lunes, abril 27, 2009

Por qué corres, Ulises


Il ritorno d’Ulisse in patria, de Claudio Monteverdi
Teatro Real de Madrid, 25 de Abril de 2009
Les Arts Florissants.
William Christie, Pier Luigi Pizzi.


Segunda ópera de la trilogía monteverdiana que nos ofrece el Teatro Real.

Muy bien interpretada, correcta e insípida puesta en escena y perfectamente servida por la orquesta de Les Arts Florissants de Christie. ¿Muermo? Pues sí, un poco, pero es Monteverdi, qué te esperas. Es lo que hay. Es una música así, entre comillas, "bonita", muy agradable de escuchar, pero es imposible que se te quede una melodía en la cabeza. Afortunadamente va alternando partes lentas con más movidas cada muy poco tiempo y se me hizo mucho más entretenida que el Orfeo del año pasado.


En el terreno vocal, estupenda Christine Ricci con una voz que tiene el patetismo y resignación que el papel de Penélope requiere y muy bien todos en general.Por poner un ligero pero, se lo pongo a la Juno, un poco destempladilla, pero vamos, todos muy bien.


A Kobie van Rensburg se le achaca por ahí que grita demasiado para este tipo de música pero hijo, da gloria que le dé un poco de chicha al personaje. Porque vamos, la progresión dramática de la línea argumental del bodriete mitológico es de una lentitud pasmosa.


Me decía mi amigo Almatosa al salir: la parte de los dioses se la podrían haber ahorrado.

¡No! Incauto infelice. Primero, porque nos hubiéramos quedado sólo con el rollo de las dudas de Penélope y segundo, porque nos hubiéramos perdido a Ed Lyon, que hizo el doblete estupendo de Júpiter y Eurímaco y que tenía una planta más que destacable, especialmente con los modelitos que el Pizzi le hizo ponerse (y de los que la web del Real, para variar, no tiene foto). Muy bien, muy bien, nos ha gustado este chico, comentábamos como viejos verdes en el descanso. No tenemos remedio. En fin.



Yo salí muy danzarín y prebarroco de este Ulises. Aunque también hay que decir que ha sido mi alternativa de ocio más "movida" del pasado fin de semana, lo que dice mucho de mi estado de amuermamiento general de los últimos días. Tendría que haberme ido a Valencia a ver la Turandot pero al final no salió.

Lo próximo, la Condenación de Fausto.


9 comentarios:

  1. "Il Ritorno d'Ulisse" dista mucho de ser un muermo sin música destacable. Al contrario, rebosa melodías cantables de enorme belleza con texto de peso dramático. Es una obra perfectamente equilibrada entre lo cómico y lo trágico y dramático, lo humano y lo mitológico. Habla de emociones básicas ¿quién puede quedar impasible al oír a Penélope lamentar la ausencia de Ulises, o sufrir con Ulises mientras ella duda de que sea realmente él su esposo o regocijarse con los dos cuando por fin se da cuenta de que efectivamente es su esposo? ¿Y las emociones expresadas entre padre e hijo? ¿O las declaraciones de los pretendientes, cada cual más arrogante? ¿O la entrega de los sirvientes al amor? ¿Quién no se estremece al oír cómo el Tiempo, la Fortuna y el Amor nos preparan todo tipo de obstáculos para hacernos la vida difícil, pequeños seres indefensos que somos? Monteverdi describe todo esto y mucho más en una música de fuerza y belleza inigualables, inspirado por un libreto fuera de lo común.

    Y sin embargo, las representaciones del Real duermen. ¿De quién es la culpa? De Pizzi, sin duda. Su puesta en escena no merece tal nombre. Es un atentado contra la obra, no porque se imagine Bieitadas y entregue a sus cantantes a desvaríos sexuales varios, no, sino porque no ha entendido nada de la obra, no sabe ni qué transmitir ni cómo hacerlo.

    ¿Cómo puede quedar tan desprovista de carga emocional una escena tan potencialmente conmovedora como la del reconocimiento entre padre e hijo tras veinte años, repito, VEINTE AÑOS, de separación?

    Pizzi definitivamente es lo peor que hay en el mundo de la puesta en escena de ópera.

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  2. No conozco nada de Pizzi y no estuve en el Real.

    Pero, a veces, el trabajo estrictamente musical de una obra de Monteverdi hace que sea aburrida o apasionante, no sólo la puesta en escena. Por supuesto hay que dejarse llevar por el estilo: el lenguaje nos es hoy más extraño que el de un Puccini, por poner el caso. Se necesita un poco más de paciencia que lo habitual.

    Me gusta mucho Christie, pero muchas veces estos especialistas se "pasan de listos" (digo, irreverente), y olvidan la expresividad y la pasión de los personajes y tocan y cantan todo "prolijito", sin aristas. Esto puede aburrir...

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  3. ¿prebarroco?

    Y por el primer comentario... hay que ser muy ignorante para decir eso de Pizzi, y yo odio a los directores de escena. Conste.

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  4. Donoto: pelea de gatas en el palco no.

    Y estoy de acuerdo con Mocho, este tipo de óperas son "bonitas".

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  5. Bueno, vale, protobarroco.

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  6. Ni pre-barroco ni proto-barroco, barroco puro y duro.

    La música no es bonita (decorativa), es bella (profunda).

    El libretto es de una calidad excepcional: podría leerse solo.

    Pizzi no es un director de escena y si me apuráis hace tiempo que dejó de hacer nada interesante como figurinista o como escenógrafo.

    Ni siquiera se contenta con ilustrar el libretto, algo que debía ser el mínimo absoluto. Ni siquiera hace eso, simplemente mueve a los cantantes por el escenario. Evito la palabra "personajes" porque con Pizzi no hay construcción de los personajes. No hay comprensión de lo que motiva cada uno, no hay expresión de estos motivos, no viven. Su Penélope no tiene nada de reina, pero lo peor es que no tiene nada de nada, no es siquiera una mujer, es una ficha que resulta que canta, sin emociones, sin sentido, sin vida. Coged el DVD de Christie y Noble. Desgarra ver a Penélope. Coged el DVD de Harnoncourt y Ponnelle: desde el primer plano de Penélope uno queda anonadado ante el dolor de la espera, la angustia del personaje. Coged a la Penélope de Pizzi: uno no sabe si asiste a un desfile de modelos en Bulgaria en los años 70 o qué. ¿Qué es? ¿Quién es? ¿Qué me importa? Nada.

    Pizzi y los mini-Pizzis como su protegé Massimo Gasparon matan la ópera tanto o más que los Bieitos y los mini-Bieitos. Son más peligrosos aún que estos últimos porque parecen algo que no son, más respetuosos. Pero su falta de ideas es tan perjudicial como el exceso de ideas mal adaptadas del que hacen gala el burgalés y sus acólitos.

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  7. A mi me gustó más el Orfeo del año pasado. La primera parte me aburrió, pero la segunda me encantó. (yo soy así sin lógica ni nada...)

    Particularmente me gustó Telemaco y Melanto y la interpretación de Iro.

    En la escena en la que los tres pretendientes estan planeando matar a Telémaco me lo pase pipa!

    Ah, el traje de Minerva pa matar.

    Por cierto el que lleva a la fragilidad humana en brazos es el novio de un amigo mio.. :P

    besitos

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  8. Ya comenté en mi casa, con la correspondiente bronca por parte del mundo mundial, que Monteverdi era una de mis limitaciones.
    Si programan una de sus óperas, la veré con todo el "respeto" e interés que se merece, pero por el momento y hasta que mi metabolismo no cambie (nunca se sabe)digamos que me aburro soberanamente después de 15 minutos seguidos de Monteverdi.
    ¡Qué le vamos a hacer!

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  9. Yo creo que lo importante es saber a lo que se va y, como muy bien dice Joaquim, asistir con todo el respeto a la representación.

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Mira

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