Almilcare Ponchielli
La Gioconda
Teatro Real de Madrid
26 de febrero de 2008
Detalles: (clic)
Qué diferencia entre ver una misma producción en el piso 2º y en el piso 5º. Si bien esta Gioconda en el Liceu me pareció sobria pero espectacular, en el Real me ha resultado algo pobre en lo visual.
Y es que queda muy ruin eso de ver a los figurantes agazapados detrás de los elementos escénicos antes de salir a escena, o en las cajas laterales, o esos canales venecianos vacíos vistos desde arriba, distinguiéndose perfectamente la cuerda que tira de las góndolas y las ruedas que las mueven. Cutre.
Aparte, ya podrían haber puesto gomas en los zapatos al coro y los figurantes: qué primer acto más escandaloso, con todo el mundo bailando o subiendo y bajando escaleras. Totalmente desconcertante.
Afortunadamente el nivel musical ha estado bastante alto, y si hay que comparar, en este caso la versión de Madrid ganaría a la de Barcelona.
La señora Violeta Urmana es un gustazo como Gioconda. Llega a los agudos y TIENE los graves, aparte de potencia. ¿Alguna pega? Sí, esos trinos cabrones que Ponchielli puso al final de la ópera cuando se está arreglando el cabello. Nada, no pasa nada. Otro asunto: la dicción, que no es ninguna tontería: a la Urmana SE LE ENTIENDE TODO.
La Fiorillo ya sabemos cómo es: que parece que se va a poner a repartir bofetadas a la primera que ose quitarle a su Enzo. Una Laura muy poco sutil, vamos. Y es precisamente en el dúo con Gioconda donde sacó lo mejor de sí, matizándolo y fraseándolo con cuidado. Bastante bien.
El Enzo de Armiliato estuvo cantado con mucho gusto, pero no me convenció mucho. Parece que estuvo toda la ópera pensando en el Cielo e mar y ya está. Me sonó como con la voz atrás, sin brillar particularmente. Bien.
Lado Ataneli hizo un Barnaba potente. Se echó en falta algo de exceso actoral. Barnaba es malísimo, y aquí sólo era malo. Bastante bien.
Elena Zaremba es una gozada de Cieca. Voz superpastosa, bella y potente. Da gusto que para un personaje tan breve (pero esencial) se busque a una cantante tan buena.
El que más flojeó de la noche fue el Alvise de Orlin Anastassov, que se quedó un poco escasito. Es un bajo búlgaro joven (32 años) y habrá que oírle en otros papeles a ver qué tal. Por lo menosun buen polvo buena planta tiene.
Aunque para lucir palmito ya sabemos lo que le gusta a Pier Luigi Pizzi sacar a jóvenes descamisados enseñando pectoralia.com. El inicio del segundo acto, todo un exceso.
También brilló Ángel Corella todo pintado de dorado, especialmente en el mareante galop final de la danza de las horas. Aplauso atronador. Por cierto que a los que se sentaban en las filas más altas de paraíso les dieron una nota en el programa en la que avisaban de que se perdían parte de este ballet por la disposición de los elementos escénicos, y que si querían podían solicitar la devolución de la entrada si se iban del teatro en el primer intermedio. Curioso.
La orquesta bastante briosa y ruidosa, como se supone que es esta ópera.
Se puede decir que una gran noche de ópera, aunque a mí La Gioconda, que es uno de esos operones operones me parece que tiene momentos fantásticos pero también bastante paja.
En las fotos, Urmana, Zaremba y Anastassov. En los vídeos, escenas de la misma producción de hace un par de años en Barcelona.
Teatro Real de Madrid
26 de febrero de 2008
Detalles: (clic)
Qué diferencia entre ver una misma producción en el piso 2º y en el piso 5º. Si bien esta Gioconda en el Liceu me pareció sobria pero espectacular, en el Real me ha resultado algo pobre en lo visual.
Y es que queda muy ruin eso de ver a los figurantes agazapados detrás de los elementos escénicos antes de salir a escena, o en las cajas laterales, o esos canales venecianos vacíos vistos desde arriba, distinguiéndose perfectamente la cuerda que tira de las góndolas y las ruedas que las mueven. Cutre.
Aparte, ya podrían haber puesto gomas en los zapatos al coro y los figurantes: qué primer acto más escandaloso, con todo el mundo bailando o subiendo y bajando escaleras. Totalmente desconcertante.
Afortunadamente el nivel musical ha estado bastante alto, y si hay que comparar, en este caso la versión de Madrid ganaría a la de Barcelona.
La señora Violeta Urmana es un gustazo como Gioconda. Llega a los agudos y TIENE los graves, aparte de potencia. ¿Alguna pega? Sí, esos trinos cabrones que Ponchielli puso al final de la ópera cuando se está arreglando el cabello. Nada, no pasa nada. Otro asunto: la dicción, que no es ninguna tontería: a la Urmana SE LE ENTIENDE TODO.
La Fiorillo ya sabemos cómo es: que parece que se va a poner a repartir bofetadas a la primera que ose quitarle a su Enzo. Una Laura muy poco sutil, vamos. Y es precisamente en el dúo con Gioconda donde sacó lo mejor de sí, matizándolo y fraseándolo con cuidado. Bastante bien.
El Enzo de Armiliato estuvo cantado con mucho gusto, pero no me convenció mucho. Parece que estuvo toda la ópera pensando en el Cielo e mar y ya está. Me sonó como con la voz atrás, sin brillar particularmente. Bien.
Lado Ataneli hizo un Barnaba potente. Se echó en falta algo de exceso actoral. Barnaba es malísimo, y aquí sólo era malo. Bastante bien.
Elena Zaremba es una gozada de Cieca. Voz superpastosa, bella y potente. Da gusto que para un personaje tan breve (pero esencial) se busque a una cantante tan buena.
El que más flojeó de la noche fue el Alvise de Orlin Anastassov, que se quedó un poco escasito. Es un bajo búlgaro joven (32 años) y habrá que oírle en otros papeles a ver qué tal. Por lo menos
Aunque para lucir palmito ya sabemos lo que le gusta a Pier Luigi Pizzi sacar a jóvenes descamisados enseñando pectoralia.com. El inicio del segundo acto, todo un exceso.
También brilló Ángel Corella todo pintado de dorado, especialmente en el mareante galop final de la danza de las horas. Aplauso atronador. Por cierto que a los que se sentaban en las filas más altas de paraíso les dieron una nota en el programa en la que avisaban de que se perdían parte de este ballet por la disposición de los elementos escénicos, y que si querían podían solicitar la devolución de la entrada si se iban del teatro en el primer intermedio. Curioso.
La orquesta bastante briosa y ruidosa, como se supone que es esta ópera.
Me ha encantado el argumento resumido "para los más jóvenes" que edita el Teatro Real.
Se puede decir que una gran noche de ópera, aunque a mí La Gioconda, que es uno de esos operones operones me parece que tiene momentos fantásticos pero también bastante paja.
En las fotos, Urmana, Zaremba y Anastassov. En los vídeos, escenas de la misma producción de hace un par de años en Barcelona.
Estoy de acuerdo contigo que el reparto de Madrid es, globalmente, mejor que el de Barcelona...
ResponderEliminarYo también sufrí el desencanto de la escena desde los laterales, era como un making of de una ópera...
Lástima de Fiorillo, el resto te lo compro todo. La producción solo para pudientes (patio de butacas y poca cosa más)y fría fría fría. Con lo pasional que es esta ópera!
ResponderEliminarJo chico, es que siempre coincidimos en todoooo cuando vamos a la ópera. Yo no he escrito comentario en mi blog, pero el martes pasé una velada en el Real muy muy agradable. Desde mi butaca de tribuna (primera fila, eso si, en donde empieza la curva) disfruté mucho del montaje aunque joder con los ruidos de barcas y zapatos...
ResponderEliminarEl dúo de soprano-mezzo fue una gozada, para mí lo mejor, junto al rosario, la danza y el Barnaba (que no hay por qué exagerarlooo)
Un beso !!!