Se lo decía yo al bloguero Eleuterio cuando tenía que preparar La Viuda Alegre de Lehár: es una opereta llena de hallazgos musicales y melodías inspiradas, y que iba a disfrutar como un loco interpretándola. El argumento es una tontuna y el humor es totalmente arcaico, sí, peeeeero qué te vas a esperar de una opereta. Peores argumentos hemos visto en óperas más serias, ¿no?
La Viuda Alegre es un ejemplo modélico de opereta ligera y francamente su escucha se me hace muy agradable. Se deja uno llevar por esos valses de una manera muy fácil. Olvídate de pasiones, tensiones y dramones. Aquí vas a escuchar la clásica estructura de la opereta (y de muchas zarzuelas): números populares, bailecito regional, una trama romántica principal y otra trama cómica secundaria.
Es muy raro que se represente en España. Como ya tenemos la zarzuela como "opereta" nacional, casi nunca está en las temporadas. Para conocerla hay que recurrir a las grabaciones. A mí me hacen mucha gracia las ediciones alemanas con cantantes que sólo en su casa conocen y cuyo nivel artístico suele ser muy "de revista". Cuestan dos duros y solía haberlas a porrillo en los cajones de ofertas de las tiendas de discos. Hoy como ya casi no hay tiendas de discos, hay que irse a gasolineras y supermercados de países donde se habla alemán para comprarlas. Cuando alguien me localice una de Marika Rökk que me la pase, porfaplís.
De las "serias", yo me quedaría con las viudas de Schwarzkopf, Anneliese Rothenberger y Cheryl Studer, porque hacen sentir que tanto ellas como sus respectivos acompañantes realmente se lo están pasando en grande interpretándolas, con una vividez que pocas cantantes operísticas consiguen. ¡Y suenan bien! Hay también una de Felicity Lott, que tiene un tipo de voz ideal para el papel, pero ah, está en inglés.
¿En inglés? ¿Y en español?
Pues precisamente la versión en español es el origen de esta entrada, que quería yo enviársela a Eleu para que la escuchara pero con el cambio de casa metí todos los cedés de ópera en un armario sin orden y no la encontraba por ningún lado. Pero apareció.
Mira qué portada más horrenda:
Vamos a ver, ¡¡¡si la foto está hecha en el parque de El Retiro!!! Parece que es una pareja que se ha escapado de una boda en el Florida Park. Él, camarero, se ha ligado a una de las damas de honor que ha salido a fumar fuera para que no la vean sus papás. Bailan un poco y luego vuelven a la boda. No podían haber buscado un color más feo de vestido y que menos destacara con el tono marronuzco generalizado de la fotografía, qué espanto. Hablando de marrones, a saber quién de los dos pisaría la caca de perro de rigor. En fin.
La portada es la versión actualizada para la edición en cedé de 1991. La anterior para el LP de la casa Zafiro (1971) sería ésta:
Y la original, de la casa Montilla (1954) y tiene esta otra. Es curioso como son más modernas las portadas a medida que son más antiguas. Cosas del diseño.
El sonido: espantoso. Todas las grabaciones de zarzuela de Montilla/Zafiro sufrieron un paso a edición digital en CD que parecía que simplemente le habían puesto un micro al tocadiscos. Un horror. Esta grabación estuvo descatalogada durante lustros hasta que hace unos años BMG la volvió a publicar en una edición algo más cuidada, no sé si habrán mejorado algo el sonido.
Los intérpretes: Menos mal que tenemos a Dolores Pérez, conocida en la época como Lily Berchman, que tenía una voz imponente, en el papel principal. A su lado, Luis Sagi Vela, que no era del gusto de todos por ese engolamiento y su timbre tan particular, mantiene un estilo y una elegancia que le van de perlas a papel.
El resto a mí me resultan insufribles. Especialmente la tal María Caballer. De ataque de oído.
La orquesta va tremendamente lenta en las partes más románticas, y en las más marchosas es bastante pachín pachín hasta que la jorobín. ¿El problema? Lo que ya he dicho antes, el sonido. Suena tan cochambroso que no se puede apreciar bien.
La adaptación del texto al español no chirría demasiado pero tiene sus cositas: para evitar la similitud con Pontevedra, el país pasa a llamarse Pontenegro. En el libreto aparece también la embajada de Marsovia, pero no me queda nada claro. Hanna pasa a ser Sonia (¿?), Valencienne es Valentina (bien) y Camille es...¡Fernando!
Sí, el disco es durito de escuchar, pero no obstante... tiene su punto. Es lo que los anglófonos llaman un "guilty pleasure". Le puse a mi tx el baile de las grisettes y lo primero que soltó escandalizado fue: "¡pero qué arcaico suena todo!"
Yo creo que merece la pena echarle una escucha, aunque sólo sea por curiosidad. Lo colgué en una página de descargas, pero como están últimamente bastante imposibles, he puesto un enlace alternativo. Es la versión spanish olé con libreto incluido. Si alguien ve sus derechos violentados, que me lo diga y la borro ipsoflauto.
¿Y a ti?
¿Qué Viuda te gusta?
La mejor lana, la Turner.
Ay! alucinado me he quedado con la entrada, tanto que tendré que volver a ella, una vez me haya tomado algo.
ResponderEliminarEsas portadas de disco made in Spain, son espeluznantes y el sonido corroboraba el diseño. Se salvaban algunos interpretes, es cierto, a la cabeza la inmensa Dolores Pérez, capaz de cantar, la bajo mi opinión, mejor Beltrana o hacerte una Hanna Glavary "di tutto rispetto". Era sin ninguna duda nuestra cantante "assolutta".
Volveré a esta entrada, seguro que si.