El otro día alguien me comentaba que no soportaría ni quince minutos de una ópera de Wagner.
En otro lado, no tardó en saltar el siguiente a soltar el clásico chiste estúpido de que cuando escucha a Wagner le dan ganas de invadir Polonia.
Y cuando defendí la música wagneriana me miraron todos con cara de desprecio y odio.
La ignorancia es justificable, la gilipollez no.
En otro lado, no tardó en saltar el siguiente a soltar el clásico chiste estúpido de que cuando escucha a Wagner le dan ganas de invadir Polonia.
Y cuando defendí la música wagneriana me miraron todos con cara de desprecio y odio.
La ignorancia es justificable, la gilipollez no.
Hombre, wagner no es uno de mis "prefes" pa que engañarnos, entiendo que alguien no soporte 15 minutos de lo que sea... hay gente pa todo, pero "atacar" la música wagneriana tiene algo mas que delito, no solo por EL CICLO (así en mayúsculas tó por que el lo vale) sino por negar la riqueza de esas confrontaciones intrisicas a la naturaleza humana: Redención por amor/egoismo, psique/fisico, bien/mal, ese genial uso del dramatismo, esa innovación de la que hizo gala (Tannhäuser por ejemplo)..
ResponderEliminaren fin.. no digo mas que me enciendo
Yo soy un ignorante en Wagner. Con todas las letras. IGNORANTE. Y soy feliz. Quiero decir, creo que para introducirse en Wagner (si no tienes predisposicion natural para ello) ha de estar uno personalmente preparado.
ResponderEliminarAlgun dia, seguramente, me arrepentire de no haber comenzado con Wagner primero.
Pero todavia queda mucho para eso.
Saludos!
Yo soy superfans de Wagner (y lo siento me encanta el estúpido chiste que es de Woody Allen, por cierto) y aunque a veces se hace pesadísimo como sólo él puede hacer, queda compensado por cuando es MAGISTRAL.
ResponderEliminarYo empecé con Wagner cuando no tenía ni tan sólo conciencia de lo que estaba iniciando, por instinto o por curiosidad o por grandilocuencia, vete tú a saber.
ResponderEliminarAhora no entendería nada de nada sin su música. Para mí, TODOS los demás están algunos peldaños por debajo.
No me interesa demasiado la gente que con una frase lapidaria (el chiste de Allen también lo encuentro magistral) prescinde de tantos momentos verdaderamente emocionantes.
Cuando tenía 17 años era un fan absoluto de Ricardito. lUego empezó a fastidarme el "tener" que saber el motivo conductor de Fasolt y Fafner o las cuestiones simbólico-filosóficas al bies. Me harté y dejé de escucharlo, me molestaba su prepotencia.
ResponderEliminarHasta que un día un profesor del conservatorio me dijo:
"No le hagas caso a lo wagnerianos, vé al teatro, lee el argumento y escucha la música".
Así lo hice y me reconcilié con él.
Desde que sé alemán puedo disfrutar mejor de las óperas de Wagner- aunque la gramática sea medio abstrusa-, aunque sé que hay que tener un poco más de "paciencia" que con otros compositores, su idea del tiempo para narrar las cosas es otra.
Tuve la oportunidad de cantar en el coro de mi teatro alemán "Lohengrin", "Holandés","Rienzi" y "Tannhäuser" y fueron experiencias difíciles pero muy satisfactorias. Los alemanes se toman sus óperas como parte de su cultura, con mucha más naturalidad y espontaneidad que los que venimos de una culura latina, para la cual Wagner es tomado, a veces, con una solemnidad que no le hace bien a nadie...
Para mí no hay jerarquías en el valor de su música comparado con otros: me gustan y me parecen geniales tanto Puccini como Wagner, como Mozart, como Verdi, etc.
¿Mis favoritas? "Tristán" y "Lohengrin" por ahora.
Hombre, dicho así... No sé yo si el que no te guste la música de Wagner te hace necesariamente gilipollas o si lo que te hace gilipollas son los prejuicios que para algunos se derivan a partir de las nefastas vinculaciones que tuvo su música con el holocausto, sin duda una invención judeomasónica. En último término, tampoco entiendo muy bien eso de que la gilipollez no sea justificable, salvo que entiendas por gilipollez un acto predetermindo por la voluntad ("Soy gilipollas y además lo disfruto" o algo así). Bien pensado, también podría proponerse la solución final para todos los gilipollas y gilipollos; presidirían, cómo no, un busto de don Ricardo y los hojotós de las walkyrias...
ResponderEliminarYo le tenía bastante aversión a Don Ricardo hasta el año pasado, en que esmpecé a aficionarme después de ver el Tristán del Real. Desde entonces todo lo que he escuchado me ha gustado... Eso sí, gilipollas hay en las mejores familias, porque hay cada wagneriano que échale de comer aparte.
ResponderEliminarEn cualquier caso, el chiste que hace Woody Allen en Misterioso asesinato en Manhattan, en su contexto, me parece brillante, como toda la película.