Por fin Angela Gheorghiu se presenta -que ya era siglo- en Madrid después de su espantá de la Traviata de hace unos añitos.
En los quince años que lleva de carrera ha adquirido un status de divismo bastante antipático, todo sea dicho, pero eso no deja de ser bastante divertido.
La verdad, después de lo escuchado anoche, me he divertido bastante viéndola, he apreciado su voz (estaba encimita de ella) y, francamente, me ha gustado mucho.
Ya vendrán los académicos de turno y todos los que comercial=basura por sistema a decirme que no tengo ni puta idea de canto y que es un bluff de señora. Pues muy bien, vale.
La Gheorghiu es una lírica con timbre de color oscuro, que sube bien al agudo, se permite hacer alguna agilidad, tiene un volumen considerable (no es atronadora, pero una orquesta detrás no la tapa, por mucho que algunos se empeñen) y tiene unos graves aceptables (con matices).
El recital que dio anoche en Madrid fue auténtica ópera-maría: Fausto, El Cid, Manon, Carmen y cuatro de Puccini. Sólo ocho piezas. Bueno, yo prefiero que me cante 8 arias a 16 canzonettas bellinianas y rumanas, la verdad.
El recital incluía cuatro intervenciones orquestales a cargo de una Sinfónica de Madrid algo acelerada por parte de López Cobos. ¿Los nervios? ¿Es verdad eso que me dijeron en el intermedio de que la diva no se había presentado al ensayo y amenazaba con cancelar y estaban todos de los nervios o es leyenda urbana? López Cobos durante los acompañamientos estuvo pendiente cada segundo de la Gheorghiu, de cuándo respiraba, aguantaba o iba a terminar una nota.
Antes de comentar a la soprano, las partes orquestales: Obertura de Beatriz y Benedicto de Berlioz (bien), Juegos de niños de Bizet (así así), Capriccio Sinfonico de Puccini (un batiburrillo bastante desigual) y Crisantemi, de Puccini (una bonita pieza elegiaca). Ahora, al trapo:
Angela se metió al público en el bolsillo nada más empezar: apareció guapísima, con la melena ondulada y un vestido playero muy favorecedor con aire seventies, tan delgada que quitaba el hipo. Y encima canta para comenzar el recital el aria de las joyas de Fausto. Rapidísima, pero muy bien. y muy bien interpretada, que la señora tiene una capacidad expresiva tremenda. Primer aplauso atronador.
Estupenda también en el Pleurez del Cid, donde sacó vena dramática. Pequeño interludio para una pieza algo más descansadita, la petite table de Manon, que hizo muy sentida. Aplausos y un abucheo desde el 3er o 4º piso, que no es secundado.
Termina la primera parte con la habanera de Carmen. Ahí observo cómo el color de voz cambia notablemente cuando baja a los graves, que no son para nada inaudibles, pero distintos, sí. Frasea como y donde le da la gana, pero también esto es un recital y no una ópera, y francamente mejor esta habanera que su aburridísima grabación integral de la ópera.
Breve intermedio que aprovecha la Gh para cambiarse de vestido y alisarse el pelo (muy malamente). Nos aparece con un modelito blanco con motivos en rosa y negro un poco art-decô. Muy mono, pero le hace culo. La segunda parte empieza con Manon Lescaut, bien, y La Rondine, donde la señora se luce.
Durante la pausa orquestal de la segunda parte se recoloca los malos pelos a un lado (menos mal) y se cambia para sacar un espectacular vestido rojo vivo con generoso escote y mucha pedrería. ¿Maniobra de distracción para desviar que ha sustituido el Pace mio dio por el O mio babbino caro, que debería ser un bis? Un señor cercano a mí se enfada y le llama caradura. Había estado aplaudiendo a rabiar hasta ese punto, y después ya no dejó de refunfuñar.
Correctito el babbino, preparación para una intensa Butterfly, expresivísima y con el agudo final no tan extenso como todos desearíamos (eso es algo que pasa casi siempre con el bel di vedremo, ¿verdad?).
Fin oficial del concierto y ella, habiéndose comportado en todo momento como una diva encantada de ser ella misma, saluda a todos lados.
Pausa normal para aplausos y bises. Tres. El primero, Non ti scordar di me, en la que se paseó por el escenario a ritmo de vals delante de una atronadora orquesta. Aquello parecía una película musical americana de los 40, con Irene Dunne o Deanna Durbin. Después, Granada. Un despropósito. La Gheorghiu, totalmente divertida y despendolada, ininteligible (eso me da igual, que se ponga alguien a analizar a los más famosos cantantes españoles -Victoria aparte, claro- cuando cantan en alemán, francés o inglés y luego me cuente), dando pasos de baile, moviendo el culo, con la orquesta enloquecida yendo por su lado y ella por otro (la marisabidilla que tenía al lado me decía que iba un tono por debajo), las castañuelas desbocadas y el público aplaudiendo nada más empezar la canción. El despiporre.
Cuando ya creíamos que nos íbamos a casa, se marcó una pieza de una opereta rumana que no conoce ni dior. Más suavecita pero con efectista agudo final.
Fin de la función y las reacciones de siempre por parte de los de siempre.
Es decir, todo ha salido como estaba previsto: ella se ha comportado y ha cantado tal como se esperaba, al igual que el público (tanto los que han aplaudido a rabiar como los que han salido satisfechos como los que han ido a rabiar y pasarlo mal).
Yo, desde luego, me alegro mucho de haberla escuchado por fin en directo y para mi gusto, si va de divorra es porque, de momento, se lo puede permitir.
La crónica petarda y frívola, en mi blog personal haciendo clic aquí.
Lo siento, no me dio tiempo a sacar foto del segundo modelito.
¿El saludo es para ti? Mañana todos los detalles, please!!!
ResponderEliminarPues me alegro que te gustara, mocho... Desde ayer por la noche he tenido que leer que la Gheorghiu, ahora, le falta voz y que no emociona...
ResponderEliminarAfortunados nosotros que la vimos en un Elisir fantástico... Eso sí, tuvimos que esperar al final...
¿Que no emociona?
ResponderEliminar¿Que no emocionó en Faust, Le Cid, La Rondine o Butterfly?
ANDA YA.
¿Los Perpetuamente Indignados atacan de nuevo? Socorro.
ResponderEliminarMe alegro de que te gustara,y me fío de tu criterio. Yo también creo que es bastante emotiva, y le resulta fácil comunicar, que es de lo que se trata. Y totalmente de acuerdo en lo del divismo: le da un pizca de pimienta al mundo operero.
No, el saludo no era para mí.
ResponderEliminarNo os perdáis este link
Puedo entender que se la critique, pero esa rabia y mala leche reconcomía es tremenda. Y además, al final siempre somos los mismos los que tenemos la culpa, juas juas.
Me hierve la sangre cuando leo esas chorradas. No lo he podido evitar y he contestado.
ResponderEliminarJAJAJAJAJA. Mocho deberías contestarles tú que tienes más tablas.
No sé para que van. Que se queden en su casa con los discos de pizarra de la Ponselle. Qué plastas son, pordios. He leído tu réplica, Peri, jejeje. Yo paso de echarles leña, que ardan ellas solas en su pira filológica y sin agudos.
ResponderEliminarAl final he picado y he dejado un comentario. Mea culpa.
ResponderEliminarNo estuve ayer en el Real, pero habiéndola escuchado muchas veces (Traviata, Bohème, Rondine, Elisir...) no me creo que esté acabada como dicen por ahí, y que se ceben con ella dejando impunes a otras mamarrachas me altera un poco. Me alegro que disfrutaras!!
ResponderEliminarUn saludo.
JAJAJAJAJAJA, Te he leido salarino y usted señor Mocho también. Pero será pedorra el tal Raoul del Parrús ese. Que cosa más insoportable dios mio él esa panda de adoradores que le siguen la corriente.
ResponderEliminarEn fin, me laegro de ser del populacho y disfrutar de las cosas sencillas...jejeje
Bueno Mocho, me alegro que te gustara. He dejado un comentario en el link que nos has proporcionado. No he podido resistirme.
ResponderEliminarSolamente encuentro muy fuerte que cambiara el Pace, Pace, mio Dio, por otro mio, pero el dichoso babbino caro. Quizás yo también me hubiera cabreado.
Yo no he escrito nada en ese foro. Lo dejé hace tiempo cuando lo tomó la Cofradía de los Perpetuos Indignados.. me da que la habéis armado buena, jejejeje.
ResponderEliminarLa culpa es mía, por poner el link.
Yo, como le he dicho en mi último comentario a esta impresentable diva, no voy a volver a entrar jamás. He caído en la trampa que me has metido, pero no te preocupes, me he reído un ratito. Primero he de confesar, que me ha parecido un patio de vecindonas alteradas y me he quedado boquidilatado, pero ahora, una vez he respondido a la reinona, me he quedado BIEN.
ResponderEliminarPues yo sólo le pongo un problema... Desde principal no se oía casi nada. Y se supone que esto va de escuchar también a la cantante. ¿Importante volumen? ¿Agudos? ¿Graves?
ResponderEliminar¿DE QUÉ ESTÁN HABLANDO?
Una soprano ligerita para la platea. La próxima vez vaya a los pisos superiores, que es desde donde se debe juzgar. Platea y primeras filas para el público de pega y las petardas...
Que lo pasen bien.
Amigo, yo estaba en principal y la oí perfectamente.
ResponderEliminarOtra cosa es que en Granada la orquesta se desbocara.
Mocho siento haberme dejado llevar en el foro ese. Parece ser que ahora hay gente que piensa que es todo una maniobra planeada, supongo que piensan aunque no lo digan que el gay power ataca de nuevo.
ResponderEliminarPero no se entiende que digan esas cosas tan exageradas, si fuera así la gente se levanta y se va, que no somos borregos. A lo mejor el señor Raoul de "Longui" es una cantante veterana (vicetiple) venida a menos, algo así como un fantasma de la ópera pero al revés.
Darling, don't worry.
ResponderEliminarYo sólo puse el enlace como ejemplo ilustrativo de una opinión contraria a la mía, no tenía intención de orquestar un boicot contra la Cofradía. Dior me libre de que se sulfuren más aún.
Mocho, sin con la señora se armó la que se armó, con la CANCELACION del marido en IL TROVATORE, ni te cuento como debe estar el Raoul y su corte de acólitos. Distraídos y con emociones si que estáis en Madrid.
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