Reconciliación con Philip Glass.
Porque a este señor lo tenía yo muy atragantado desde aquel Corvo Branco de 1998 que me resultó aburridísimo e indigerible. Y en el limbo de los recuerdos tengo el haber ido a la presentación de la película Koyaanisqatsi al festival Imagfic de Madrid allá a principios de los 80 y salir totalmente aturdido con mis amigos del cole intentando convencerme de que habíamos asistido a una obra maestra, el colmo de la modernidad.
Pero oye, como yo digo, nada es inamovible. Y la ópera The Perfect American en el Teatro Real me ha gustado bastante.
Sigue siendo el estilo minimal inconfundible de Glass, sus repeticiones, pero esta vez no son infinitas, las percibí con ritmo, como si esta vez la música estuviera al servicio de la historia que cuenta y no es sólo el fondo sobre el que se va construyendo ésta. Ufff, qué frase más rimbombante me ha quedado, pero yo me entiendo. Básicamente, en The Perfect American hay ritmo, progresión, y la música es el vehículo que te mete dentro del espectáculo.
Porque con el libreto tengo opiniones enfrentadas. Por una parte, la estructura en escenas individuales, aisladas unas de otras y que terminan así de golpe "porque sí" me parece que está ya muy visto en la ópera de las últimas décadas, dramáticamente es una chapuza que te deja frustrado y evidencia la carencia narrativa del libretista. Pero por otro lado con esa sucesión de escenas se ha conseguido lo que se perseguía: dibujarnos no la vida, sino la personalidad de Walt Disney.
Vale que es fácil desmontar el mito del señor encantador rodeado de sus dibujitos animados, pero hay que saber hacerlo, y con cuatro pinceladas (alguna muy gruesa, por cierto), se nos ha reflejado perfectamente lo que se quería contar: que era una persona reaccionaria y autoritaria, su profundo americanismo y su miedo a la muerte y a que la marca Disney eclipsara al hombre. En este sentido, fantástico el papel del libretista.
La producción es muy clásica: dos brazos de grúa giratorios con un proyector en un extremo y unas gasas que iban cayendo en el otro iban creando todos los ambientes con proyecciones animadas. Lamentablemente el día que fui yo uno de los brazos no funcionaba por un problema eléctrico y las proyecciones se quedaron en la mitad. Yo me fijé que no se movía pero, la verdad, tampoco fue un problema, me pareció una producción muy vistosa. Y funcionando al 100%, yo diría que espectacular.
Respecto a las voces, el personaje principal estuvo servido con empeño por Christopher Purves y los demás se movieron dentro de una más que aceptable corrección. No hay grandes retos vocales que superar en la partitura y sólo se pueden poner peros a algunos cantantes a los que se oía poco. Me reitero, como hice cuando fui a ver La Vuelta de Tuerca de Britten, en la alegría de escuchar a Marie McLaughlin con una voz brillante y potente. La mejor del reparto para mi gusto, con diferencia.
El coro estuvo digno y la orquesta pues oye, para mi poco entender, muy bien.
The Perfect American puede que no sea la ópera de tu vida, pero mira, yo creo que gustará mucho tanto al aficionado al repertorio tradicional como al del contemporáneo. Y también la veo muy apropiada para quien no haya ido nunca a una ópera, porque tiene muchos elementos muy atrayentes.
Anécdotas varias:
- En el descanso... ¡me guiñaron un ojo! (y no, no era un tic).
- La señora de al lado (esta vez no estaba yo en mi butaca de abono habitual) empezó a dar cabezadas nada más empezar la función. Yo diría que de la hora que dura el primer acto se pudo tirar durmiendo tranquilamente 50 minutos. No, no hacía ruido. Al llegar el descanso, aplaudió con fervor. Se irá a casa ahora, pensé. Pues no, en el segundo acto, de unos 40 minutos de duración, aguantó como diez minutos cambiando de postura a cada momento, y luego ya se le cayó la cabeza, que le quedó entre las rodillas, hasta el final. Volvió a aplaudir fervorosamente. Le saqué una foto de estranjis con el móvil pero salió toda negra, una lástima.
Lo dicho, hoy es la última función de The Perfect American. Si puedes ir, ve, que al menos la semana pasada había entradas de sobra. Y si no, esta noche la pasan por arte, medici.tv o palco digital, creo.
Philip Glass
The Perfect American
Libreto de Rudy Wurlitzer basado en Peter Stephan Jungk
Christopher Purves, David Pittsinger, Marie McLaughlin, Janis Kelly, Donald Kaasch, Rosie Lomas, Zachary James, John Easterlin, Sarah Tynam, Nazan Fikret
Dennis Russell Davies, Phelim McDermott
Teatro Real
Madrid, viernes 1 de febrero de 2013
Mmmmm.... no hay comentarios.
ResponderEliminarPues sí, después de leer esta entrada me he pasado a youtube y la tienen enterita.
Me ha gustado bastante pero prefiero dejar los comentarios en manos expertas.
Gracias, Nox.
ResponderEliminarEl problema de las manos expertas es que saben tanto tantísimo que son incapaces de hacer un comentario positivo, aunque les guste algo, porque siempre lo comparan con algo anterior mejor.
Así que comenta, porfaplís.