los palcos de proscenio (imagino que por culpa precisamente de eso) y muy bien en las dos intervenciones del segundo acto.


El reparto de solistas, muy equilibrado.

Pamina: Sorprendente Sylvia Schwartz, una cantante que me suele dejar bastante "tibio". Ayer estuvo muy metida en papel vocalmente hablando y logró llevarse a su terreno el personaje, adaptándolo a su vocalidad. Su "Ach, ich fühls" fue precioso. 

Tamino: Susto inicial de Joel Prieto, pero tras la destemplada aria de salida se entonó y compuso un príncipe muy "mozartiano", cantado con gusto y recursos. Muy bien.

Papageno: Bien Joan Martín-Royo, un poco falto de intención, quizás también condicionado por la producción. Papageno tiene que ser carismático.

Sarastro: Correcto Christof Fischesser, capaz de bajar a las notas del averno y que se le oiga.

Monostatos: Muy bien Mikeldi Atxalandabaso, a quien además se le veía disfrutar de lo lindo haciendo de Nosferatu.

Templadas y suficientemente divertidas las tres damas de la reina y, lo siento, pero decepcionantes los tres niños.


Y llegamos al personaje que, con dos intervenciones (y media) tiene que robar todo el protagonismo de la función: la Reina de la Noche. Ay Ana Durlovski. Vale, sí, tiene el Fa. Pero sólo con tenerlo no puede cantar la reina. Que el papel no son solo los stacatti del segundo acto, leche. Ni autoridad, ni homogeneidad, ni fraseo ni trinos. Eso sí, sobreagudos limpios (y aplauso del personal).

En el vídeo siguiente, la Reina del segundo reparto, Kathryn Lewek (la Teresa del Benvenuto Cellini de Barcelona) lo hace bastante mejor:


No tenemos suerte con las Reinas en este teatro. En la primera Flauta María José Moreno cantó primorosamente pero no llegó a las notas (y si no las tienes no cantas la reina). Y en aquella cosa que nos hizo la Fura cantó una tal Erica Miklósa que hizo unas cosas rarísimas (también iba subida a una grúa furera que pobrecita ella). 

Pero bueno, puede decirse que, en conjunto, el elenco estuvo correcto y compensado. 

En resumen: una función muy satisfactoria, MUY VISUAL, a la que ir a disfrutar de un espectáculo global. 













Programa de mano 
Página web del Teatro Real
Cofradía de la Perpetua Indignación


Wolfgang Amadeus Mozart
Die Zauberflöte
Joel Prieto, Sylvia Schwartz, Ana Durlovski, Joan Martín-Royo, Christof Fischesser, Ruth Rosique, Mikeldi Atxalandabaso, Elena Copons, Gemma Coma-Alabert, Nadine Weissmann, Catalina Peláez/Lucía Seriñán, Celia Martos/Chandra Henderson, Patricia Ginés/María Guzmán, Airam Hernández, David Sánchez.
Ivor Bolton, Suzanne Andrade, Barrie Kosky
Teatro Real, Madrid.
Viernes 22 de enero de 2016 




Mira

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