La Generala, de Amadeo Vives.
Teatro de la Zarzuela.
Madrid, 13 de marzo de 2008
Vamos a ver, no sé por dónde empezar. La Generala no me parece una gran zarzuela. Es una opereta con una música muy agradable y un dúo bastante inspirado, pero al menos a mí no me llega demasiado. Y si a eso le unimos libreto y cantables extremadamente ridículos, esta zarzuela necesita que la adornen para que funcione como espectáculo.
Y eso es lo que ha hecho Emilio Sagi. Ha vestido La Generala y con elegancia y gran sentido del humor saca a flote una trama con un humor trasnochadísimo. También abusa de uno de sus grandes defectos: el meter montones de figurantes haciendo tonterías, pero salvo en la escena final tampoco molesta tanto.
No me gusta empezar a hablar de una función por la producción y los decorados, pero es que en ésta es una de las partes más importantes. El primer acto es elegante y sobrio, y el juego escénico lo mantienen el movimiento de sillas, personajes y unos toques de luz. El segundo acto parece más abigarrado, pero realmente el único elemento escénico es un tiovivo.
Mención especial para los figurines. Un vestuario espléndido y muy adecuado, aunque también hay que reconocer que los uniformes "fantasía británica" de coro y figurantes del segundo acto estaban muy pasados de rosca. Mucho.
Merece la pena pasarse por el bar del teatro, donde están las maquetas de la escena y hay muestras de todas las telas utilizadas. Y de la pedrería: arrasaron Pontejos.
El nivel musical ha estado descompensado. Loable es la labor de Carmen González como Generala por lo graciosa y esforzada, aunque muchas veces la orquesta la tapaba, y por ejemplo en la canción escocesa no se la oía nada.
Ismael Jordi tiene una voz preciosa, aparte de ser guapo y tener buena planta. No tuvo ninguna dificultad con el papel. Es la primera vez que lo oigo y me ha gustado mucho.
David Rubiera, al que he escuchado muchas veces como barítono secundario en producciones de ópera, tiene un papelín cuasi anecdótico en el que no puede brillar. Estoy esperando a ver cuándo le dan un papel más principal para apreciar y disfrutar mejor su vozarrón.
Itxaro Mentxaka no sólo ha cantado estupendamente (tampoco tiene mucho papel) sino que ha sido la que se ha llevado las mayores risas y aplausos por su divertida interpretación. Graciosísima y sin pasarse. Genial.
A Beatriz Díaz en cuanto la orquesta sube un poquito de decibelios no se la oye casi nada. Y cuando se la oye no se entiende lo que dice. Logra sonidos muy bonitos pero no me llega.
El resto en un nivel canoro correcto, los papeles no dan para más. No me ha gustado Enrique Viana, el tenor que hace los espectáculos cómicos en el Café del Real y en la Cubierta Fiesta del Liceo. Sin proyección. De hecho, hasta del público salió una voz diciendo "que no se oye" cuando hablaba.
La orquesta, demasiado ruidosa. Se tendría que haber adecuado más a las voces femeninas y no haberlas tapado tanto.
La función, globalmente, muy satisfactoria. Como decía mi tx, le da mil vueltas a cualquier musical importado de la Gran Vía en espectacularidad y además cantan sin micrófono.
Y que nadie me diga ahora que hay zarzuelas y óperas con con textos absurdos. No me vale. Lo de que el dúo de amor tenga como grandes frases "Para el buen cazador la escopeta, para el cojo de un pie la muleta" es de traca.
El primer vídeo es de esta producción y el segundo lo he encontrado en Youtube y es de la cantante cubana Rosita Fornés.
Teatro de la Zarzuela.
Madrid, 13 de marzo de 2008
Vamos a ver, no sé por dónde empezar. La Generala no me parece una gran zarzuela. Es una opereta con una música muy agradable y un dúo bastante inspirado, pero al menos a mí no me llega demasiado. Y si a eso le unimos libreto y cantables extremadamente ridículos, esta zarzuela necesita que la adornen para que funcione como espectáculo.
Y eso es lo que ha hecho Emilio Sagi. Ha vestido La Generala y con elegancia y gran sentido del humor saca a flote una trama con un humor trasnochadísimo. También abusa de uno de sus grandes defectos: el meter montones de figurantes haciendo tonterías, pero salvo en la escena final tampoco molesta tanto.
No me gusta empezar a hablar de una función por la producción y los decorados, pero es que en ésta es una de las partes más importantes. El primer acto es elegante y sobrio, y el juego escénico lo mantienen el movimiento de sillas, personajes y unos toques de luz. El segundo acto parece más abigarrado, pero realmente el único elemento escénico es un tiovivo.
Mención especial para los figurines. Un vestuario espléndido y muy adecuado, aunque también hay que reconocer que los uniformes "fantasía británica" de coro y figurantes del segundo acto estaban muy pasados de rosca. Mucho.
Merece la pena pasarse por el bar del teatro, donde están las maquetas de la escena y hay muestras de todas las telas utilizadas. Y de la pedrería: arrasaron Pontejos.
El nivel musical ha estado descompensado. Loable es la labor de Carmen González como Generala por lo graciosa y esforzada, aunque muchas veces la orquesta la tapaba, y por ejemplo en la canción escocesa no se la oía nada.
Ismael Jordi tiene una voz preciosa, aparte de ser guapo y tener buena planta. No tuvo ninguna dificultad con el papel. Es la primera vez que lo oigo y me ha gustado mucho.
David Rubiera, al que he escuchado muchas veces como barítono secundario en producciones de ópera, tiene un papelín cuasi anecdótico en el que no puede brillar. Estoy esperando a ver cuándo le dan un papel más principal para apreciar y disfrutar mejor su vozarrón.
Itxaro Mentxaka no sólo ha cantado estupendamente (tampoco tiene mucho papel) sino que ha sido la que se ha llevado las mayores risas y aplausos por su divertida interpretación. Graciosísima y sin pasarse. Genial.
A Beatriz Díaz en cuanto la orquesta sube un poquito de decibelios no se la oye casi nada. Y cuando se la oye no se entiende lo que dice. Logra sonidos muy bonitos pero no me llega.
El resto en un nivel canoro correcto, los papeles no dan para más. No me ha gustado Enrique Viana, el tenor que hace los espectáculos cómicos en el Café del Real y en la Cubierta Fiesta del Liceo. Sin proyección. De hecho, hasta del público salió una voz diciendo "que no se oye" cuando hablaba.
La orquesta, demasiado ruidosa. Se tendría que haber adecuado más a las voces femeninas y no haberlas tapado tanto.
La función, globalmente, muy satisfactoria. Como decía mi tx, le da mil vueltas a cualquier musical importado de la Gran Vía en espectacularidad y además cantan sin micrófono.
Y que nadie me diga ahora que hay zarzuelas y óperas con con textos absurdos. No me vale. Lo de que el dúo de amor tenga como grandes frases "Para el buen cazador la escopeta, para el cojo de un pie la muleta" es de traca.
El primer vídeo es de esta producción y el segundo lo he encontrado en Youtube y es de la cantante cubana Rosita Fornés.
Rubiera voccione e rien plus, nen
ResponderEliminarTienes que agenciarte, si es que no lo tienes ya, el vídeo de Le Chanteur du Mexico con Ismael Jordi y Rosy de Palma, del Chatelet de Paris con producción de Sagi.
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