Nivelazo total en la Salomé del Teatro Real de Madrid.
Primero, y la más importante, una Nina Stemme fantástica. Con una voz poderosísima, bella, timbrada, demasiado opulenta arriba quizás pero a la vez con capacidad para bajar sin ninguna dificultad y oyéndosela perfectamente. Además, con una dicción perfectamente inteligible (para los que sepan alemán, claro). Una barbaridad de señora, un gustazo.
Luego están la pareja de padres, excelentes Doris Soffel (qué partido le saca al papel de Herodías la condenada) y Gerhard Siegel, un Herodes estremecedor.
Y la orquesta ha estado a gusto, matizando, sugiriendo y, finalmente, impactando.
La puesta en escena es de las ideales para que los más tradicionalistas se lleven las manos a la cabeza y a los más progrescénicos les den palpitaciones orgásmicas: está ambientada en la cámara acorazada de un casino de Las Vegas.
Carsen quiere reflejar un ambiente en el que se han perdido los valores y la traslación espaciotemporal es válida. Lo que ya no se sabe mucho es que pinta el Jochanaan por ahí (y ya que viene del desierto, podría haber sido el de Nevada, y no el típico africano).
En la danza de los siete velos Salomé se disfraza de su madre y hace una parodia de cómo se comporta con los hombres. Y en vez de desprenderse de los siete velos, siete hombres se desnudan ante ella.
¿Escandalosa la producción? ¿Porque salgan cuatro tetas y unos desnudos masculinos? No. Si escandaliza es porque estos desnudos no son de los cachas de turno, sino de siete hombres entre los que había jóvenes, viejos, gordos, delgados... es decir, gente real, no modelos. Y, oh, se les veía la polla. Pues mucho más natural, que lo que me parece ridículo es el típico figurante musculoso que va desnudo pero al final le ponen un pudoroso tanga.
La verdad es que yo al final pasé bastante de la puesta en escena y me centré en la música y la Stemme. Y disfruté mucho.
No me gustaron: el Jochanaan, con momentos en los que no se le oía nada (y sin estar la orquesta especialmente fanfarriosa) y el Narraboth.
Y curiosidad. Si pones en Google "Salomé Teatro Real"... ¿qué es lo que te saleeeeee?
Desde que llegaste a no vivo llorando (silencio - heh)
Salomé de Richard Strauss
Teatro Real de Madrid
Martes, 20 de abril de 2010
Nina Stemme, Doris Soffel, Gerhard Siegel, Wolfgang Koch.
Jesús López Cobos / Robert Carsen
Luego están la pareja de padres, excelentes Doris Soffel (qué partido le saca al papel de Herodías la condenada) y Gerhard Siegel, un Herodes estremecedor.
Y la orquesta ha estado a gusto, matizando, sugiriendo y, finalmente, impactando.
La puesta en escena es de las ideales para que los más tradicionalistas se lleven las manos a la cabeza y a los más progrescénicos les den palpitaciones orgásmicas: está ambientada en la cámara acorazada de un casino de Las Vegas.
Carsen quiere reflejar un ambiente en el que se han perdido los valores y la traslación espaciotemporal es válida. Lo que ya no se sabe mucho es que pinta el Jochanaan por ahí (y ya que viene del desierto, podría haber sido el de Nevada, y no el típico africano).
En la danza de los siete velos Salomé se disfraza de su madre y hace una parodia de cómo se comporta con los hombres. Y en vez de desprenderse de los siete velos, siete hombres se desnudan ante ella.
¿Escandalosa la producción? ¿Porque salgan cuatro tetas y unos desnudos masculinos? No. Si escandaliza es porque estos desnudos no son de los cachas de turno, sino de siete hombres entre los que había jóvenes, viejos, gordos, delgados... es decir, gente real, no modelos. Y, oh, se les veía la polla. Pues mucho más natural, que lo que me parece ridículo es el típico figurante musculoso que va desnudo pero al final le ponen un pudoroso tanga.
La verdad es que yo al final pasé bastante de la puesta en escena y me centré en la música y la Stemme. Y disfruté mucho.
No me gustaron: el Jochanaan, con momentos en los que no se le oía nada (y sin estar la orquesta especialmente fanfarriosa) y el Narraboth.
Y curiosidad. Si pones en Google "Salomé Teatro Real"... ¿qué es lo que te saleeeeee?
Desde que llegaste a no vivo llorando (silencio - heh)
Salomé de Richard Strauss
Teatro Real de Madrid
Martes, 20 de abril de 2010
Nina Stemme, Doris Soffel, Gerhard Siegel, Wolfgang Koch.
Jesús López Cobos / Robert Carsen
¡YO CANTÉ EL ROL DE LA ESCLAVA!
ResponderEliminarNo había mezzo y debí decir eso de "El tretrarca os pide que regreséis a la fiesta". Estaba vestido de varón.
En el estreno casi se me quema el brazo derecho cuando de la antorcha que llevaba se cayeron unas gotas de combustible sobre mi antebrazo y empezaron a soltar llama. Uno de los soldados vino hacia mí y la apagó. Por esa época me habían contado lo del horrible accidente de una soprano y el fuego durante una función en el teatro de Zürich así que yo me asusté bastante.
La Stemme trabaja mucho aquí.
Ópera estupenda, la "Salomé".
Estupenda.
ResponderEliminar¡¡¡La esclava Eleuterio!!!
¿Y al pobre Bautista en que lo convierten? ¿En uno de esos chiflados predicadores apocalípticos que vemos en los "flines" americanos.
ResponderEliminarResulta que Salomé fue la primera ópera que vi en mi vida, en el Galdós de las Palmas, cuando trabajaba, gratis, en los barcos del Rey Nuestro Señor. Seguro que por alguna parte tengo todavía guardado el programa de mano, y estoy hablando del año... 92, uffff, que "mayorísimo" que soy.
hola ! yo estuve y tengo que reconocer que, si bien me estoy iniciando en la ópera, en concreto me pareció espectacular ! Tengo que reconocer que me quedé con ganas de volver... La próxima que me toca ver es l'incoronazione... así que a ver si salgo igual de contento ! Por cierto, me permito hacerme seguidor de tu Blog !
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