Hola a los pocos que quedáis leyendo este blog y feliz año y tal y pascual. No voy a volver a decir que éste lo tengo abandonadísimo pero quien haya leído el otro blog, el guarro, sabrá que ando de obras, presentaciones a mi familia política y futura mudanza. Y eso, créeme, no es que estrese, es que ataca.
El sábado me acordé de chiripa que por ARTE echaban LA RONDINE de Puccini, que mira que se hace difícil de ver.
Desde el Met y con el morbo (seamos realistas, sí, con el morbo) de la parejita Alagna Gheorghiu (¿me sobra alguna h?) de protagonistos.
La Rondine es la gran incomprendida de las obras de Puccini. Yo creo que es porque el tercer acto no satisface ni argumental ni musicalmente las expectativas que sugieren los otros dos. Es como una Traviata light o, como dijo un entendido, la historia de lo que podrían haber sido Musetta y Rodolfo años después (convertidos en Magda y Prunier). El caso es que la música con tanto vals y tanto aire decadente, aunque preciosa, no tiene la eficacia dramática de otras obras del autor. No obstante, lo mejor es dejarse llevar y ser cómplices de un pequeño drama poco trascendente.
En disco tengo tres Rondines, y las tres muy buenas: Anna Moffo, Kiri Te Kanawa y Angela Gheorghiu. La primera es la más cortesana, la segunda la más elegante, la tercera la más humana. Yo creo que todas están estupendas en ese papel. Mi predilecta es Kiri, por lo etéreo de su voz, porque parece que flota, que no está con los pies sobre la tierra, es como la auténtica rondine, me chiflan sus partes medio habladas (a pesar de que a los italianos su dicción les pone delosnerves). Además, tiene a Domingo de Ruggero y a David Rendall como un refinadísimo Prunier (qué angustioso Cavaradossi nos cantaría en Valencia años después de esta grabación, no quiero ni recordarlo).
Pero vamos, que cualquiera de las tres Rondines pasa del notable alto. Gheorghiu tiene a su marido al lado y Moffo tiene al Ruggero más discreto y al tenor comprimario por excelencia del siglo XX: Piero di Palma. Para il sogno di Doretta no puedo sino rendirme al recital de Caballé para Emi. No se puede estar mejor.
Y precisamente aquí dejo este fragmento que grabé el sábado, con una Gheorghiu salvándolo por los pelos (estaba acatarrada, dijeron), aunque afortunadamente mejoró para el segundo acto.
Ah, el pelo y la insoportable joyita en la frente, pa matar al estilista. Joer.
La producción, muy estética y correcta. La dirección escénica, de pena, superestática. La vi a trocitos, la dejé grabando y apagué la tele porque mi señor novio me reclamaba con nosequé asuntos de muebles de cocina, qué cruz. Pero vamos, el final del segundo acto con todos sentaditos en las mesas sin moverse me pareció totalmente arcaico.
El sábado me acordé de chiripa que por ARTE echaban LA RONDINE de Puccini, que mira que se hace difícil de ver.
Desde el Met y con el morbo (seamos realistas, sí, con el morbo) de la parejita Alagna Gheorghiu (¿me sobra alguna h?) de protagonistos.
La Rondine es la gran incomprendida de las obras de Puccini. Yo creo que es porque el tercer acto no satisface ni argumental ni musicalmente las expectativas que sugieren los otros dos. Es como una Traviata light o, como dijo un entendido, la historia de lo que podrían haber sido Musetta y Rodolfo años después (convertidos en Magda y Prunier). El caso es que la música con tanto vals y tanto aire decadente, aunque preciosa, no tiene la eficacia dramática de otras obras del autor. No obstante, lo mejor es dejarse llevar y ser cómplices de un pequeño drama poco trascendente.
En disco tengo tres Rondines, y las tres muy buenas: Anna Moffo, Kiri Te Kanawa y Angela Gheorghiu. La primera es la más cortesana, la segunda la más elegante, la tercera la más humana. Yo creo que todas están estupendas en ese papel. Mi predilecta es Kiri, por lo etéreo de su voz, porque parece que flota, que no está con los pies sobre la tierra, es como la auténtica rondine, me chiflan sus partes medio habladas (a pesar de que a los italianos su dicción les pone delosnerves). Además, tiene a Domingo de Ruggero y a David Rendall como un refinadísimo Prunier (qué angustioso Cavaradossi nos cantaría en Valencia años después de esta grabación, no quiero ni recordarlo).
Pero vamos, que cualquiera de las tres Rondines pasa del notable alto. Gheorghiu tiene a su marido al lado y Moffo tiene al Ruggero más discreto y al tenor comprimario por excelencia del siglo XX: Piero di Palma. Para il sogno di Doretta no puedo sino rendirme al recital de Caballé para Emi. No se puede estar mejor.
Y precisamente aquí dejo este fragmento que grabé el sábado, con una Gheorghiu salvándolo por los pelos (estaba acatarrada, dijeron), aunque afortunadamente mejoró para el segundo acto.
Ah, el pelo y la insoportable joyita en la frente, pa matar al estilista. Joer.
La producción, muy estética y correcta. La dirección escénica, de pena, superestática. La vi a trocitos, la dejé grabando y apagué la tele porque mi señor novio me reclamaba con nosequé asuntos de muebles de cocina, qué cruz. Pero vamos, el final del segundo acto con todos sentaditos en las mesas sin moverse me pareció totalmente arcaico.
Me gustó la onda estética a lo Klimt, pero no tuve la paciencia de verla por televisión...aquí, en Alemania la dieron con subtítulos.
ResponderEliminarLos dos me parecen unos estupendos cantantes y no veo el por qué algunos los ponen a parir...
Porque siempre se ponen a parir a las estrellas mediáticas que graban discos y sin embargo se suben a los altares a los que jamás fueron llamados por las discográficas, es ley de vida del operero.
ResponderEliminarA mí la Gheorghiu no me agradó nada al principio, iba como precipitada, falta de aliento, pero lo que vi del segundo acto me gustó mucho, por parte de los dos.
Eso de que estaba resfriada creo que fue un cuento que hecho la gheorghiu para hacerse la interesante. La produccion no fue tan 'estatica' como dices. Tuvo momentos de muy buen gusto e inspirados, como el viejo dormido en el bar, que al final se para y le da una rosa a Magda, etc. Pero como dije, los dos principales nunca conectaron. De hecho me gusto ver esta opera, pero es la mas 'light' de la temporada de transmisiones.
ResponderEliminarAcabo de bajarme el vídeo y lo estoy viendo ahora (tiene gracia que una cantante que no me hace mucha ídem sea mi favorita en este papel); a la pobre la van a dejar tuerta con esa joyita tan cerca del ojo.
ResponderEliminarYo por la radio la escuché muy bien, de hecho llegué a pensar que se habían equivocado al anunciar lo de su resfriado; el que parecía resfriado era el otro miembro de la pareja Alagna.
Casi que lo mejor fue la cinta descentrada de la Yoryu... Es broma...
ResponderEliminarLa verdad es que empezó flojita pero que luego mejoró y me alegré, la verdad...
Tendremos a la Yoryu en Barcelona a finales de mes y siempre es mejor saber que está bien de voz como demostró en la retransmisión...
Es una de mis óperas favoritas de Puccini, lástima de tercer acto, y tengo las tres grabaciones y estoy completamente de acuerdo con la definición de cada heroína que has dado.
ResponderEliminarY me quedo con la Daikiri.
En el vídeo no había reconocido a la Gheroghiu con esa peluca, y es cierto que al principio va un tanto descompasada con el piano, pero la cantó muy bien.
Y vimos el sábado a la Morros Malfitano y a Flácido en la Tosca aquella, ¡qué señora tan rotunda!, jajajaja.
No tienes pocos visitantes Mocho, pero es que la bagancia que nos llevas es patológica.
ResponderEliminarTodas las excusas no valen, aunque te lo perdonamos. Una entrada tuya es como un concierto de Prince o de Kleiber jr.
La Gheoghiu no se puede ver, pero si escuchar. ¿Cómo se puede ser tan ridícula actuando?. Nadie le ha dicho que se pare quieta y sea convincente.Recuerdo su Violeta en el ROH, con Solti, y está magnífica. Luego se volvió tontina.
Cantando, continua siendo un lujazo.