domingo, septiembre 21, 2014

La sorpresa de las Bodas del Real.

 

Amenazaba tormenta con estas Bodas de Fígaro en el Real.

Primero, porque están rescatadas de la manera más chapucera posible para rellenar temporada, debido a los cambios, sucesiones, defenestraciones y decesiones habidas en el teatro madrileño.

Segundo, por el mosqueo generalizado ante la tercera vez que se programa esta producción en cinco años (Y quinta vez que se programa el título en la historia del teatro desde su reinauguración).

Tercero, porque la vez anterior que se pudo ver fue un fiasco soporífero.

Cuarto, porque tanto las críticas como los comentarios sobre el estreno habían sido nefastos y demoledores.

Y quinto, porque en una función de más de tres horas y media... nos anuncian que no iba a haber servicio de cafetería en el descanso. ¡¡¡!!!

Pues mira, con todos los elementos en contra, mi primera visita esta temporada al Real se ha saldado con una muy disfrutable función de la que salí satisfecho.


Por partes:
Lo de la programación de este título me parece un apaño de última hora. ¿Por qué Las Bodas y no otro? Pues porque mira, lo hemos puesto hace nada y seguro que está de las primeras en los contenedores de decorados del almacén. 

Luego me parece una burla al abonado. Ya sé que ese "ente" llamado abonado no tiene derecho a  nada y simplemente tiene la ventaja de sacar su entrada con antelación y asegurarse así su butaca año tras año, pero programar en abono una misma producción tres veces en cinco años es pasarse, porque los abonados nos la tenemos que tragar sí o sí. Lo más lógico para mí hubiera sido inaugurar con Muerte en Venecia de Britten y dejar estas bodas como funciones fuera de abono para atraer nuevo público al teatro. Pero se ve que no.

Sobre las otras dos veces que ya se programó dejé mis comentarios aquí:
Y sí, las del 2011 fueron un espanto.


Sobre las críticas mantengo mi escepticismo: todas son muy similares no sólo en lo que dicen, sino en la forma. Da la impresión de que en el intermedio se juntaron todos los críticos, lo comentaron y decidieron qué escribir aún antes de que terminase la ópera. Me resulta curiosa incluso la dejadez de cierto crítico, habitualmente muy cabal, que se sorprendía de que a la Susanna no se le aplaudiera el Voi che sapete (cuando es un aria cantada por Cherubino). Lo corrigió después. También se notó el final de la "época Mortier" en otro, que normalmente se deshacía en elogios en los últimos tiempos, y esta vez entró a degüello. Empezamos otra era, señores.

Lo que sí me asustaban eran los comentarios de amigos: aburrida, irregular, regularcita... Ay madre.

Y finalmente la llegada de este sms levantó mis alarmas de aguante fisiológico:


¿Que entramos a las ocho, salimos pasadas las once y media y no vamos a poder pelearnos por un carísimo canapé en la barra de la sexta planta? ¿Pero qué invento es esto? Aparte, ¿para qué narices ponen lo de Pedro Y El Lobo al final del mensaje? ¿Para despistar?

Ay qué chungoooooo...

Pues nada, el viernes a las ocho, con lluvias intermitentes y ese tiempo que no sabes si te vas a achicharrar o congelar, para el Real que me fui.

Al entrar al teatro nos esperaba un Maserati blanco en el vestíbulo, con unas chicas que apuntaban datos para un concurso en que se sorteaba un curso de conducción en Parma. Surrealista, pero divertido.


Este año he renovado sólo mi butaca. La de mi ex, que mantuve desde el año 2000 (que se dice pronto), no. Se acabó lo de intentar vender/colocar/invitar una de las entradas. Que son bien caritas, cojostio. ¿Quién me tocaría al lado?

A uno de los lados he tenido los últimos años a cierta persona maleducada que jamás saluda y que sufre llamémoslo un "pequeño" problema de olor corporal. ¿Me libraría esta vez? respuesta: no. Ahí estaba. Por lo menos este año saludó con un "buenas tardes" (sorprendente). Al otro lado, una señora que ni se movió en toda la función y que veremos si es ocasional o sigue durante toda la temporada.


Y empezó la ópera.

Sobre la producción de Sagi poco voy a decir que no haya dicho ya anteriormente. Tradicional, agradable, entretenida, con sus puntitos típicos y... NO, no han quitado el sonido del chorrito de la fuente del cuarto acto.


La dirección musical de Bolton fue ligera. La orquesta sonó muy bien, los tiempos fueron algo rápidos y no cayó en la monotonía, estando especialmente acertado en los momentos concertantes. Me gustó.

A los que le piden más profundidad les recuerdo lo de siempre: Mozart no es Verdi.
Creo que Bolton fue el artífice de llevar la representación a buen término.

El reparto NO era de campanillas, yo creo que a eso estábamos todos prevenidos. 
Sin embargo, con sus más y sus menos, resultó un conjunto equilibrado y sacaron adelante la ópera.

Sofia Soloviy como la Condesa fue la voz con más enjundia. Nada más abrir la boca en el segundo acto se notaba que estaba muy por encima de sus compañeros de reparto. Una voz homogénea, plena y con los matices necesarios. ¿Que no llega a la sutileza o delicadeza de otras grandísimas sopranos que han abordado este papel? Pues no, pero hizo una condesa de gran altura. Muy muy bien.


Andreas Wolf me gustó también como Fígaro. La voz corre bien y tiene un vibrato muy peculiar, como de disco antiguo. Me hizo gracia y lo vi estilísticamente en el papel.

Luca Pisaroni se quedó un pasito atrás como el Conde. Empezó flojo y aunque por extensión la voz le va al papel, el timbre no es lo suficientemente "noble". Salvó al aria del tercer acto con una agilidad un poco de aquella manera y un agudo algo abierto. De todas formas, es de los cantantes-actores que solventa con tablas sus cometidos.


Sylvia Schwartz fue el lunar. Floja, directamente su voz ya no está para el papel de la Susanna, le faltaba luminosidad. Bien en su arietta del último acto y graciosa interpretando, pero eso no es suficiente. Pasó muy desapercibida.

Elena Tsallagova cantó bien el Cherubino, algo sosita. Como un poco fuera de estilo mozartiano.


De los secundarios, destaco a José Manuel Zapata haciendo el Don Basilio y Helene Schneiderman, muy aceptable Marcellina, pero no pude evitar la comparación con la divertida y estrambótica interpretación de Jeannette Fischer en este mismo papel.

Lo dicho anteriormente. Básicamente un reparto correcto, con una condesa de altura y el resto de componentes a bastante buen nivel. Yo salí bastante contento.


¿Y qué ocurrió con el incidente del bar?
Pues nada irreparable.
En primer lugar, yo fui merendado.
Y después quedé con mi amigo Pastoso en el bar para llevarnos un tentempié.
Yo aparecí con un sandwich y unos bollitos y él se trajo pastelitos y macarons, que compartimos entre los 4 amigos que nos reunimos.
Y oye, fuimos la envidia de los que se estaban tomando el bocata en papel de aluminio al lado nuestro.


Lo de la redbullina y el botellín de ron negrita era por si la función era tan tediosa como nos habían vaticinado, un "porsiaca", pero no fueron necesarios.

Para la próxima, haya o no bar, hemos quedado en organizarnos mejor y volver a hacer una merendilla en el entreacto.

Y que nos quiten lo bailao.



 

Wolfgang Amadeus Mozart
Le Nozze Di Figaro.
Sofia Soloviy, Andreas Wolf, Luca Pisaroni, Sylvia Schwartz, Elena Tsallagova, Helene Schneiderman, José Manuel Zapata, Christophoros Stamboglis, Khatouna Gadelia, Miguel Sola, Gerardo López.
Ivor Bolton, Emilio Sagi.
Teatro Real. Madrid, viernes 19 de septiembre de 2014









jueves, septiembre 11, 2014

Cambios en la temporada 2014 2015 del Teatro Real

La llegada del nuevo curso nos sorprende con unos cambios en la temporada del Teatro Real de Madrid, a una semana de la inauguración de la temporada con la super-repetición de las Bodas de Fígaro mozartiana.

Estos cambios se han justificado por:

- recortes presupuestarios (razones mayores)
- la precipitación con la que se programó (lógico)
- algún motivo extra (pero previsible)

Vamos, que aunque son varios los cambios, yo no los veo muy anormales dada la trayectoria del teatro durante el último año. Y no me parecen mal. A ver luego cómo resulta todo.

1. Se cae la producción de Fidelio de La Fura del Baus y nos llega la de Les Arts de Valencia. Bueno, la Fura siempre tiene su interés, pero me han hablado maravillas de esa producción valenciana.

2. Otra producción que se cae, la de Hansel und Gretel, que iba a ser rosa y naranja y llena de corazoncitos, de Agatha Ruis de la Prada. Viene una de Glyndebourne ambientada en un supermercado. Igual de colorista parece.

3. Goyescas se hará en versión de concierto. Goyescas es una ópera rara debido a su propia concepción y estructura. Tampoco creo que se resienta mucho por pasar a versión concierto.

4. Natalie Dessay se cae del reparto de La fille du régiment. ¿A alguien le extraña? Lo extraño era que se la programara sabiendo que había anunciado su retirada de la ópera.

5. La ciudad de las mentiras, ópera de Elena Mendoza, estreno mundial, se cae de la programación y se pospone para la próxima temporada. Será sustituida por otro título. ¿Cuál será? ¿Hacemos quinielas? ¿Bodas de Fígaro?????

y 6. ¡GRAN ESCÁNDALO! Carmen Maura es sustituida por Ángela Molina en la Fille. Tremendo, vamos.

martes, septiembre 02, 2014

Marchando una de Fedora a la plancha


Con el ritmo de vida taaaaan alocado que llevo y el hecho de no vivir solo ya desde hace un lustro, me doy cuenta de que cada vez tengo menos tiempo para escucharme una ópera tranquilamente, enterita, de pe a pa, para saborearla, para deleitarme en ella en soledad.

Porque créeme, lo de llegar a casa tarareando ritmos "latinos" después de clase de zumba ES LO PEOR. Y una de las mayores intoxicaciones musicales que uno puede sufrir.

Hasta que he descubierto el momento perfecto para dedicarlo a la ópera: LA PLANCHA.
Sí, la plancha.

Una mañana de cada finde, mientras mi tx se va a trabajar y me quedo con las tareas domésticas, me coloco la tabla, la plancha, la botella de agua y el vaporizador delante de la tele y me zampo una operita en vídeo.

http://guyhaley.files.wordpress.com/2010/09/forbidden_planet.jpg

Razones para disfrutar:

- La música ayuda y la imagen entretiene la tediosa tarea del planchado.
- Al conocer ya las óperas, no hace falta estar prestando atención exclusiva a la pantalla y se puede ir alternando con la visión de la ropa.
- Te puedes marcar objetivos tales como "cuando termine el primer acto tengo que haber terminado este montón de aquí".
- El estar de pie y en movimiento, propicia el arrancarse a cantar de vez en cuando.

En fin, que ya casi he institucionalizado en casa el momento Opera & IronMan.

Y el otro día estaba repasando yo el archivador con los dvd de ópera a ver cuál tocaba... y reparé en Fedora, de Umberto Giordano.


Huy, Fedora.
Puedo decir tranquilamente que hacía más de 10 años que no la escuchaba.
Pues nada, a ponerla.

¿La versión?
El DVD desde la Metropolitan Opera con Mirella Freni, Plácido Domingo, Ainhoa Arteta y Dwyane Croft dirigidos por Roberto Abbado con la escenografía del Liceo de Barcelona.

Ay, Fedora.

Fue una de las primeras óperas que escuché. Más que nada porque a principios de la década de los 90 en las ya difuntas tiendas Discoplay de Madrid hubo una remesa de óperas tiradas de precio de los sellos Hungaroton y CBS. Imagino que sería cuando Sony los fagocitó, el caso es que, sin conocer yo de nada la ópera más que por el "Amor ti vieta", una de las primeras óperas de mi colección fue Fedora.


Aquella versión estaba dirigida por Giuseppe Patané e interpretada por Éva Marton y José Carreras en 1988. A la Marton podemos ponerle todas las pegas estilísticas que queramos porque tenía un instrumento tan tremendo que se iba de madre con mucha facilidad. Pero en esta grabación aún no se le había descontrolado del todo, consigue dominarlo y, sinceramente, creo que compone un rol principal honesto y creíble. Carreras suena quizás un poco lírico pero muy convincente como Loris, y Verónika Kincses es lo suficientemente soubrette como para la Olga. La toma de sonido es rara, como lejana.


Posteriormente tuve la suerte de asistir a una de las funciones del Liceo allá por el 93, con Carreras ya post-enfermedad pasándolas bastante canutas pero aguantando el tipo y una Freni apabullante, en su yo diría última época de apogeo, cuando empezó a abordar papeles más pesados. La escenografía, la misma del dvd, absolutamente tradicional (y muy criticada en cierto periódico de la época, supongo que sería El País, por lo anticuada).


Después pocos encuentros he tenido ya con la versión íntegra de esta ópera. Compré la grabación de Decca con Magda Olivero y Mario del Monaco pero me resulta difícilmente soportable. Ay, lo siento por toda la fama que tiene esta señora, pero su vibrato me saca de mis casillas. Del Monaco, como le ocurría casi siempre que no había alguien que lo controlara (véase su maravilloso Otello con la Tebaldi) pasa como una apisonadora sobre el papel de Loris.


Tras eso, años de sequía fedoriana hasta escuchar vía Spotify algunos fragmentos de la versión de Angela Gheorghiu y Plácido Domingo de 2011 en la que ella está tan suntuosa (y cursilina) como de costumbre y Domingo mejor que no la hubiera grabado, porque no se entiende que permitiera que se editara ese segundo acto. Penosillo.

Hasta este fin de semana que ha caído el susodicho dvd que, como tantos otros, tenía por casa y jamás jamás había visionado.

Lo primero, gran decepción con la ópera en sí.

Ooooh, vaya, no recordaba Fedora como una ópera tan aburrida. No sé si sería por el "momento ironman" pero el caso es que, pese a la orquestación apabullante y ostentosa, sólo un par de momentos llamaron mi atención en lo estrictamente musical: el aria (y parte del dúo posterior) del segundo acto y el final de la ópera. El resto me resultó convencional, pesado y "anticuado".


Me imagino que también con los años el gusto musical de uno va cambiando. Pero vamos, el primer acto y la mitad del segundo me resultaron de escasísimo interés. Me parece una ópera menor con un par de momentos muy buenos, pero que se mantiene sólo por lo folletinesco del argumento. Es mi opinión, mis impresiones, si ahora alguien quiere ponerme hoja perejil con lo de que es una obra maestra y una ópera maravillosa, bienvenidos sean sus comentarios.
 
Además la ópera está plagadita de momentos "de telenovela" que la Freni, por otra parte, borda, y que a mí me provocan risa. Son esas "repeticiones finales de palabras" por parte de la protagonista para remarcar partes del texto y que no sé si están hechas para que el público se entere mejor del argumento o como elemento dramático, pero vamos, que yo me parto.

Para explicarme con un ejemplo, cuando Loris habla de su mujer, dice "su nombre era Wanda". Y Fedora asiente diciendo "Wanda". Otro: "el conde estaba amenazado" y Fedora repite "amenazado". Más. "Su hermano Valeriano" ¿Y ella qué dice? ¡Bingo! Mientras estaba con la plancha cada vez que venía uno de esos momentos yo me anticipaba a la Freni o lo decíamos al unísono.

Yo creo que sentado en el sofá tranquilamente no la hubiera aguantado entera del tirón, pero mira, haciendo otras actividades estuvo bien.


El DVD es de 1997. A Mirella Freni se la ve ya más cansada que unos poquitos años antes, pero mantiene poderío y un saber estar tan clásico que da gusto verla, está en su salsa en este melodramón. A Plácido Domingo el papel no le ofrece ninguna dificultad y nos regala una interpretación estupenda, recreándose en el legato que el Amor ti vieta le reclama. Ainhoa Arteta está regular como Olga. Muy graciosa, muy pizpireta, con un físico envidiable, pero la voz se queda corta. ¡Qué bien le sentó a esta señora separarse de Dwayne Croft, caramba! Cómo ha mejorado en los últimos años. Y Croft está correcto. La orquesta suena excelente, la producción ya mencionada es de libro de texto, la toma de sonido es buena y si tengo que poner una pega técnica es que los movimientos laterales de vídeo daban saltos, pero eso ya no sé si es cosa de la grabación, del soporte dvd o de mi reproductor.

A ver si le cojo un poco más de ganas a este blog, que lo tengo muy abandonado ¡pero es que a ver quién tiene ganas de sentarse a escribir de ópera después de estar pegando saltos durante una hora en clase de zumba!



Fedora: Acto I:

Fedora: Acto II:


Fedora: Acto III:

Fedora completa:


Mira

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